El sistema de justicia en alianza con cuerpos de seguridad del Estado han aniquilado los pocos derechos y garantías de los que gozan hoy los venezolanos.
Condeno la indiferencia y engaño del Estado al no cumplir con su palabra de seguir evaluando casos y liberar a los adolescentes y demás presos políticos, víctimas de toda clase de violación de derechos humanos y del debido proceso.
Sin duda alguna que la oscuridad que hoy arropa negativamente los derechos de los ciudadanos es la actuación sin autonomía e independencia del sistema de justicia, que está obligado a actuar con imparcialidad.
Esta actuación del Estado venezolano ha dejado un récord negativo en la región al llegar a contabilizar la cifra de 2.500 detenciones arbitrarias, cargadas de tratos crueles e inhumanos y degradantes con torturas. A la fecha seguimos con la cifra de 1.903 que aún permanecen en cárceles con visitas restringidas, lo que nos revela que estamos en presencia de un Estado que sigue despreciando la vida y la libertad de quienes asumieron la defensa de sus derechos políticos, expresados el pasado 28 de julio con motivo de las elecciones presidenciales, una decisión que les han hecho pagar con cárcel.
Para finalizar, exijo la pronta liberación de los 21 periodistas que por asumir el derecho del libre ejercicio de su profesión fueron encarcelados, al igual que los adolescentes y demás presos políticos, como una forma de reparar el daño causado a víctimas y familiares. Definitivamente sería un buen camino para un reencuentro en Navidad.
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