OPINIÓN

Vitrina Venezuela: big bang, cambio explosivo y radical

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

El proyecto de transformación del país que está en marcha es de cambios estratégicos muy rápidos, lo cual le induce grados de riesgo muy alto el cual solo podrá ser compensado con un fuerte liderazgo no distorsionante y con la aplicación rigurosa de técnicas de gerencia del cambio. Hay que estar claros en que estamos recorriendo un camino inexplorado y sin “red de protección”.

En Venezuela nos encontramos en un proceso de revisión de conceptos y estructuras.

En el sector privado las empresas se reajustan y redimensionan para sobrevivir y evitar desaparecer, y en el sector público, la administración está sometida a procesos de transformación, fusión y re pensamiento; y las bases políticas están enfrentando desafíos que cuestionan sus elementos esenciales.

En general, los cambios estratégicos se asocian a la gradualidad, y los cambios tácticos a la rapidez. Cuando un cambio es estratégico y rápido, se produce una mezcla peligrosa y de alta volatilidad, la cual, si bien es riesgosa, también presenta un perfil de ventajas y oportunidades.

Los procesos de cambio pueden ser graduales o explosivos, y pueden ser parciales o radicales. Cuando el cambio es explosivo y radical, estamos ante una situación de big bang, o lo que es lo mismo, se impactan profundamente las estructuras existentes para destruirlas y comenzar nuevamente, todo esto en periodos muy cortos de tiempo.

Las situaciones de big bang presentan ventajas y desventajas; entre otros, la ventaja es la de acortar los tiempos al dolor y la incertidumbre. Y la desventaja es la de quemar las naves.

Un ejemplo de proyecto big bang es el que está en marcha para transformar el país, que no está totalmente concientizado por la dirigencia, pero que está ocurriendo, y está ocurriendo muy, pero muy rápido.

En un par de años pasamos a la dolarización de hecho, al libre mercado, a la fantasía de “Venezuela ya se arregló”, a la caída brusca y ahora, zambulléndonos en la base de la pirámide con envases muy pequeños, ventas por peso muy bajo, y pérdida muy fuerte del valor de la moneda… de las dos… del bolívar, y del dólar. Infobae compartió un estudio indicando que lo que se compraba con 100 dólares en 2019, hoy requiere de 800 dólares… hagan cuentas.

Venezuela está en un proceso de cambio, o al menos intentando lograr un cambio, el cual, para que sea exitoso y produzca la menor cantidad de daño posible, debe contar con un liderazgo representativo que lo impulse sin distorsionarlo, y logre encausar el conjunto de fuerzas que inevitablemente son disparadas por el proceso, para evitar la anarquía y  obtener el mayor consenso posible.

Cualquier proyecto público o privado que tenga a la gente como participante, debe contar, para tener éxito, con una estrategia clara de manejo de situaciones de cambio.

Un primer paso es reconocer que hay una situación de cambio identificada, tomando conciencia de que los procesos de cambio no son discretos, sino que por el contrario son continuos, lo cual quiere decir que el cambio comenzó antes de la toma de conciencia, y continuará aun después de que uno pueda pensar que ha terminado.

Esto es así, pues hay infinitos procesos de cambio en paralelo, unos en etapas incipientes, otros en su clímax, y otros en el tramo de decadencia, lo cual lejos de significar que el proceso va a terminar, significa que se va a transformar y comenzará nuevamente con su ciclo vital, tomando o no elementos de su ciclo anterior.

Cuando se habla de proceso de cambio, se está hablando de infinitos procesos de distinto matiz, que se están desenvolviendo simultáneamente, con diferentes jerarquías, diferentes intensidades y diferentes prioridades.

Tal vez los únicos elementos en común que tendrán todos esos procesos simultáneos que llamamos cambio, sean el miedo, la incertidumbre, la resistencia y el dolor.

Para gerenciar el componente humano impactado por el proyecto en cuestión es necesario discretizar el proceso o sea darle un principio y un fin referenciales, con tiempos y resultados esperados; y considerar desde dónde viene (inercia), y hacia dónde puede dirigirse (impulso).

