El calentamiento global es el aumento gradual de la temperatura promedio de la Tierra debido a la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. Estos gases, como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), atrapan el calor del sol y provocan un efecto invernadero que calienta la superficie terrestre. Esta definición se puede conseguir en cualquier buscador de Google y hasta organizaciones internacionales asumen esa respuesta como verdadera.
Sin embargo, cada vez son más los que se oponen a que la acumulación de gases producidos por las actividades humanas en el planeta pudieran ser las verdaderas causas del origen del calentamiento global. Sostienen que el clima es y ha sido cambiante, mucho antes de que se diera el proceso de industrialización o saturación poblacional.
Europa, por ejemplo, dicen que hace doscientos años vivió su era glacial y hace doscientos años no existían muchas de las causas que hoy los expertos señalan como las responsables.
Y no obstante que entendemos que la tala y la quema hacen un daño terrible, la ausencia de cumplimiento ordenado de las acciones humanas en su relación con la flora y la fauna también han sido desastrosas.
Es obligatorio entonces que tomemos medidas para regular nuestra relación con la naturaleza, pero desvirtuar las causas y razones del calentamiento global no hace sino alimentar la creencia de que existen interesados en destruir o limitar al accionar humano en el desarrollo y proteger los ecosistemas naturales.
Hay que generar una toma de conciencia y educación. Hay que evitar posiciones adelantadas e inconvenientes y sobre todo evitar que la no verdad se venda como la verdad.
El calentamiento global es un desafío global que requiere acciones colectivas urgentes para proteger el planeta y garantizar un futuro sostenible.