Lo más difícil de escribir comenzando el año es la selección del tema. Uno puede caer en la tentación de hablar de lo que ocurrió en el año que terminó, o caer en un tema casualmente de moda. Quiero arrancar con el tema del cambio de moneda hacia lo que llamo “el peso venezolano” pues me parece que es algo posible, necesario y debería abrir un debate que nos beneficiaría a todos: es una idea fresca para elaborar y tratar de convertirla en acciones concretas.
Deberíamos pensar seriamente en cambiar la política, crear el peso venezolano, legalizar la utilización del dólar, y dejar flotar la cotización en un mercado único; y trabajar, a partir de esa premisa, para utilizar todas las demás herramientas disponibles y hacer los ajustes en materia fiscal para armonizar el nuevo modelo, el cual nos garantizaría casi desde el primer día, una inflación suficientemente baja como para cambiar positivamente la actitud de la gente.
La estabilidad del tipo de cambio es un factor determinante de la confianza en la política económica del país, por parte del público y de las empresas. Además de ser, en nuestro caso, el último baluarte contra una inflación que presiona por volver a dispararse como si estuviera dentro de una olla de presión.
Y cuando la estabilidad del tipo de cambio se ve afectada por declaraciones interesadas e inoportunas desde distintos ángulos de la vida nacional, incluyendo el oficial, entonces hace falta un instrumento más duro que soporte la decisión de mantenerlo estable. Un instrumento tal que deje fuera de posibilidades a las declaraciones tendenciosas.
Debo mencionar que las declaraciones por parte de cuasi voceros oficiales descoordinados y aleatorios, se han constituido en un instrumento usual de política económica el cual periódicamente causa sobresaltos y favorece a unos pocos y perjudica a otros muchos.
Venezuela tiene un cuasi anclaje cambiario de hecho; pero al no ser el resultado de una ley de alto nivel, sino a una política experimental, genera en el público expectativas devaluacionistas que llevan a periódicos minipánicos, que generan corridas contra la moneda local. Esto no ocurriría si la decisión del anclaje, fuera con el soporte de un instrumento legal del más alto nivel.
Los dos pilares de la lucha contra la inflación que se están aplicando, son el encaje bancario y la semi libre flotación del tipo de cambio. Porque cada devaluación, por pequeña que sea, nos aleja un poco más de la inflación cero, que está claro que no es el objetivo del gobierno, pero debería serlo.
La cantidad de sectores protegidos y especulativos interesados en devaluar, genera una presión muy grande; y la tentación de devaluar cediendo a esas presiones, es también muy grande; y la expectativa del público y de las empresas de que esto vaya a ocurrir, es aún mayor.
No hay que confundir lo que creen los empresarios con lo que les gustaría creer; es un equilibrio precario que se rompe, con sólo alguna desafortunada declaración oficial extemporánea o mal explicada/entendida.
Por eso, luego de la Memoria y Cuenta comenzó una cadena de eventos de anticipación, de prevención y de interpretación múltiple, que hicieron que las medidas, en realidad no cambiaran las cosas, porque, antes de que salieran las providencias, los actores ya habían tomado posición.
Si la flexibilidad del 10% no había tenido aceptación, la pregunta es: porqué creerían que llevándola al 30% si funcionaría. Los bancos están congelando una parte de la cartera al ofrecer los dólares al mercado, y unos días después, cuando tengan que pagárselos al depositante, ya les resultarán más caros, produciéndose el “descalce” en los libros, que en definitiva se reflejará negativamente en los resultados del banco. En fin… cosas que habría que evaluar.
Y, por otra parte, inyectar capacidad de demanda en la economía ampliando la cartera de créditos de la banca, producirá, casi sin duda, una presión sobre los precios, porque la oferta de bienes y servicios seguirá siendo la misma, pero con mayor capacidad de demanda compitiendo por ellos.
Hay que entenderlo: por cada unidad nueva de producción que pretendamos “enchufar” en el sistema eléctrico, habrá que “desenchufar” otra, pues nuestras capacidades eléctricas son rígidas y con tendencia al deterioro, por temas de repuestos y mantenimiento… de canibalizar lo que se pueda, para mantener “prendido” lo que se pueda.