Desde dónde viene el cambio es importante pues permite evaluar la calidad de los componentes técnicos, emocionales y financieros, además de las creencias y valores subyacentes.

Hacia dónde irá es importante también pues no es más que el resultado producido por las fuerzas del cambio.

En el medio de los dos anteriores (desde donde viene y para donde va), está el proyecto del que hablamos, el que está impactando todas las estructuras, y promoviendo la transformación. Técnicamente, hay que darle un inicio y un fin, con resultados identificables, en tiempos determinados.

Al tratarse de un proyecto de big bang, los riesgos son mayores que las ventajas, por lo cual es recomendable aplicar con rigurosidad técnicas de gerencia del cambio, las cuales en general, no intentarán torcer el rumbo del cambio, sino que tratarán de rescatar sus elementos esenciales para alinearlos con los objetivos del proyecto, los cuales, en términos de peso específico, son subordinados a la fuerza del cambio en sí misma.

Si se “maquillan” los objetivos del proyecto de forma tal que se altere el rumbo propio del cambio, el proyecto fracasará y volverá a comenzar tantas veces como las necesarias para que se entienda cual es el verdadero flujo del cambio; el que es, y no el que le gustaría que sea a los interesados en torcerlo.

Para gerenciar el proceso, debe aplicarse una técnica consistente orientada a facilitar las comunicaciones de doble vía y a elaborar los miedos. Consta de tres pasos básicos:

  1. Reconocimiento o clarificación del entorno y determinación de la arquitectura de roles.
  2. Desarrollo de estrategias focalizadas de manejo del cambio bajo big bang.
  3. Aplicación de estrategias y vuelta al primer paso, iterando permanentemente, a fin de ir ajustando la estrategia.

En el primer paso es importante la calidad de los instrumentos de medición y la habilidad para interpretarlos, pues de allí surgirá la alineación del proyecto que se impulsa, con las verdaderas tendencias de cambio, los potenciales de resistencia y las fuentes de dolor, miedo e incertidumbre.

En los pasos segundo y tercero, debe contarse con una guía referencial que indique el rumbo del proyecto. Al tratarse de big bang los tiempos son muy cortos y las capacidades de reacción son limitadas. La guía referencial es una sucesión de pasos que si no se cumplen pueden afectar el resultado del proyecto:

Cuando el  cambio tipo big bang tiene un fuerte componente político con transformaciones en las estructuras administrativas, e impactos profundos y negativos en lo económico y social, la transición tiende a ser dolorosa, y la incertidumbre tiende a convertirse en caldo de cultivo de los resistentes.

Si bien cuando resulte exitoso el proyecto, el valor alcanzado seguramente será superior al dolor pagado, y el liderazgo se habrá consolidado, no debe perderse de vista que la transición si bien deberá ser corta (pues si se alarga fracasa) será muy exigente en mantener todos los frentes atendidos y todos los resistentes identificados. Si esto falla, el proyecto falla. Y cuando se trata de un país en juego, los errores tienen impactos impredecibles.

Las técnicas de gerencia del cambio, no son exactas ni clarividentes; pero es necesario aplicarlas con rigurosidad para asegurarse que el camino que se recorre, no por ser inexplorado debe ser una fuente de sorpresas.

El éxito estará en la interpretación que el líder del proyecto tenga sobre el sentido y la dirección del cambio, y en los métodos de gerencia que aplique para capitalizar todas las fuerzas y los actores involucrados. La resistencia y los resistentes son parte del proceso y debe trabajarse con ellos.

El país está comenzando a recorrer un camino con pocos puntos de referencia; una buena estrategia de gerencia del cambio será el mejor mapa de ruta que se pueda conseguir, pues permitirá ir documentando y ajustando el camino a medida que se avanza; y como hay que avanzar rápido, entonces más que una posibilidad, la gerencia del cambio es una obligación.

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