OPINIÓN

Vitrina Venezuela: Anticipar para gerenciar el cambio

por Benjamín Tripier Benjamín Tripier

¿Nuestros clientes serán los mismos en el futuro? ¿Cómo se verán los canales de distribución? ¿y las reglas de juego? ¿Cómo aprovechar las tendencias de la industria? Cada empresa debería contar con un grupo de personas que piense sólo en el futuro. No hay que olvidar que todo el resto de la gente está trabajando sólo para el presente. Y eso es muy riesgoso por las sorpresas que se reciben.

El cambio es lo único constante que tenemos; es algo que he repetido incansablemente para lograr que se internalice. Cualquier cosa que se haga hoy puede volverse obsoleta mañana. Cualquier desarrollo que se haga hoy puede ser copiado por los competidores mañana. La única manera de mantenerse competitivo es reconocer el cambio y hacer que ocurra; versus ser reactivo y esperar a que ocurra.

La enseñanza debe ser que ninguna empresa puede dormirse en los laureles sin arriesgarse a perder su posición competitiva. Y esto es válido para un laboratorio, para una empresa alimenticia, para una línea aérea y para un banco (especialmente para un banco últimamente). Lo cual implica estar buscando permanentemente oportunidades asociadas a futuro.

Concentrarse mucho en el presente puede dar buenos resultados en el ejercicio, pero inevitablemente comprometerá los resultados futuros. En el otro lado, concentrarse mucho en el futuro puede hacer que nunca se logre llegar a él.

Hay que estar balanceado entre el corto y el largo plazo. Con el corto plazo únicamente, podemos ser reactivos frente al cambio. Solo con el largo plazo tenemos la oportunidad de producir los cambios. Y cada vez más el liderazgo está asociado a inducir cambios más que a manejarlos.

El éxito se logrará manejando la realidad de los negocios, mientras se prepara el futuro que uno quiere para su empresa u organización.

Los ciclos vitales tienen la forma de una “S», con un crecimiento fuerte al principio hasta alcanzar la madurez, luego de lo cual se aplanan y pierden fuerza de crecimiento, para finalmente comenzar a decrecer hasta morir. Esto es válido para todos los organismos vivos, para las organizaciones y para las estrategias competitivas.

Si una empresa apuesta a una estrategia competitiva que le asegure el liderazgo; con sólo aplicar el método del ciclo vital, sabe que en algún momento su liderazgo será puesto en entredicho, pues cuando entre en la parte plana del ciclo, o bien ya estará reemplazando esa ventaja por otra que la coloque en la parte creciente de otro ciclo, o bien algún competidor lo hará, tomando entonces el liderazgo.

Es como una sucesión de S encadenadas hacia arriba que dan la cara al mercado. Si una misma empresa logra mantenerse en la sucesión de crecimientos y reemplazos, no cabe duda que mantiene el liderazgo. Pero si se descuida, un competidor puede hacerlo, desplazándola de la cadena.

El manejo de la situación actual de la empresa está asociado a la etapa de crecimiento de la «S». Mientras que el momento de la declinación, y consiguiente cambio de curva, está asociado a la capacidad de anticipar el futuro y obrar en consecuencia.

Cualquier observador de nuestra realidad de negocios (y del país en general), habrá notado que hay un exceso de cortoplacismo en el ambiente, la cual, sin duda, es un lastre para el despegue definitivo de nuestra sociedad. Al haber tantos asuntos pendientes de ser resueltos, la planificación se convierte en un ejercicio teórico que pocas veces puede cruzarse con la realidad.

Planificando o no, el ciclo vital se cumplirá igual. La diferencia está en que, cuando la curva cambie la pendiente, se convertirá en una sorpresa, no sólo para los líderes, sino también para los competidores, los cuales podrían volverse, hasta sin buscarlo, en líderes de su mercado. Pero esto es difícil que ocurra debido a la imperfección estructural del mercado que tiende a que haya pocos oferentes de cada producto o servicio (carteles o monopolios); lo cual significa que así la situación se le complique al líder por cambio en las preferencias del público, el cliente no tiene la posibilidad de comprar lo que quisiera y debe conformarse con lo que le ofrece el mercado cartelizado. Esto es válido para el campo privado y principalmente, para los servicios públicos.

Por ejemplo, en el ámbito financiero predominan los instrumentos de corto plazo, confirmando el sesgo inmediatista de la economía. Y en general he escuchado de altos personeros que el método de planificación vigente era «como vaya viniendo, vamos viendo».

