Para quien aún anda confundido sin saber si el gobierno es meramente autoritario o, habiéndose quitado ya la careta, se ha transformado en una dictadura, las maromas jurídicas e informáticas que hemos presenciado en los últimos días no dejan ya lugar a dudas. Estamos frente a una dictadura.
Otra duda que hasta hace poco flotaba en el ambiente era si las insólitas decisiones adoptadas sin pudor alguno son resultantes de quien se siente “guapo y apoyado” o, por el contrario, de un grupo que se siente amenazado y débil, siendo que sus más fieles aliados ideológicos (Brasil, Uruguay, Lula, Petro, etc.) han optado por desmarcarse ante lo que es un posible colapso que puede avecinarse en plazo no muy largo. Más bien luce como debilidad y desorientación.
Bastante se han comentado esta pasada semana las decisiones demenciales que emanan de Miraflores, de su complaciente Consejo Nacional Electoral, del obsecuente Tribunal Supremo de Justicia y demás fauna entregados a preservar el poder a como dé lugar. «Por las buenas o por las malas”, como han proclamado algunos de sus más calificados voceros.
La condición de fiera arrinconada viene llevando al régimen a cazar numerosas peleas importantes en forma simultánea, lo cual, a todas luces, no parece lo más recomendable. Veamos.
La justicia argentina, hasta ahora razonablemente independiente, ha convenido en hacer lugar a la entrega requerida por su similar de Estados Unidos de una aeronave de la empresa (supuestamente venezolana) Emtrasur retenida desde hace meses en el aeropuerto de Buenos Aires con motivo de una disputa judicial entre esos dos países. El contencioso surge de una posible complicidad en supuestos atentados terroristas o tráfico internacional de armas. Vale decir, pues, que el procedimiento judicial es entre Argentina y Estados Unidos, siendo objeto del mismo una aeronave matriculada en un tercer país, Venezuela.
Luego de varios meses la aeronave es entregada a la justicia norteamericana que la reclamaba. Hete aquí que los señores bolivarianos, en desacuerdo con las resultas de un juicio que se ventila en Buenos Aires, han decidido cerrar los cielos venezolanos al paso de toda aeronave, de cualquier tipo, que ostente matrícula argentina. Así la cosa los vuelos Buenos Aires-Miami, por ejemplo, deben hacer un rodeo de casi una hora para no sobrevolar Venezuela so pena de ser “invitada” a aterrizar como si estuviéramos en guerra. La ridiculez ha llegado al extremo tragicómico de impedir el aterrizaje en San Antonio del Tachira a un avión fletado por el equipo de fútbol argentino River Plate que debía medirse con nuestro Deportivo Táchira en San Cristóbal en un partido comprometido desde hace meses. El avión tuvo que aterrizar en Cúcuta y desde allí el equipo argentino trasladarse en autobús a San Cristóbal. ¡Lamentable!
Los “panas Lula, Petro y el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, otrora aliados “patria o muerte” con el régimen, han osado expresar críticas y preocupación por las arbitrariedades desencadenadas contra la oposición ahora que inicia el período electoral. ¡Arde Troya! El dulce esposo de “Cilita” transforma su boca en una cloaca emisora de descalificaciones e insultos a sus otrora compañeros de camino calificados hoy como “izquierda cobarde” o “rosada”. No digamos Milei, quien se ha convertido en merecedor de insólitas arremetidas.
A los pocos días, luego de las detenciones y desapariciones arbitrarias de público conocimiento, los más cercanos colaboradores de María Corina Machado ingresan a la residencia de la Embajada de Argentina donde piden asilo y les es concedido, quedando desde ese momento amparados por la jurisdicción argentina y en espera del salvoconducto que procede según el derecho internacional para garantizar la salida segura del país sin ser detenidos. Es cierto que brindar asilo a un perseguido político no es una actitud bien vista por ningún país, pero la protección y salida es inviolable. Naturalmente, ahí salió el pobrecito Yván Gil (canciller con minúscula) a poner el grito en el cielo, igual como lo hizo en la misma semana contra Petro, Lula, Macron, Boric y pare usted de contar, todos por “injerencistas”, como si el “finado” no hubiese sido un lengua suelta al que Nicolás sigue sus pasos.
Dentro de apenas dos días, el lunes 8, vence el plazo para que Venezuela presente su contramemoria en el juicio que ha iniciado Guyana por la cuestión del Esequibo. Es esta la hora en que no se sabe si tal contramemoria (respuesta al argumento guyanés) ha sido preparada o no, ni qué juristas han sido consultados para atender ese asunto cuya relevancia es crucial para Venezuela. El jefe del Estado ha anunciado recientemente que Venezuela no reconoce la competencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, cuando desde hace casi dos años este mismo gobierno viene litigando el caso ante dicho Tribunal. De no presentarse la tal contramemoria, el juicio sigue su curso en ausencia de Venezuela, lo cual no requiere muchas luces para concluir que sería altamente inconveniente. ¿Otra pelea más?
Con la Unión Europea no nos va mejor, siendo que una y otra vez tanto la Comisión como el Parlamento Europeo han emitido resoluciones condenatorias de la violación de los derechos humanos en Venezuela con resultados del orden de 400 votos condenatorios y apenas una veintena en contra. Lo mismo en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos cuya oficina fue expulsada sumariamente o la Unión Interparlamentaria Mundial y muchos otros foros de especial relevancia.
Es que el mundo está contra nosotros, afirma el minicanciller mientras redacta y envía protesta tras protesta ante cualquiera que se atreva a opinar o criticar las flagrantes violaciones de los derechos humanos. Se le recomienda tener listos los formularios fotocopiados para protestar con mayor celeridad y eficiencia ante un mundo “que no nos comprende”.
Falta ver qué actitud asumirá Mr. Biden, quien para dentro de doce días tendrá que decidir si sigue suavizando las sanciones o si a tenor del ambiente que genera Venezuela irá a renovarlas y adoptar medidas de mayor severidad. El día 18 lo sabremos y de hoy hasta entonces habrá que estar atentos a más reacciones tanto en el continente como en el mundo.
Menos mal que Venezuela tiene el apoyo de amigos dispuestos a jugársela por la revolución bolivariana: Cuba, Nicaragua, Bolivia, cuya influencia política y económica sumadas y coordinadas no parecen ser motivo de grandes desvelos. Rusia está hoy ocupada en otro lío prioritario y China anda preocupada por cobrar los mil milloncejos que desde estas tierras tropicales se esfumaron sin dejar traza alguna. La India acaba de derogar los contratos de compra de petróleo para evitar caer bajo las sanciones de Estados Unidos, pero menos mal que al menos San Vincente y las Granadinas está allí para garantizar nuestra seguridad y soberanía.
@apsalgueiro1