OPINIÓN

Vitrina Venezuela: “El profeta del terror y su baño de sangre”

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Estamos claros que en la oposición actual no está el germen de la violencia. La población venezolana, ha cambiado en los últimos 6 años y, como parte de su transformación, la violencia política ha ido siendo reemplazada por la tolerancia, la paz y la armonía, que en los últimos años ha ido pregonando María Corina Machado, y, en el último par de meses, también Edmundo González Urrutia, cuando se incorporó como candidato de oposición (plan C).

Revisando los últimos meses de comunicaciones y presentaciones públicas de los dos verdaderos contendores, MCM y Maduro, la primera, en ninguna de sus apariciones que convocaron presencias masivas a lo largo y ancho del país, hizo algún comentario violento o insultante… porque revelar el desastre al que ha conducido el chavismo al país, no es violencia, sino apreciación de la realidad; y el modo, que siempre es importante, no cabe duda que es el resultado de una buena educación recibida en su casa… eso se nota.

Maduro, por su parte, en el mismo período, ha basado casi el 100% de sus discursos de campaña, en insultos, descalificaciones y amenazas, todas con un sustrato de violencia, con la intención de amedrentar y generar miedo en la oposición, para que no salga a votar el 28J. Eso sin contar con los ataques físicos y las detenciones arbitrarias, reales y comprobables, que sufrió MCM y su gente en estos meses; además del sabotaje a sus vehículos, que, de haber funcionado, la podría haber lastimado a ella y a su equipo.

NMM usó todos los medios posibles, empapeló las calles, mientras que MCM y EGU, fueron presenciales y usaron las redes sociales. Pero ese desbalance no pasó desapercibido por la población, quienes, al mismo tiempo de estar saturada de tanto chavismo, se dio cuenta de la diferencia de estilos… y el de MCM/EGU les gusta más, porque les abre la esperanza.

Para que haya una guerra civil, el pueblo debe estar dividido en bloques antagónicos con capacidad de violencia y disposición de armamento; única situación que pudiera derivar en un  “baño de sangre”. Si ganara la oposición, no cabe duda que el chavismo tiene la capacidad de intentar iniciar un proceso de violencia, pero no hay ambiente para que esa chispa prenda nada.

Lo que sí pudiera pasar es que, si ganara Maduro, se desaten manifestaciones masivas de protesta, pero en forma pacífica… los votantes de oposición, hoy, prefieren ser pacíficos… por eso votaron a la dupla María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.

En una guerra civil no hay militares; porque si se incorporan, pasa a ser represión. Claro que, en cualquiera de los dos casos, pudiera convertirse en un baño de sangre. Pero no parece que en el ánimo de la sociedad está ninguno de los dos conceptos, ni la guerra, ni el baño. De hecho, el único que dice esas cosas es Maduro, en una clara demostración de haber perdido el contacto con la gente… nadie quiere a un “profeta del terror”, que es en lo que se ha convertido Nicolás Maduro Moros.

Hasta el último momento, esto es en la noche del 28J, seguirá la pulseada interna del chavismo entre los “radicales” que no quieren entregar el poder, y los que yo llamo “institucionales” quienes si estarían dispuestos a hacerlo. Pero esa situación, si gana la oposición, no terminará esa noche, sino que seguirá todo el periodo de transición… serán 5 meses complejos y turbulentos.

Y, pese a que no se “lee” violencia en la sociedad, siempre es posible que haya actos violentos de desestabilización… todo depende de quién los promueva y de que capacidad de daño tenga.

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