OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Fantasías sociales y ambientales

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Con niveles de pobreza del 90% y una recesión acumulada de más del 70%, existe una clara oportunidad de “salir juntos de la crisis”. Si bien la reconversión de la mano de obra no calificada hacia la calificada, y de la falta de orientación hacia el trabajo (de cualquier tipo), no es ni rápido ni sencillo, hay que trabajar con un enfoque “bottom up”, identificando las potencialidades y generando centros de formación obligatorios a cambio de recibir las ayudas económicas.

Que pasarían de ser subsidios a ser retribuciones, a cambio de prestaciones que, al principio, serán en tiempo dedicado al aprendizaje y, posteriormente, al trabajo en el que se lo vaya a asignar. Este tema es de extremada importancia, por lo que no puede estar afuera de ningún plan de desarrollo de salida.

La reconstrucción presenta la oportunidad de elegir la tecnología y las metodologías que mantengan la intensidad factorial en equilibrio, entre capital, tecnología y mano de obra. Con la excepción de aquellas industrias, como la eléctrica, en las cuales el estado del arte no permita una alta participación del factor trabajo, debería privilegiarse aquellas donde el uso del recurso humano sea más alto. No es aceptable vivir en un país con burbujas de riqueza y tecnología, rodeado por anillos de pobreza y miseria.

Al tratarse de seres humanos, la autoestima, el optimismo, el entusiasmo y la orientación al logro, son emociones y sentimientos que deben ser estimulados, no solo con campañas especializadas en gerencia del cambio, sino también con realidades que promuevan el trabajo, el desarrollo personal, la sana competencia y las ganas de crecer y ganar más dinero.

La estrategia inmediata para administrar el tema social, consistirá entonces en acompañar a la población en situación de vulnerabilidad a lo largo del camino hasta que puedan valerse por sí mismos.

Con los enfoques tradicionales será muy difícil de lograr, por lo que habrá que desarrollar esquemas creativos, los cuales, si bien estarán financiados por el Estado, deberían ser ejecutados por ODS´s (organizaciones de desarrollo social), que puedan articular las políticas públicas con las estrategias de RSE (Responsabilidad Social Empresarial) de las empresas, y con las iglesias, asumiendo el ciclo de vida completo; desde que se asume la responsabilidad del acompañamiento, hasta que se logra posicionar a la persona o familia en un ambiente laboral, a través del cual pueda valerse por sí mismo.

Se trata de la articulación de miles de ODS´s, con metodología, certificaciones, métricas y auditorias internacionales, a las cuales se les pueda asignar miles de familias. El rol del Estado, además del financiero, y de proveer las condiciones de organización y tecnología, será el de asegurarse la satisfacción del beneficiario final, que en este caso son personas o familias.

Mientras ocurre lo que explicamos en los párrafos anteriores, se irán desarrollando las instituciones y políticas públicas para asegurarse que nunca más va haber un manejo clientelar de la pobreza, ni el chantaje de comida por votos.

De los distintos momentos del ciclo de protección ambiental, en esta etapa hay que detener, abruptamente, el deterioro, al mismo tiempo que se actualizan y desarrollan políticas públicas para consolidar la sustentabilidad.

Detener el deterioro abarca el tema de emisiones, emanaciones y efluentes, limpieza de ríos y quebradas, y manejo del ciclo de desechos (basura), en las condiciones que inicialmente se puedan, con los recursos con los que inicialmente se pueda.

Para el tema industrial, cada empresa según su tecnología, debe suspender inmediatamente las emisiones, considerando que en un ambiente de profunda recesión habrá que aprovechar la nueva etapa de expansión, para que cada “dosis” de expansión ya incluya el componente ambiental.

Debe estar claro que con el deterioro ético y moral con el que se arranca esta etapa, habrá un riesgo importante de corrupción para evitar que la normativa se aplique, así que el saneamiento moral deberá ser apoyado con una legislación administrativa, que incluya altas penalidades económicas y hasta de cárcel.

Para el tema de limpieza de ríos, deben desarrollarse proyectos de inicio inmediato, para asegurar que los bolsones de agua dulce, pueden servir de base para el uso doméstico, más allá de la facilidad con la que se enfrentarán los procesos de potabilización.

Para el tema de la basura, habrá que incorporar toda la tecnología necesaria para su manejo y disposición, procurando aprovechar su incorporación a ciclos productivos que generen una demanda que asegure la rapidez entre que se desecha, se maneja y se dispone.

Tal como es la filosofía del enfoque propuesto, se privilegiará el uso de la empresa privada evitando el concepto dañino del “Estado empresario”.

Noticias destacadas

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

Mail: btripier@ntn-consultores.com   Instagram: @benjamintripier    Twitter: @btripier