Además, hay que avanzar sobre el tema de las privatizaciones y reducir el aparato estatal para evitar las distorsiones de un Estado, del cual se espera una cantidad de resultados, pocos de los cuales tienen que ver con su verdadero rol: el de proveernos de salud, educación y justicia, en un ambiente de reglas claras abiertas. El Estado debe continuar minimizando su influencia en la economía privada.
Hoy en día, cuando alguien que quiere defender sus ahorros, piensa en el dólar a largo plazo y en la moneda local sólo para hacer ganancias especulativas a corto plazo, está demostrando falta de confianza en el signo monetario.
Es necesario considerar una reforma monetaria integral que le cambie el nombre a la moneda, la baje de denominación, y la amarre a una referencia dura que deje en el pasado al menos tres elementos de distorsión de la vida diaria:
- Que la economía sea un tema de conversación hasta en niños de primaria
- Que la inflación sea un tema de vida
- Que la devaluación viene y cuándo
Por otra parte, es mejor manejar una reforma monetaria forma proactiva, teniendo el control de la situación, que hacerlo en forma reactiva como forzados por las circunstancias.
Este va a ser un buen año, pero con un acuerdo nacional para atacar de raíz nuestros problemas económicos; porque ya no somos un ”pobre país rico», sino un “pobre país pobre”. Y a partir de ese reconocimiento, tenemos que trabajar para hacer de este 2023, un mejor año que el anterior.
Noticias destacadas
- Divisa norteamericana cotizó en 22,20 bolívares por dólar la tarde del miércoles pasado (se hicieron operaciones en 22,77); 2022 cerró con casi 50% de inflación en dólares.
- Cerca de 6,5 millones de venezolanos padecen hambre, según informe de la ONU (agencias de la ONU para la salud (OMS), alimentación y agricultura (FAO), la infancia (Unicef), el desarrollo agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos):
- «En Suramérica, Venezuela tuvo la mayor prevalencia de subalimentación (22,9%), que en números absolutos equivale a 6,5 millones de personas», señala el informe «Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022» elaborado por varias agencias de Naciones Unidas y publicado este miércoles.
- La prevalencia de subalimentación es un indicador que capta «un estado de privación de energía que dure más de un año», por lo que representa el número de personas que se acuestan regularmente con hambre.
- El 4,1% de los niños menores de 5 años en Venezuela sufre desnutrición aguda, «una condición que pone en peligro la vida» de los infantes y que es «causada por una ingesta insuficiente de energía y nutrientes, una mala absorción de energía y nutrientes o una enfermedad frecuente o prolongada».
- La dolarización de la banca sigue avanzando: depósitos en divisas subieron 407,7%.
- Rodríguez Zapatero financia en secreto a un candidato «opositor» para legitimar la reelección de Maduro (bueno… podemos imaginarnos quién es ese “candidato”, y también que cuenta con el apoyo del G3. Todo esto de la eliminación del interinato tiene ese solo propósito).
- Las garras de Rusia en América Latina: Lavrov destacó lazos con Cuba, Nicaragua y Venezuela. El ministro se refirió en particular a la interacción en el formato Rusia-Celac.
Lo que no fue noticia (y debería serlo)
- Que los perfiles socioeconómicos indican que, para una población de 26 millones de habitantes, hay 83% de pobreza que representaría 21,58 millones de personas; lo cual incluye 67% de indigencia, para 17,4 millones de personas. Con la nueva información de la ONU, se abre una subcategoría dentro de la indigencia que alcanza a 6,5 millones personas, que pasan hambre.
- O que habrá que ver si Rusia tiene o no protagonismo en la reunión de la Celac del próximo 24 de enero en Buenos Aires. En Venezuela el tema Rusia pasó casi desapercibido en la presentación de la Memoria y Cuenta de la semana pasada.
- Ni que una vez más regresaron las protestas callejeras masivas por razones no políticas, más vinculadas a la supervivencia personal. De hecho, el grueso de los protestantes es de perfil chavista. Estamos en presencia del límite de la verticalidad partidista, y un punto de quiebre para la credibilidad puertas adentro que tiene el gobierno. Ellos dicen: “No aguantamos más”.
- Tampoco que el ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer – prototipo de chatbot de inteligencia artificial ajustado con técnicas de aprendizaje, desarrollado en 2022 especializado en diálogo) está llamado a ser parte activa de nuestras vidas. Hay que estar atentos y hacerle seguimiento
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