OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Gerencia del Cambio

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Inmediatamente que se inicie el proceso de reconstrucción nacional, hay que asegurarse de que la percepción que la población tenga del mismo sea positiva; y que, en caso de no serlo, haya alguna posibilidad de recibir la información y procesarla para procesarla y corregir.

Las campañas de comunicación no deben ser de propaganda, sino de información con utilidad práctica y simbólica para la sociedad. Debe responder al concepto de “preguntas frecuentes”, de forma tal de evitar vacíos informativos y malas interpretaciones que pudieran ser manejadas por las fuerzas opositoras, no en el campo político, sino en el ideológico.

Estos procesos deben manejarse desde las bases, utilizando medios tecnológicos, para tener información directa y actual de los problemas que enfrenta la gente, y de las expectativas de solución. Las redes que se vayan creando, no deben invadir los derechos a la privacidad, ni el manejo indebido de datos personales, sino que deben agruparse según afiliaciones territoriales o políticas, como la parroquia, la iglesia, o el lugar donde viva y trabaje.

La formulación de la campaña debe estar alineada con la estrategia política, social y económica. La comunicación del alto gobierno con la gente deberá descentralizarse, no solo en cuanto a temas especializados, sino también en lo político territorial.

La comunicación del presidente con la gente deberá administrarse como para que ocurra en casos especiales, los cuales deberían reglamentarse. La cadena nacional quedará solo para emergencias catastróficas; y para todo lo demás, se solicitará el encadenamiento voluntario cuando el Gobierno crea que la situación así lo amerita.

En otro orden de temas, se procederá, inmediatamente, a la restauración de las concesiones perdidas por fines políticos, y a la renovación automática de las concesiones existentes, así como crear una institución técnica alineada con los valores universales.

El uso obligatorio de eslogan, palabras y frases simbólicas propias de regímenes fascistas, serán eliminados de todo tipo de comunicación pública, restaurando el ambiente de armonía que caracteriza a las sociedades libres.

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