Una visita esperada fue la dispensada a la sede de la CPI en La Haya por los familiares de las víctimas del régimen de Nicolás Maduro. Fue una representación conformada por Armando Pérez, hermano de Oscar Pérez; Zugeimar Armas, madre de Neomar Lander y David Vallenilla padre de David Vallenilla. El grupo fue recibido por funcionarios del órgano internacional.
La importancia de este evento radica en que por vez primera un grupo de afectados se traslada a la sede de la Corte desde sus países de origen o lugar donde están asilados. Habíamos visto anteriormente a influencers, abogados de derechos humanos, exfuncionarios, exdiputados, pero ahora es cuando estamos en presencia de familiares de las víctimas.
El régimen de Maduro ha trabajado insistentemente en diluir el alcance de la denuncia en su contra, al punto que prácticamente han borrado y maquillado todas las escenas de crímenes, así como los registros históricos, dada su conducta delictual, su premeditación y esquema de complicidad.
La acción de las víctimas revitaliza y pone sobre el tapete el tema de los derechos humanos en un momento que buena parte de la agenda internacional está priorizando el desmantelamiento de las sanciones para favorecer la compra de petróleo al régimen de Maduro.
El régimen de Maduro ha comprado la conciencia de muchos actores nacionales e internacionales, en el caso del liderazgo en la oposición venezolana, buena parte de su componente hoy forma parte de la nómina de Miraflores; en el exterior es peor aún, Maduro se siente apoyado por un conjunto de gobiernos de izquierda que hoy gobiernan a lo largo del continente americano, se trata de países como México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú, Chile, Argentina, Bolivia y la mayoría de los países del Caricom. También hay que incluir el reino de España en la figura del gobierno híbrido del PSOE – Unidas Podemos, es realmente inmoral lo que está haciendo la izquierda para limpiar el rostro de la dictadura de Maduro.
Lo cierto es que la impunidad es lo que reina en Venezuela, poco o nada es lo que puede esperarse del sistema judicial venezolano, como bien dice los propios personeros del régimen, en Venezuela no hay división de poderes, sino distribución de funciones, en palabras de Francisco Ameliach.
Los familiares de las víctimas tienen todo el derecho de solicitar a los organismos competentes pero a nivel internacional premura en las investigaciones, y tomar acciones para impulsar y promover canales de comunicación entre los familiares, testigos, víctimas con los funcionarios encargados de investigar las denuncias, ellos están poniéndole un rostro humano a los miles de documentos y declaraciones que alimentan los expedientes acusatorios.
Una de las figuras más emblemáticas de este grupo es Armando Pérez, quien es hermano de Oscar Pérez, a quien conocí en la Logia Santiago Mariño N 208, por cierto una historia a la que he hecho mención en algunos de mis más leídos artículos. Se trata del caso Osca Pérez, que sigue muy presente en la atención de la opinión pública internacional, debido no sólo a la condena mundial que en su tiempo se generó contra el régimen por el crimen cometido por funcionarios del régimen de Maduro, que tuvo el coraje Oscar Pérez de transmitirlo en vivo, y por lo que todos pudimos ser testigos, incluso del mayor cinismo, cuando Maduro hizo su declaración en televisión el mismo día en que asesinaron a Oscar y su grupo felicitando a las fuerzas armadas por este abominable crimen, de hecho el mismo Maduro lo convirtió en una prueba de su delito.
El caso Oscar Pérez es una prueba fundamental del esquema en el que actúan las fuerzas policiales y militares de Maduro, quienes están al servicio de funcionarios políticos del régimen con el fin de generar terror, han convertido a la sociedad venezolana en un Estado policíaco, donde la disidencia política es reducida a asesinatos, desapariciones forzosas, y en el mejor de los casos secuestros, encarcelamiento y torturas.
La importancia del caso Oscar Pérez radica en que demuestra la premeditación y saña con la que actúa el régimen de Maduro, pero además la persecución sistemática, todos fuimos enterados lo que hicieron contra amigos, conocidos y hermanos masones, de Oscar Pérez, sobre estas circunstancias ya he hecho alusión en sendos artículos en el pasado, particularmente en el post que hice sobre el grupo Ad Hoc Comisión Masónica Internacional de Derechos Humanos y luego en la carta que enviamos el 20 de enero al fiscal Khan solicitando continuar la investigación del caso de los masones Oscar Pérez y José Pimentel e investigar también las desapariciones forzosas de los hermanos Juan Hurtado, coronel de la Guardia Honor y William Muñoz, miembro Sebin, todas acontecidas el mismo año 2018. Esas investigaciones deben proseguir hasta dar con algún resultado, en este sentido es oportuno informar que la Corte Penal Internacional nos ha respondido nuestra carta.
Esta acción de los familiares de las víctimas del régimen de Maduro es un acto noble y heroico, que habla de la capacidad que tenemos los venezolanos de afrontar las responsabilidades que nos depara la vida, ellos lejos de ser tentados por el miedo, la resignación, apatía, lo cierto es que están encarando a la poderosa maquinaria de terror de Nicolás Maduro.
Finalmente, quiero despedirme deseándoles libertad y paz, esperando seguirnos leyendo en una próxima entrega en El Nacional.