OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Blindaje, focalización y oportunidades

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

La transformación necesaria de nuestra sociedad no ocurrirá de un momento para otro,sino que será por etapas. La primera, que llamamos el control de daños, en la que posiblemente nos encontramos hoy, busca evitar o administrar el colapso. Es una etapa de incertidumbre, que, para superarla se deberán desatar nudos iniciando urgentemente una toma de decisiones correctivas.

Se trata de la fase más difícil pues es fundamental que en este periodo ambos bloques políticos firmen una especie de contrato social o compromiso de gobernabilidad. Está, a su vez, dividida en tres momentos: blindaje, focalización y oportunidades.

Si se supera la incertidumbre, debería iniciarse una etapa de reinvención para reposicionar al país asertivamente en el mundo, reconociéndonos como una sociedad post-petrolera, imposibilitada a seguir dividida en dos mitades y con completa capacidad de encarar proyectos conjuntos.

Posteriormente, la estabilización, el ciclo para evolucionar que podría extenderse de 20 a 30 años, dejándonos en un camino hacia un crecimiento sostenido y un sentido de dirección compartido por todos los venezolanos. Cada etapa se dará por terminada cuando se cumplan todos los objetivos planteados en ese marco de tiempo, lo que significa que no será posible avanzar a la siguiente fase de un ámbito hasta tanto se haya finalizado la anterior.

Las dos primeras etapas deben servir para armar las bases de las políticas de Estado; no se tratará de hacer borrón y cuenta nueva (aunque en algunas áreas eso será necesario), sino de mantener aquellas políticas de asistencia que son estructurales para la supervivencia de la nación.

Otro elemento a considerar es, convertirse en una economía pospetrolera. Sin bien el petróleo seguirá siendo una fuente importante de ingresos, no debe olvidarse que, pese a darle trabajo a no más de 100.000 personas en el país, alimenta a casi toda la base de la pirámide.

Resultará extremadamente complicado que los petroleros empleen mucha más gente, a menos que se integre la explotación aguas abajo permitiendo que los privados puedan manejar el petróleo con pozos privados. Si se mantiene la política de empresa petrolera estatal, una etapa en vías de superación en el negocio petrolero mundial, la única manera deberá ser a través de ingresos no-petrolero.

A menos que les permitan a operadores privados hacerse cargo de los pozos, sería muy difícil que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) pueda generar más de 100.000 empleos genuinos; de hecho, este era el cálculo cuando la estatal producía más de 3 millones de barriles. En la actualidad, la cifra de empleados se ha incrementado exponencialmente en competencias no petroleras.

¿Cuáles son los elementos que deben acompañar esa estrategia de transformación? ¿En qué consiste esa Venezuela productiva? En definitiva, se deberá permitir vivir bien en una sociedad solidaria e internalizar un régimen de propiedad equitativa en el que se haga una distribución social de la riqueza productiva.

Para balancear los tres elementos de la sustentabilidad (social, ambiental y económico), y darle su justo equilibrio, no se deberían construir estrategias estructurales que administren la pobreza porque la experiencia de estos años nos ha demostrado que no resulta efectivo. Así, habrá que ingeniar estrategias para sacarlos de la pobreza e ir incorporándolos cada vez más al sistema productivo.

La estrategia de “pobreza cero” significa que el pobre rápidamente tendrá que incorporarse a la producción, mediante estrategias muy rápidas de generación de posibilidades, disminuyendo las carencias de entorno y hogar.

Vivir bien en una sociedad solidaria significaría que todos los estratos sociales se sientan parte de un mismo sistema, donde el Estado, con una presencia importante pero menos protagónica, permitirá que esto ocurra. El mejor ejemplo es cuando en un partido de fútbol el árbitro se convierte en la estrella. Ese es el Estado. El árbitro debe ocuparse de que todo funciona bien, que los jugadores jueguen bajo las reglas y no cometan faltas, pero no hacerse notar. El Estado que se hace notar demasiado intenta justificar, con su aparición y la propaganda, una ineficacia de fondo.

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