OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Fantasías comunicacionales

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

El modelo de comunicaciones permite estandarizar, organizar y jerarquizar las comunicaciones. Son de suma importancia ya que, dependiendo del mensaje que se quiere dar, los ciudadanos lo recibirán de buena o mala manera.

Al tener una base de modelo comunicacional, se debería desarrollar una estrategia general de comunicación que se adecuará a los diferentes públicos: la empresa privada nacional, inversores extranjeros y, sobre todo, la población con sus diferentes clases sociales y condiciones. El modelo se complementará con un plan estratégico de comunicación que definirá los objetivos específicos de manera interna y externa.

Es importante mantener de forma organizada las comunicaciones para que sean eficientes y se pueda tener un mensaje claro y preciso que llegue a todas las personas.

El gobierno deberá tener distintas estrategias para cada público segmentado, tales como relaciones públicas, la prensa, las redes sociales –que cambia parte de la cultura del venezolano- y la comunicación corporativa.

Asimismo, se deberán mantener buenas relaciones con los diferentes medios audiovisuales, radiales e impresos, sin censura ni leyes “resorte”, ni persecuciones al flujo de la información y la investigación periodística.

Los medios públicos (que se pagan con el presupuesto nacional) deben ser los mínimos indispensables para una política informativa del Estado. El peso importante debe recaer en los medios privados, quienes serán los responsables de sus propias editoriales y con un equilibrio entre lo que el medio cree y lo que la gente necesita, siempre respetando la libertad de expresión.

Por otro lado, las redes sociales son un canal de comunicación e información para los ciudadanos, por lo que plataformas como Facebook, Instagram, Periscope y X (twitter) ayudarán a distribuir los contenidos importantes de cada institución pública y agilizar los procesos de retroalimentación de parte de cada ciudadano.

Con respecto a las comunicaciones internas en el Gobierno, deberán ser orientadas a lograr un buen clima organizacional y la alineación instrucción-resultado que haga que los tiempos de respuesta sean los más cortos y efectivos, así como el manejo de las crisis.

Por ejemplo, aclarar los rumores polémicos, resolver inquietudes de los venezolanos, responder con rapidez ante cada pronunciamiento de algún actor de la opinión pública, entre otras cosas.

Como complemento al modelo de comunicaciones, debe desarrollarse una estrategia de salas situacionales para analizar y estudiar los eventos que pudieran ocurrir, por lo que la toma de decisiones será más rápida y efectiva si se previenen los problemas y se toman las recomendaciones dadas por los expertos y los comunicadores.

Al empezar a construir las estrategias comunicacionales, se deberán tomar en cuenta los benchmarks para ver cómo han procedido otros países y mejorarlo. Así fue el caso de Colombia, que su imagen a nivel internacional eran el narcotráfico y las guerrillas y que, gracias a un nuevo enfoque en su plan comunicacional, pudieron explotar el turismo y quitar la mala reputación que tenía desde los años setenta.

Al tener en cuenta los benchmarks a seguir, se define la meta general del modelo comunicacional y sus objetivos específicos, que estarán acordes a los lineamientos de la estrategia y las condiciones del país. Sin embargo, no hay que olvidar que en cada paso que se avance se deben transmitir los valores y principios; y en una estrategia más refrescada, habría que resaltar la imagen del país con compromiso al paso de una Venezuela próspera, que destile optimismo y confianza en el futuro, pero también responsabilidad de los ciudadanos para lograrlo.

Aunque cada público es diferente, habría que mantener de manera homogénea los contenidos de comunicación e imagen en el mensaje de manera clara, transparente, concisa y, por supuesto, aprovechando la oportunidad que surja en el momento, independientemente del destinatario o receptor que lo reciba en cualquier medio.

Los mensajes deben ser claros y precisos, como hemos dicho anteriormente, y también dichos por voceros únicos y canales personalizados. Una recomendación es cuidar la elección de las palabras y la estructura de la información que se va a anunciar, para evitar ambigüedades, confusiones y ofensas.

No hay que olvidar que cada contenido debe ser creativo y atractivo para las comunidades, de manera positiva y motivacional, e ir exponiendo cada logro que se haya alcanzado. Tienen que demostrar que los venezolanos están comprometidos con la transformación de la rica Venezuela y que trabajan para ello. Así, el mensaje podrá llegar directamente a cada inversionista, empresa privada y ciudadano.

Es bueno discutir los temas y subtemas que se presentan en los mensajes, pues así se puede facilitar la detección de puntos ciegos en todo el plan para el país en sus distintas etapas de reconstrucción con diferentes perspectivas sociales y políticas.

Asimismo, identificar los riesgos de cada acción que se lleva a cabo y revisarlo periódicamente. Esto se puede hacer cuando se haya lanzado un mensaje y se quiere conocer las reacciones de los diferentes públicos. Una manera de monitorearlo es a través de las redes que sirven como generadoras de opinión. Si es positivo, las respuestas se implementa en el modelo comunicacional y se repiten los procedimientos; de lo contrario, se revisarán las fallas para mejorarlo.

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