Debido a que llegamos a tener porcentajes de inflación de 500.000%, nos acostumbramos a que los números más bajos, como los que tenemos actualmente de más de 200%, ya ni siquiera eran inflación. Y eso es un error, porque no solo estamos con inflación, sino que seguimos en hiperinflación. Y es tal vez el problema más grave que tenemos.
Con inflación, y mucho más si es alta, y peor si es recesiva (hiperestanflación, me dijo alguien), toda la vida diaria cambia; la manera de pensar, de guardar, de proteger, de planificar, hasta de divertirse. Todo el país tiende a volverse más pobre, pues la inflación se califica como el más fuerte y regresivo de los impuestos, que crece desmesuradamente, y no da nada a cambio; más bien quita.
La vida de las empresas también cambia, y por supuesto la manera de gerenciar. Tengo algunos comentarios para compartir, básicamente producto de la experiencia y la observación, para dar una idea general de hasta qué punto debe haber ajustes a nivel gerencial bajo inflación.
El modelo general del negocio cambia, pues lo que era eficiencia en tiempos normales, puede ser pérdida bajo inflación. Para tomar un ejemplo sencillo, las estrategias de integración vertical hacia arriba con los proveedores, debe ser revisada, pues a cada quien le interesará el mayor nivel de inventarios posible, tratando de maximizar el valor de los mismos:
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- Materia prima que no está en almacén, no se sabe su costo
- Producto terminado que no está en almacén, debo haberlo cobrado por adelantado
- El dinero se convierte así, en el bien más perecedero. O sea que tenerlo y no consumirlo es perderlo. Hay que consumirlo, incluso antes de haberlo recibido
. El manejo de la inflación, pensando que es dependiente de las expectativas, no debe ser responsabilidad exclusiva de finanzas, tesorería o contabilidad, según sea el caso. Debe ser responsabilidad de toda la empresa, a través de un criterio generalizado sobre el uso de recursos, el cual debe a ser cuidadoso.
Todos deben participar en la gerencia bajo inflación, pues la «lectura» de las distintas variables deflactadas, dependerá de dónde se encuentre la decisión, si en la compra de un suministro, o en la renovación de una licencia de mantenimiento. El concepto del “intrapreneur» se hace válido en este caso. O sea que cada quien actúa un poco como dueño, protegiendo a la empresa de los efectos de la inflación.
. El efecto más importante de la inflación sobre la empresa es la distorsión y confusión que le induce en el proceso de planificación. Es como un velo que todo lo nubla y lo confunde. Solo el lector experimentado es capaz de ver a través, y tomar las decisiones adecuadas y oportunas. Es por eso que, en estos períodos, el ejecutivo principal, y hasta el dueño, deben estar presentes en las decisiones. Buenas decisiones en normalidad, pueden ser las peores decisiones bajo inflación.
. La presión se coloca en el corto plazo, pues hay muchas consideraciones adicionales que hacer antes de tomar cada decisión. Se entra en un ambiente de inestabilidad, bajo el cual lo único estable es que existe inflación, pero no se puede anticipar su velocidad y frecuencia puntual, transacción a transacción. Todas las variables económicas se potencian al ser filtradas por la inflación. Entre ellas, el tipo de cambio y la tasa de interés son las que se convierten en parte de la gerencia diaria, pues ellas impactan casi completamente sobre los precios esperados y los costos de reposición.
El tiempo que se dedica diariamente a «leer» la inflación, es el principal causante de la concentración en el corto plazo por parte de la gerencia; por otra parte, luego de planificar tres veces y que esto no se cumpla ni de cerca, el gerente deja de planificar y comienza a dirigir «a ojo», para poder ajustar en el momento apropiado. Es aconsejable no perder de vista el largo plazo para ponderar las decisiones que se tomen.
. Cada empresa tiene su propia inflación, que significa que le impacta de manera particular un conjunto propio de variables, las cuales por sus características, velocidad, frecuencia, monto y cualidad, toman un valor particular para cada empresa. Esas, y solo esas, son las que deben incluirse en el modelo de negocio bajo inflación. De esas variables, debe identificarse su estabilidad, y tratar de planificarlas en lomás largo posible. Y posiblemente uno se dé cuenta de que la empresa es más planificable que lo que parecía.
Si bien cada empresa tiene su propia inflación, no debe olvidarse que ella contribuye a la inflación general, con su participación en el mercado. La lucha contra la inflación, comienza atacando las expectativas; y esa lucha comienza con el balance adecuado de la empresa, entre la inflación que espera y la inflación que induce.
. Debe trabajarse en unidades físicas para todo, teniendo como subsidiaria, la información financiera. Esto es así, pues el valor monetario en términos absolutos, no significa nada en la empresa. Los valores relativos son los que cuentan: las relaciones contra el capital, y la capacidad operativa.
Las proyecciones de ventas deben evaluarse en unidades y con base en el poder de compra de los ingresos futuros por ventas.
. Debe haber una estrategia de crecimiento, pues mantenerse es achicarse. Los indicadores duros son los que mandan. Una vez que se planifica la producción física, todo debe adaptarse a ella, y en algunos casos de retraso o aceleración puntual en el ritmo propio de inflación, podría significar achicarse; por eso es aconsejable la estrategia de crecimiento para que, en el peor de los escenarios, la empresa se mantenga.
. La tecnología de información es muy importante, pues debe permitir la combinación de información operativa y financiera, histórica y proyectada tal que permita tomar decisiones. Cuanto más grande y compleja la organización, más necesaria es la tecnología de información.
Otras consideraciones incluirán la orientación de la organización de la empresa hacia un enfoque de procesos y vincular estos con la capacidad operativa y la inversión de capital asociado.
Estar con alta inflación es un ambiente internacional global con baja inflación debe ser tomado como una ventaja, pues no parece que tengamos fuerza de exportar nuestra inflación. Más bien creo que la importación de bajos niveles de inflación debe ser un factor que ayude a que el tiempo pase más rápido. Pero no hay que confiar solo en el entorno. La gerencia de cada empresa debe y puede contribuir a que la inflación se controle y salgamos de ella lo antes posible.
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- Irán ahorca en público al segundo manifestante ejecutado por su participación en las protestas. Majid Reza Rahnavard, de 23 años, muere en el patíbulo menos de un mes después de su arresto y tras ser condenado en un juicio fulminante y sin garantías procesales.
Lo que no fue noticia (y debería serlo)
- Que el discurso de Maduro estaba dirigido a su propia gente; en especial a aquellos que siguen creyendo que, con controles y precios máximos, el país mejora. La realidad es que aún quedan resistentes que creen que hay que regresar a los tiempos de Chávez y el Plan de la Patria… y Maduro debe lidiar con ellos.
- O que ya todos comprobaron que lo mejor es levantar controles de precios. Especialmente el precio del dólar. Hay que dejarlo flotar, porque ya no hay forma de defenderlo; la pregunta es si las medidas necesarias las tomarán ahora o si dejarán que la gente sufra más antes de tomarlas. Porque necesariamente tendrán que tomarlas.
- Ni que el tema de la restructuración de la deuda ha vuelto al radar oficial, aunque aún no está claro cuál es el propósito. Porque las sanciones impiden ni siquiera explorar ese camino.
- Tampoco que los tenedores de deuda, especialmente aquellos que no pertenecen a fondos institucionales, deberían agruparse para lograr una masa crítica para tratar con los tiempos para las prescripciones, para estar mejor preparados para negociar en caso de restructuración, y para poder participar en las privatizaciones a través del debt-equity-swap.
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