Lo que arrojó los resultados electorales del pasado domingo 28 dejó claros y sin vista al régimen de Maduro y a la comunidad internacional.
Maria Corina Machado quiso demostrar que lo que muchos pensábamos de las trampas electorales era un hecho cierto y comprobable. Lo sabía y lo sentía como muchos venezolanos que nos negamos a creer que Venezuela pudiera apoyar a unos pillos
No puede ser posible que la Venezuela decente se equivoque y vote elección tras elección por unos ladrones y mentirosos, corruptos y farsantes nos decíamos una y otra vez. En demostrar eso se montó hace ya bastante tiempo y lo logró. Pudo demostrar al mundo que unos delincuentes poco formados intelectualmente y carentes de principios éticos y morales habían montado un sistema que privilegiaba a los delincuentes y castigaba la honestidad.
No estaba equivocada cuando le dijo a Chávez en su cara que «expropiar es robar», frase que aún resuena en la mente de quienes aplaudimos aquella valiente intervención.
Fue tanto el desprecio por los venezolanos que un ignorante de la ley y un ladrón como Elvis Amoroso se inventó unos números apresuradamente para proclamarlo ganador, cuando observó que a medida que llegaba la transmisión de los datos la diferencia del candidato a la reelección Nicolás Maduro apenas si superaba el 10% de los votos contra un porcentaje cercano al 80% del candidato opositor Edmundo González Urrutia
Ese desesperado acto de proclamación ya puesto en funcionamiento antes sería a la larga el más motivante para revivir las esperanzas en la posibilidad de comprobar que el régimen había ganado tan solo dos veces: en 1998 y en el año 2000, cuando el poder constituyente ordenó la legitimación de todos los poderes públicos de Venezuela, siendo verdad lo aseverado por el general Hugo Carvajal Barrios, quizás el más cercano funcionario del chavismo que fue el primero en afirmarlo
Ahora nos encontramos en conocimiento de quienes son, pero no por lo que pensemos sino porque María Corina los obligó a mostrar lo que son: unos delincuentes que deben ser enjuiciados y encarcelados. Sabemos que no será fácil puesto que tenían 25 años haciendo y deshaciendo y utilizando nuestros recursos para comprar compromisos y financiar proyectos políticos tanto dentro como fuera del país.
Recordemos que cuando se logró expulsar al general Marcos Pérez Jiménez se tardó 17 días en lograrlo. El triunfo será lo más grandioso que nos sucederá como país y de nuevo seremos la raza libertadora por excelencia. Que no nos quepa la menor duda
Abogado, Especialista en Gobernabilidad y Analista Político