Se ha decidido llamarlo así, por respeto y consideración a la nación China que lleva más de 70 años en sus espaldas con la peor tiranía instaurada por el Partido Comunista; sin embargo, esta coyuntura geopolítica se le viene dando varios nombres y caracteres, como: virus chino, virus asiático, experimentos de laboratorios, terapia genética, argumentos para instaurar controles contra las libertades económicas y civiles, por lo que es preciso, llamarlo, virus socialista o comunista, ya que son precisamente estos regímenes anti capitalistas los que propagan estas políticas públicas de control social totalitario.
Es cierto que no es primera vez que la humanidad se ha visto envuelta, acorralada o expuesta a las pretensiones de poderes políticos y económicos totalitarios; cuentan viejos anales de las crónicas de la historia que la humanidad ha sido vulnerable a plagas como sucedió en el libro del Éxodo bíblico, sólo que estas plagas fueron impulsadas por el Todopoderoso para liberar al pueblo del régimen totalitario y esclavista del Egipto idolátrico de ese momento.
Pues bien, estas plagas o pestes de hoy no se asemejan a los prodigios del Éxodo, ni mucho menos, para sacar a la nación de la esclavitud de la paja y del pan de balde para la plebe, mejor conocido hoy desde 1819 con Thomas Malthus como Teoría de la Renta Económica; sino que son estos relatos, más bien, una pobre reproducción imitativa de la historia bíblica en la que la humanidad está de rodilla ante la Bestia o ídolo de barro, rindiendo sus sacrificios, sin excluir las potencias e inteligencias de la tierra.
En ese sentido, la humanidad lleva todo el siglo XIX y XX escuchando por los medios, la broma del darwinismo social, fusionada con el maltusianismo clerical, dentro de la tragicomedia burlesca estrafalaria de los sistemas económicos totalitarios.
De la misma manera, se escucha que existe una secta u organización real con claras intenciones de reducir la población, al punto que es común observar en la televisión en todo el siglo XX; films donde tales organizaciones secretas o discretas, envenenan el agua, alimentos, el aire, y el espectro radiológico, entre otras cosas; sólo que siendo parte estas situaciones rocambolescas de películas de ciencia ficción, suspenso, drama o guerras e incluso tiras cómicas infantiles, nunca son tomadas en serio, por nadie, cuestión lógica, así la humanidad está expuesta, a diario, a todo tipo de química sintética hasta en lo que se come, como si nada, teniendo que soportar los efectos adversos, tales como enfermedades autoinmunes, mentales o crónicas más el plus de los controles sanitarios y sociales a los que se enfrentan día a día toda la humanidad.
No en balde el autor más influyente de la eugenesia del siglo XIX, Malthus, es todavía objeto de serios estudios por parte de las inteligencias de los principales foros mundiales con sus mejores exponentes.
Así que, esta vez, similar a un acto espagirista, alquimia con ciencia fusionada con magia asiática junto a la revolución tecnológica y digital, se vienen dando pasos avanzados de holocaustos como parte de los protocolos de las potencias que gobiernan, obligando y coartando a la humanidad a someterse a procedimientos y consumos dudosos, en los que ya no es secreto, ni tampoco una sorpresa los efectos adversos de los múltiples productos sin garantías ni consentimientos, a la que sucumben u obligan a las personas a emplear.
Por otro lado, la humanidad se ha sometido a los distintos procedimientos génicos y de consumo, muchos en contra de la razón, la conciencia, más bien, como un acto de necesidad por sobrevivir ante un sistema, contrario no sólo a la naturaleza humana, sino que también a los principios e inteligencia de la Providencia.
Ahora bien, las fuerzas más sutiles pretenden poner tras las cuerdas las alas de la libertad, ni aún el régimen más tiránico y antagónico del hombre había llegado hasta tanto; se ha observado como naciones que se jactaban de disfrutar de sistemas de monarquías parlamentarias y la protección de tales modelos, e incluso de gozar del famoso eurocentrismo Estado de Bienestar, hoy estos sistemas rebajan a sus súbditas poblaciones a un poco menos que servidumbres.
No obstante, no deja de generar espasmo, observar como todos los reyes de la tierra con sus inteligencias, se rinden ante el dragón escarlata con sus edictos y decretos tiránicos y totalitarios emanados a toda la Tierra en tan poco tiempo.