OPINIÓN

Vitrina Venezuela: La noche más oscura

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Hasta hace unas pocas semanas, hablar de la salida del gobierno de Maduro porque perdió las elecciones del 28J, era un casi tabú, y hoy ya no lo es más… Hay una casi coincidencia, en medios y redes, en que podrá resistirse, como niño malcriado, a entregar el día que le corresponde -pasado mañana- pero será solo una cuestión de tiempo para que realmente se vayan… esa es la sensación…

La sensación de que perdieron viabilidad y sostenibilidad; como gobierno, como partido, como movimiento y como parte articular del tejido social… ya nadie los quiere, y tienen que irse.

El contraste de las noticias que se generan de lado y lado de la ecuación política venezolana, habla por sí solo. Mientras desde el lado del chavismo endurecen más la postura, en un juego claramente defensivo y de repliegue activo, se van quedando cada vez más solos, y con todas las cartas abiertas sobre la mesa; mientras del lado de la oposición van moviendo abiertamente las piezas en reuniones con líderes internacionales, cosechando cada vez más apoyos, y aun con cartas en la mano que aún no han mostrado… por ejemplo, el cómo y el dónde es que Edmundo se juramentará… pero que lo hará, seguro que lo hará.

Ya de por sí, el ejemplo de las cartas que el chavismo tiene sobre la mesa, dadas vuelta y a la vista, mientras que los otros aún tienen modo de sorprender; muestra que el juego ya cambió y que es solo una cuestión de tiempo para que tengan que levantarse de la mesa. Conociendo a los personajes, es difícil que ocurra, pero aún están a tiempo de salir voluntariamente, antes de que los saquen.

En las últimas presentaciones públicas del chavismo, apelando a argumentos cada vez menos creíbles para mantener la unidad de los pocos que les quedan apoyándolos, se puede observar, a simple vista, la gestualidad de los militares y militantes que los escuchan, así como la gestualidad de los dos jefes, Diosdado y Maduro, en ese orden de importancia.

Los primeros sin entusiasmo y con el aplauso automático carente del entusiasmo de las palmas que se notaba en el pasado; y en los segundos, la falta de convicción, evidenciada en el grito fácil de la arenga de calle, pero en local cerrado, y en el insulto procaz que en el pasado levantaba simpatías y que en este momento solo demuestran la tristeza de un régimen que entró, hace 26 años, por la puerta grande de la historia, y que se están yendo por la puerta de atrás, expulsados por el mismo pueblo que los llevó al poder.

Es que realmente, la destrucción que el chavismo ha producido en el país es tan grande y profunda; y evidenciada en cada dimensión que tomemos como referencia, que no se entiende como siquiera pueden pretender seguir manejando el destino de Venezuela.

Porque no solo está la destrucción física y económica que se nota abiertamente porque la vivimos todos los días, sino el daño moral, el engaño falaz, la corrupción, la subversión de los valores y de la ética, el aislamiento del mundo en el que supimos vivir; y, tal vez lo más doloroso y que tome más tiempo reparar, que es la autoestima del venezolano que vive fronteras adentro, y la lástima que despierta el que vive fronteras afuera… que por cierto ya llega a 25% de la población del país.

Pero lo que no han podido matar -y por eso es que el mismo pueblo que los trajo ahora los expulsa- es la esperanza y el amor por las generaciones que nos siguen, que se manifiesta, no solo en una resiliencia a toda prueba, sino en la valentía de rebelarse, sabiendo que esta gente es capaz de cualquier cosa para retener el poder, bajo la consigna que los hace predecibles, que es el “cueste lo que cueste” … no obstante lo cual, el pueblo les perdió el miedo… y eso, el miedo, es lo único que les quedaba y ya no les sirve de mucho.

La marcha del día 9 es importante porque es la reafirmación de los resultados electorales del 28J, pero esta vez en la calle. Porque no se trata de que unos tomen el poder que otros dejan, sino de un cambio de vida, y de la recuperación de la libertad que perdimos hace tiempo, pero que quedó en evidencia el último año, cuando el pueblo dijo basta, abrió los ojos y se liberó del síndrome de Estocolmo que los tenía ciegos y defendiendo a su captor.

Pero bueno… eso ya pasó y estamos escribiendo una nueva página de la historia, tomando como referencia las lecciones aprendidas dolorosamente es estos últimos años.

Los dos o tres días que vienen serán la parte más oscura de la noche que el chavismo nos ha hecho vivir; lo cual también nos dice que ya llega el amanecer y que con él llega una nueva luz de libertad y esperanza. Y también nos dice que tenemos la voluntad y la fuerza para la construcción de la Venezuela rica y próspera que siempre estuvo en nuestro destino, y que estos 26 últimos años perdimos de vista, pero que ya estamos recuperando.

Noticias destacadas

Lo que no fue noticia (y debería serlo)   

Mail: btripier@ntn-consultores.com   Instagram: @benjamintripier    Twitter: @btripier