OPINIÓN

Vitrina Venezuela: El liderazgo como antídoto para la resistencia al cambio

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Una de las posibles debilidades (o flancos vulnerables) en el proceso de cambio, se da cuando hay una rotación en el máximo nivel de la organización; esto es en el promotor o responsable del cambio. Y es así, pues el liderazgo es la pieza clave; es la única manera de balancear lo que se quiere con lo que se puede, sin que sea aprovechado por los resistentes; ambos, los declarados y los peores: los que se declaran a favor del cambio y actúan encubiertos.

Y menciono lo de los signos de debilidad, pues otro de los enemigos del cambio (y aliado de los resistentes) es la complacencia; no se puede complacer a todos. El poder de la visión conducido por el líder debe convertirse en una fuerza que imponga criterio y siente bases para funcionar como un ariete que, sin detenerse, y con un gran sentido de urgencia, transite la zona peligrosa que va desde la situación actual, hasta la situación deseada.

Para el éxito de los procesos de cambio, estos deben ser convertidos en proyectos, que tengan principio y fin, así como que tengan productos identificables, y responsables claros. Debe haber un grupo de implantación comprometido (y no infiltrado por los resistentes escondidos), apoyado por consultores gerenciales con experiencia en procesos de cambio.

Pero hay que tener claridad en que el cambio no es producido por los consultores. Ellos son solo los facilitadores del proceso. La responsabilidad será siempre del líder máximo de la organización, quien, apoyado en una arquitectura de roles bien definida, aplica la fuerza de la visión para lograr en el menor tiempo posible los resultados que se esperan.

En muchos casos, si el cambio fuera explicado adecuadamente, y por los líderes correspondientes (aquellos que gozan de la credibilidad de los sujetos del cambio), la resistencia bajaría.

Por experiencia, recomiendo trabajar en forma especial en el tema de la resistencia; y mucho más en el sector público que en el privado. Para ello hay que:

No hay que permitir que el ambiente se deteriore. Hay que actuar con firmeza y evitar y rechazar a todos aquellos que induzcan rumores o creen situaciones ficticias de riesgo o de esfuerzos excesivos. He sido muy insistente con lo de LA FUERZA DE LA VISIÓN, pues es la única manera de separar lo importante de lo demás; aún en ambientes complejos o afectados por la desmotivación y la falta de fuerza política.

A la larga, los cambios que tengan que ser, serán; pero si no se logran a la primera vez, la segunda será más difícil (Recomiendo complementar con la lectura de la Vitrina Venezuela del 20 de noviembre “Resistencia al Cambio: un peligro manejable”).

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