OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Aumento de producción petrolera para reactivar el país

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

El tema petrolero requiere de una visión disruptiva que impulse ajustes en muchas leyes orgánicas, entre ellas el tema de Pdvsa. No está claro si hay que seguir con la inercia del pasado, o, junto con los cambios en los marcos referenciales (incluso el constitucional), si hay que formar una nueva compañía no estatal que arranque con frescura y sin el peso brutal de la deuda, del mantenimiento y la inversión, y del efecto reputacional que carga como un peso.

Las sanciones le limitan sus capacidades, y se convierte en un socio difícil de administrar, con el cual pocas empresas pueden relacionarse; significa un riesgo con la banca por las vinculaciones por lavado de dinero y corrupción.

La tentación por el facilismo de intentar rescatarla y llamarla “la nueva Pdvsa”, no evitará el daño reputacional que se refleja en la operatividad de negocios y podría ser más práctico arrancar una nueva empresa. Hay que aumentar la producción petrolera, rescatar la meta de los 6 millones de barriles en cinco a diez años, principalmente apoyados en inversión extranjera, porque ni el Estado ni la empresa, tienen los recursos para lograrlo por sí solos.

La capacidad de generación de empleo genuino que traería la incorporación de las empresas venezolanas al negocio petrolero, se deberá a que no habrá una empresa estatal, sino que a partir de los yacimientos propiedad de la República, se asignaran cuotas de reservas a empresas privadas que manejen el negocio, segmentándolas en producción, refinación, comercialización y servicios, ninguna de las cuales podría participar en más de uno de los mencionados segmentos.

Al pasarse la inversión y la operatividad del negocio al sector privado, será necesaria la creación de un ente regulador que, no solamente certifique cada uno de los pasos, sino que controle y regule todo un proceso productivo dese el pozo hasta el cliente.

Se tratará de minimizar la exportación de productos crudos y buscar derivarla a refinerías de propiedad o asociación de las empresas venezolanas con los ajustes correspondientes en el alcance y profundidad de la tributación asociada.

El caso de Citgo deberá ser un caso testigo de la filosofía de evitar un Estado empresario, y se tratará de constituir un fondo del Estado, bajo administración privada, para el manejo de la operación. Ese fondo debería tener propósitos definidos que eviten afectar los equilibrios internos que deberán ir lográndose de manera no rentista.

El benchmark con el caso de Noruega, que maneja el mayor fondo de inversiones del mundo, es una referencia que este nuevo modelo debería tener. Tenemos más futuro que pasado, y las oportunidades son fantásticas…

Todo lo que necesitamos es tener la visión y la fuerza para cambiar el modelo, y arrancar fresh new. Salvando la distancia, hay que tomar en cuenta el espíritu detrás del cambio de modelo de la Isla de Aruba, cuando cerró la refinería de los árabes, que era el motor de su economía… y hoy, están mejor que antes en todos, absolutamente todos, sus aspectos… y parece que algo así es lo que necesitamos aquí.

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