En otras palabras, se está moviendo el país con un enfoque de supervivencia.

En términos generales, darle prioridad al corto plazo, por sobre el largo plazo, dará como resultado…

o     Problemas de mantenimiento reflejados en cortes de agua y electricidad (servicios en general)

o     No crecimiento de la economía no petrolera, por falta de reglas claras (laborales y jurídicas)

o     Persistencia de la inflación por no integrar los diferentes componentes de la política económica

o     Deterioro del componente social por no ver la «luz al final del túnel”

o     No estar preparadas para la competencia externa

o     No invertir en tecnologías competitivas

o     No formar recursos humanos

En el caso concreto de las empresas, deben asegurarse de que alguien adentro está pensando y trabajando en el futuro. Así como las áreas de producción, mercadeo y ventas trabajan para el día a día, debe haber alguien trabajando para el futuro. Las características del área de futuro deben incluir:

Claro que debe haber un enlace continuo entre las organizaciones de presente con las de futuro, de forma tal que la sucesión evolutiva de curvas de ciclo de vida, se produzca en forma fluida.

Lo anterior es válido también para el gobierno y las organizaciones públicas.

Hoy en día, liderazgo significa anticipación. Ya sea como gerente público o privado, o como entidad de negocios o de gobierno. Lo cierto es que en la medida que continuemos con el enfoque de inmediatez, los eventos y la realidad nos superarán y la luz al final del túnel será más difícil de ver.

Quiero pensar el tema de hoy como un alerta temprana que permitirá reflexionar sobre la necesidad de incorporar la futurología como parte de la gerencia. La planificación formal no es suficiente. Hay que crear organizaciones en las cuales el futuro sea parte activa del modelo de negocio.

Noticias destacadas

Gobierno y oposición de Venezuela reanudarán el diálogo a partir de este mes. En las conversaciones, una vez más bajo la facilitación de Noruega, se abarcarán las elecciones presidenciales, el estatus de cientos de presos políticos, las sanciones de Estados Unidos a Venezuela y un «acuerdo social» para brindar ayuda humanitaria y con el que se buscarían usar 3.000 millones de dólares mediante un fondo administrado por la ONU.

La Ceiba: “Ha habido muchas falsas alarmas sobre el reinicio de la negociación en México. Esperemos que esta información de Reuters sea correcta. Independientemente de la escasa probabilidad de que nos lleve a elecciones presidenciales democráticas, hay que insistir y persistir en la negociación con mediación internacional. No tenemos mejores opciones a mano”.

ONU: Diálogo entre Colombia y Venezuela, «bueno para la situación humanitaria». Estados Unidos recuerda a Colombia la crisis generada por Nicolás Maduro en Venezuela

Torino Capital: Comercio entre Colombia y Venezuela alcanzará cerca de 900 millones de dólares en 2022, y 2.000 millones de dólares en 2023, aún lejos de los 6.500 millones de 2008.

Sambil La Candelaria abrirá con 130 locales el próximo 30 de noviembre.

El País: Miles de bolsonaristas reclaman una intervención militar que impida a Lula asumir el poder (ojalá no ocurra, porque sería un retroceso para la región… deben esperar que pase el período presidencial, y entonces votar distinto).

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

…Que si bien los giros a la izquierda en Latinoamérica ya no son rojos, sino rosados, siguen despertando desconfianza entre los empresarios locales (que no tienen más remedio que quedarse en sus países) y extranjeros que, cuando pueden hacerlo, pues se van del país. Y las economías se resienten con la posibilidad primero, con la elección después, y cuando asumen, bueno… ahí es cuando comienza el descalabro. Ocurrió en Argentina, está ocurriendo en Colombia, y todo indica que Brasil irá en la misma dirección.

…O que en Brasil, Colombia y Argentina, las izquierdas están obligadas a comportarse porque no tienen poder en los congresos y la mitad de la población no los quiere. No solo es que no hayan votado por ellos, sino que sienten rechazo por la manera como encaran los gobiernos.

…Ni que cuando la democracia funciona, las controversias e insatisfacciones se dirimen con los votos; con reglas de juego claras y que todos aceptan y cumplen. Ahora, cuando eso no es así, aumenta el riesgo de que la solución no sea democrática.

…Tampoco que continúa el deslizamiento del tipo de cambio (al 3 de noviembre 8,64 bolívares el oficial y 9,15 bolívares el paralelo) cuya única contención es la intervención del BCV.

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