OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Cómo salir de la pobreza

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

¿Cuáles son los elementos que nos caracterizan como pobres? Uno de ellos es la capacidad para mantener en el país la renta producida por la agregación de valor. Por ejemplo, en el caso del petróleo crudo, cuanto más petróleo crudo exportas más pobre eres; mientras que cuanto más petróleo refinado y productos petroquímicos exportas, más riquezas retienes.

Los componentes de un juguete plástico importado son el petróleo crudo, la refinación y producción petroquímica, la inyección del plástico y la comercialización. Allí, Venezuela retiene solamente las ganancias del producto crudo, la cual utilizamos para importar ese juguete, transfiriendo la agregación de valor al país exportador.

Esto se extiende a la actividad industrial en su totalidad, reflejándose en la baja profundidad de la fabricación industrial, pues recibe el producto prácticamente terminado convirtiéndolo también en transmisor de riqueza hacia otras latitudes.

Solo seremos un país rico al incrementar la relación de valor en sus fronteras, al descubrir un nicho específico en el cual competir favorablemente. En este recorrido se necesitará seducir al capital nacional y extranjero para aumentar el empleo y mejorar la infraestructura, y tocar la puerta al endeudamiento, provisionalmente, para eludir la reducción instantánea de la política de subsidios o pensar erróneamente en aplicar un despido masivo de trabajadores públicos para reducir el gasto, pues podrían convertirse en factores que destapen una gran conflictividad social.

¿Hacia dónde debemos ir entonces? Para transitar de país pobre a país rico debemos tener conciencia de nuestro presente, reforzando las fortalezas y corrigiendo las debilidades. Estudiar los análisis de la matriz FODA permitirá conocer en detalle la situación actual del país y la futura, aprovechando las oportunidades y mitigando las amenazas que también configuran este tránsito.

Habrá que romper la mentalidad de las materias primas –renovables o no– y cambiarla por la del valor agregado, sin importar si los recursos son propios o no. El falso dilema de que la soberanía reside en medios de producción nacionales y no en riqueza, bienestar y valor nacionales. Así hayan sido producidos por la inversión extranjera.  El verdadero rol del Estado no está en apropiarse de los medios de producción, sino en regular su utilización. El daño que nos ha hecho, y sigue haciendo el pensamiento marxista es incalculable.

Habrá que identificar dónde está la oportunidad y saber hacia dónde habrá que apuntar; ese es el secreto de la riqueza. Continuar señalando hacia las actividades petroleras, cuando el mundo está dando por culminada esta etapa, representa un retraso en comparación al resto. La mayoría de los recursos naturales venezolanos son no renovables y el ciclo de vida indica que en algún momento se agotarán. Si se siguiera este modelo, Venezuela estaría condenada a la extinción.

Por eso es tan importante cambiar el modelo, rompiendo paradigmas y alineando el país con la economía mundial, ingresando al flujo global de comercio y negocios, la única garantía de riqueza y bienestar.

No es tan importante un cambio de Gobierno como sí lo es el cambio de modelo económico, que combine capitalismo con atención a la gigantesca masa de pobres que tenemos. La interrogante es si eso es posible.

Esa es la razón para salir del conflicto político pensando en la gerencia con un proyecto que debe dar, no solo una esperanza de salida a la actual situación de crisis, sino que, además, debe perdurar en el tiempo como todo proceso de planificación.

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