Vitrina Venezuela: Alinear al país para la declinación del negocio petrolero

El petróleo está en un declive sostenido, que va más lento que lo que los analistas predecían, pero que sin duda está ocurriendo. La industria automotriz era la última que se esperaba que entrara, está acelerando su sustitución. El automóvil más vendido del mundo, a esta fecha, es un Tesla eléctrico.

Asumiendo la declinación del uso del petróleo, así como una estabilización del sistema de precios alrededor de la inflación mundial, hay que preguntarse cuál es el umbral de costos que hará que las empresas petroleras menos eficientes, con costos de producción muy altos, tengan que abandonar el negocio y cerrar sus pozos.

Más pronto que tarde, nuestro país deberá entrar en una etapa post-petrolera que permita dejar de ser un país pobre y, cuando lo logremos, se administrará la propia riqueza más allá de los vaivenes del mercado de commodities.

Es diferente ir abandonando la etapa petrolera por decisión propia y dentro de una estrategia, que hacerlo reactivamente y por impulso del mercado.

Este es el momento ideal para comenzar a desplazar la actividad petrolera como la principal y buscar otra fuente de ventajas y diferenciaciones competitivas. Ya el mercado está dando señales institucionales tales como Arabia Saudita vendiendo acciones de su empresa petrolera, Aramco; al igual que lo está haciendo Noruega con su compañía Statoil. Las grandes compañías de servicios petroleros como Schlumberger y Halliburton también están revisando sus modelos de negocios.

Esto quiere decir que el desarrollo y la inversión de nuestro país no deberían venir del petróleo, sino de la producción tecnológica y agroalimentaria. Aunque aún no nos hemos dado cuenta, con la mala situación de Pdvsa y de Venezuela, de alguna manera ya hemos empezado a salir del negocio petrolero, aunque aún dependamos tanto de él.

Mientras dura la transición a un desarrollo económico sin petróleo, el negocio petrolero de Venezuela todavía tiene oportunidades de revertir su proceso de caída y volver a crecer a unos niveles de producción que tripliquen la cuota de 3 millones de barriles diarios, lo cual, en la actualidad, parece difícil de lograr, puesto que a partir del piso de 800 mil de barriles diarios para esta fecha y una supuesta restricción técnica de recuperación de 200 mil diarios por año, tomaría no menos de cinco años llegar a los 3 millones de barriles diarios y cinco años más para aproximarse a los 5 o 6 millones de barriles.

El pasado y el presente son referencias y puntos de partidas, respectivamente, pero nunca inhibientes de la estrategia. Por ejemplo, las cuotas OPEP, que podría significar un freno a la expansión de la producción, tal vez podrían llevar a que Venezuela revise su participación en el cartel, pues al no tener control (ni Venezuela ni la OPEP) sobre el precio que fija el mercado, la única variable sería la producción a la cual no debería renunciar. Además, que ser parte de un cartel, no es bueno, porque se pierden las oportunidades del mercado… y no es juego limpio.

El concepto de reservas tiene mayor o menor peso en la medida que exista la posibilidad de extraerlas. Al ritmo de producción de 800 mil barriles diarios, tomaría más de 600 años extraer los 300.000 millones de barriles de reserva.

Si lleváramos la producción a 6 millones de barriles diarios, aún tendríamos 137 años de petróleo. Todo hace pensar que, si no extraemos rápidamente el máximo de producción posible, sin importar demasiado el precio, no estaríamos siendo responsables con el aprovechamiento de ese recurso como palanca estratégica de la transición a una economía no petrolera.

Nuestros hijos y nietos nos reclamarán no haber extraído ni invertido esas reservas, porque para ellos solo será un líquido combustible de, relativamente, bajo valor de mercado.

Noticias destacadas

• Freddy Bernal: «En el supuesto negado de que perdiéramos, que nadie tenga duda del talante democrático de Maduro» (indicios…).
• Correo del Caroní. Operatividad de Sidor es de 1,5%: «Con la junta interventora terminó de hundirse».
• Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad: Precios de los bienes y servicios, expresados en bolívares subieron 51,87% entre junio de 2023 y junio de 2024. Mientras que en dólares el alza fue de 15,13% para el mismo lapso interanual.
• Consecomercio: No hubo derogación de IGTF en bolívares sino rebaja a tasa cero. Fedecámaras califica como un «alivio» eliminación del IGTF en bolívares (fíjense en la posición de las dos instituciones).
• «Con dos centímetros más lo hubiese matado»: exasesor de seguridad de la Casa Blanca habla de las fallas en el operativo para proteger a Trump.
• EFE: El Partido Republicano nomina formalmente a Donald Trump como su candidato. El Mundo: Trump escoge al senador Vance, un excrítico y voz del cinturón industrial en decadencia, como su candidato a vicepresidente.
• Reuters: Exxon planea perforar hasta 30 pozos para su séptimo proyecto petrolero en Guyana.

Lo que no fue noticia (y debería serlo)

• Que la teoría de que, en el gobierno, desde el principio, con las primarias, se estuvo facilitando el avance de la oposición, se ve fortalecida por el tipo de campaña electoral que parece más destinada a perder votos que a ganarlos. Esos son los que yo llamo los institucionales, quienes estarían dispuestos a entregar el gobierno si perdieran las elecciones. Pero están los otros chavistas, que llamo los radicales, que no comparten el criterio y quisieran quedarse a cualquier costo.
• O que todo lo que está haciendo el chavismo atacando las actividades de la campaña de la oposición, es parte del manual que ha venido aplicando a lo largo de los años. La gran diferencia es que todo el contexto ha cambiado y ahora, lo que antes les funcionaba, hoy les produce un efecto contrario. Se puede leer como que en la superficie aplican el manual para satisfacer a los ultrosos, pero en el fondo, en realidad, quisieran entregar el poder.
• Ni que el 17J es la fecha límite para el cambio de candidaturas y es cuando se espera algún movimiento extraño para afectar a la oposición. Pero a estas alturas, a 10 días del evento electoral y con la ventaja que lleva la oposición, cualquier movimiento fuera de lo normal va a recibir el rechazo nacional e internacional. Otra diferencia con el pasado es que esta vez, la gente, la gran masa popular, va a defender su voto, antes, durante y después.
• Tampoco que el atentado a Trump tiene más detrás que el simple disparo de un joven de 20 años que estaba inscrito en el partido republicano. El mayor peso de la responsabilidad pareciera caer en lo que se conoce como deep state, desde donde habría surgido la maniobra que llevó a que el Servicio Secreto no pudiera anticiparlo, y que la policía local le diera tiempo al tirador a disparar varias veces antes de ser abatido. Todo parece indicar que la izquierda internacional está apelando a métodos cada vez más violentos frente a la perspectiva del resurgimiento de las derechas. El mensaje para todos los líderes etiquetados como de derecha, es que se cuiden, porque la ofensiva parece que será brutal… con cuidado especial en Latinoamérica, porque lo de Trump es un indicio importante.

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