OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Cuidar el empleo

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Entre la reducción del estado que va produciéndose poco a poco y en forma orgánica; y la recesión del sector privado, contingentes importantes de personal serán liberados en un mercado de trabajo que no tiene lugar para todos. Debe haber una conciencia social para suavizar el proceso de transición hacia el crecimiento, y evitar problemas sociales que aún estamos a tiempo de anticipar y manejar.

En la mayoría de los casos los empleos desaparecerán porque eran ficticios, sin aporte de valor; dicho de otra forma, no necesariamente se está creando desempleo nuevo, sino que se está reconociendo una realidad que antes estaba disfrazada. Desempleo escondido.

Los desequilibrios en la estructura laboral debidos principalmente a la generación artificial de empleos, debidos a su vez a la generación artificial de empresas (públicas y privadas no viables), tienden a subsanarse en el tiempo, pero de una manera lenta y dolorosa.

Cuando una empresa no tiene razón de ser, esto es razón económica de ser, comienza a desgastarse primero, a través de la pérdida de sus recursos realmente valiosos (aquellos que pueden encontrar trabajo rápidamente en otra parte), y luego, de un momento para otro cierra (o quiebra, o ambas), y deja en el mercado una cantidad de gente que se encuentra en los niveles medio y bajo de la probabilidad de conseguir un empleo.

En esto hay un componente fuerte de injusticia social, pero es el precio del reajuste de la estructura laboral.  Tal vez esas personas que están en los niveles medio y bajo en la probabilidad de conseguir otro empleo, podrían haber tenido mejores oportunidades en trabajos para los que estuvieran realmente capacitados, si hubieran tenido a tiempo un indicador o «filtro» que los orientara en su carrera laboral (también pudo influir negativamente el haber conseguido el puesto «por una palanca»).

Si bien creo que el equilibrio entre las verdaderas necesidades de la economía, y las capacidades disponibles en el mercado para cubrirlas, debe tender a alcanzarse, hay   rigideces inducidas por un enfoque proteccionista tal como exigir una colegiatura para poder ejercer una función o la eliminación de exámenes de admisión, o de pruebas de suficiencia para optar a una carrera o un trabajo, e incluso para mantenerlo.

A lo largo de la carrera profesional/laboral hay filtros que son necesarios, y que le dan al estudiante/trabajador un mensaje claro de cómo corregir su formación para alinearla con sus capacidades primero, y con el mercado laboral después: Es decir debería estudiar/formarse/graduarse en algo para lo que si tenga aptitud (primera alineación), y debería estudiar/formarse/graduarse en algo que adicione valor social (segunda alineación).

Las distorsiones inducidas por las causas mencionadas, retrasan el punto de toma de decisión forzado por el filtro: el examen de admisión que no se pasó para entrar a la universidad, más el examen de admisión que no se pasó para entrar al mercado laboral, se pasa luego cuando se presenta la crisis. Y el resultado es que debió haberse dedicado a alguna otra cosa en la que realmente se fuera bueno.

No se está pidiendo que todos sean brillantes; se está pidiendo que por lo menos sepan hacer la tarea para la cual fueron graduados o contratados; es el choque contra la realidad de aportar o no valor, en el trabajo que se hace.

Los empleos temporales son indicadores positivos pues permiten contratar a alguien en un período de prueba, y si realmente cumple con las expectativas se queda, o bien renovando continuamente una relación temporal, o bien incorporándose en nómina permanente.  Esto significa flexibilidad.

Estabilidad laboral antes significaba pertenecer a una empresa grande, sepa o no sepa hacer su trabajo. Hoy en día esa estabilidad significa saber hacer la tarea y permanecer por el valor que agrega su trabajo.

La transición que ayude a armonizar el mercado laboral, se dará a través de la posibilidad de contratación temporal, así como de la contratación externa o outsourcing. La focalización y la especialización serán los marcadores importantes.

Por ejemplo, en una relación laboral normal, la supervisión del personal de limpieza se hace de manera intuitiva y sin proveer los medios técnicos para lograr resultados a cambio de un pago. Esta misma ocupación, pero dentro de una empresa especializada en servicios de limpieza, dará más apoyo al trabajador en cuanto a métodos de trabajo y consistencia en la calidad del servicio. La empresa recibirá un mejor servicio contratando a una empresa de limpieza que contratando directamente a alguien para que limpie.

Esa es la tendencia; cada vez más los requerimientos por resultados buenos y continuos será mayor y hará que cada quien haga lo que sepa hacer mejor. Estoy hablando de las empresas; pero estas están soportadas por gente, para quienes se aplica lo mismo: que cada quien haga lo que sabe hacer mejor.

¿Cuál debe ser el enfoque en un periodo turbulento como el que estamos viviendo?  Posiblemente haya que dejar fluir libremente las fuerzas del mercado, liberándolos de las ataduras de una etapa de bonanza excesiva y mal aprovechada.

La mínima intervención estatal y la máxima negociación entre partes.  No hay que olvidar que la realidad es el resultado de la contraposición de una oferta laboral que trata de defender su estabilidad, con una demanda laboral cada vez más restringida por la recesión. Los mismos o más trabajadores con cada vez menos puestos de trabajo. Los mejores tomarán los primeros puestos, los que le siguen los siguientes, y así, hasta que, como en el juego de la silla, algunos se queden sin puesto.

¿Cómo se recupera? La economía debe volver a crecer y en el proceso de expansión, demandar empleo nuevamente. Pero la nueva demanda vendrá primero para los mejores (nuevos en el mercado laboral), y así sucesivamente; y los que no se reacomodaron o adaptaron a las nuevas circunstancias, seguirán sin empleo.

El desafío hoy para los que tienen un empleo, para los que no lo tienen y para los que se están formando, es alinearse con las necesidades actuales y futuras del mercado, tanto en aspectos básicos y comunes como la actitud de servicio, como en aspectos especializados: no hay que improvisar; hay que saber hacer la tarea y demostrarlo.

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