OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Cambiar para crecer

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

Para que un país pueda considerar seriamente que tiene opciones para sostenerse como competidor global, debe balancear (como comunidad, como un todo) tres elementos:

Un perfil general de Latinoamérica la coloca con los dos primeros elementos en vías de consolidación (unos países más que otros), y con el tercero (el de la transparencia, la ética y la moral) aún muy incipiente.

En general, la participación en mercados globales, no se da solo por precio o tasa de retorno propiamente dicha, sino por el concepto de «riesgo-país», el cual distorsiona precios y tasas, y hace perder continuidad a los negocios.

Hace falta un sistema jurídico imparcial, reglas de juego comercial y económico acordes con el resto de la comunidad internacional y una orientación innata en la gente hacia la honestidad y la transparencia.

Hasta que no haya sistemas de salud y de educación que prioricen al ser humano (versus priorizar la burocracia), hablar de atención al cliente y de mercados globales, no pasa de ser, de alguna manera, un eufemismo.

Para Latinoamérica, entrar en las «ligas mayores» de la globalización pasa a ser mucho más que buenos precios y tasas atractivas.  Es tener países organizados en forma armónica, en los cuales la «riqueza» macroeconómica se refleje en bienestar microeconómico para todos los ciudadanos.

Estamos en una situación especial en la cual, por lo menos en lo económico y lo social, no podemos seguir como vamos… porque vamos mal.

La solución “solo de cara adentro” no va a funcionar, porque se nos acabaron los recursos para operar; ahora necesitamos recursos externos –inversiones- que no van a llegar a menos que se produzca un cambio en las relaciones que este sistema de gobierno, ha forzado a sostener.

Nos hemos enemistado con quien siempre fue nuestro apoyo y nuestra muleta. Tratando de engancharnos con otro tipo de regímenes que no están ni cultural ni territorialmente, cerca de nosotros. No tenemos nada que ver ni con chinos, ni con iraníes ni con rusos, y además, están muy lejos. Y cuando se desate la gran guerra que se avizora, y que parece no tener vuelta atrás, no solo seguirán lejos, sino que serán los enemigos del mundo al que siempre hemos pertenecido.

Porque en estos años de disputas estériles que terminaron empobreciéndonos, nunca hemos dejado de pertenecer a ese mundo, que está liderado por Estados Unidos y al cual, orgullosamente, pertenece Europa. Estamos del lado equivocado de la ecuación, y eso tiene que cambiar. La gran pregunta es si se puede cambiar con el chavismo en el poder; y si con reemplazar a los funcionarios sancionados y perseguidos por la justicia americana, sería suficiente como para producir el cambio que necesitamos, así el chavismo siga en el poder.

Como Venezuela necesitamos entrar en las «ligas mayores» de la globalización, porque de otra manera el aislamiento y las sanciones terminarán por reducirnos aún más. Porque si hoy tenemos 21 millones de pobres sobre 26 millones de habitantes, a este paso, si no damos un golpe de timón, tendremos 23 millones de pobres al finalizar 2024.

Necesitamos cambios de fondo, reorganizarnos y buscar crecer en forma armónica, pero acelerada, para que rescatemos algo de la «riqueza» macroeconómica que supimos tener, y que se refleje en bienestar microeconómico para todos los ciudadanos.

Noticias destacadas

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

btripier@ntn-consultores.com

Instagram: @benjamintripier

Twitter: @btripier