OPINIÓN

 Venezuela será libre

por El Nacional El Nacional

Foto: EFE

 

¿Por qué importa tanto el Premio Sájarov? Porque tiene el poder de  “cambiar la narrativa”, fortalecer a la oposición y exponer al régimen de Nicolás Maduro como lo que realmente es: un sistema aislado y represivo. Para entender su impacto, es clave analizar cómo influye en las decisiones estratégicas de todos los actores involucrados. 

Durante años, la idea de una transición democrática en Venezuela parecía un sueño lejano, algo que solo los más optimistas podían imaginar. El régimen se había aferrado al poder con una mezcla de represión, división social y alianzas internacionales estratégicas. Sin embargo, este premio hace que esa idea de transición pase de ser algo “radical” o improbable a algo “sensato” y deseable, tanto para los venezolanos como para la comunidad internacional.

Al reconocer a María Corina Machado y​ González​ Urrutia como líderes legítimos, el Premio Sájarov envía un mensaje claro: “La democracia en Venezuela no solo es posible, es necesaria”. Lo que sin duda debilita el discurso oficialista que intenta justificar la represión como mecanismo para mantener la estabilidad. 

En este contexto, la oposición democrática ha mantenido una estrategia basada en la unidad, la resistencia pacífica y el apoyo internacional. Este premio refuerza su legitimidad y les da un respaldo moral y político que fortalece su posición frente al régimen. Como dijo González Urrutia en la ceremonia: “Más temprano que tarde, nuestro país retomará el rumbo que ya marcó nuestro pueblo”. Ahora, su lucha no solo es reconocida, sino que se convierte en una causa global. El premio les permite seguir movilizando a los venezolanos y consolidando el apoyo internacional.

El régimen de Maduro ha jugado durante años a dividir, reprimir y buscar apoyo externo en aliados como Rusia, Irán y China. Pero cada vez que recurre a estas tácticas, enfrenta costos más altos: sanciones económicas, condenas internacionales y un creciente aislamiento político. Este premio hace que su estrategia de represión sea aún menos sostenible. Ahora no solo persigue a líderes opositores, sino a “líderes reconocidos mundialmente”. Cada acto de represión contra ellos tendrá consecuencias globales.

Además, con el Premio Sájarov, el Parlamento Europeo deja claro que está observando. Este reconocimiento no es solo simbólico: es un llamado a la acción para que más países democráticos aumenten la presión sobre el régimen y respalden a los venezolanos que luchan por su libertad. Este premio también tiene un impacto psicológico. En un país donde la represión y el desgaste han generado desesperanza, recuerda a los venezolanos que no están solos, que su lucha es legítima y que el cambio es posible. Como dijo María Corina Machado: “Venezuela no está dividida, sino unida”.

La lucha por la democracia en Venezuela sigue siendo un camino largo y difícil. Pero este premio es una señal de que el rumbo es el correcto y de que, con unidad, paciencia y el apoyo internacional, ese cambio que parecía lejano está cada vez más cerca.  

El Premio Sájarov es un “movimiento estratégico” que fortalece a la oposición y debilita al régimen. Es una prueba de que la democracia en Venezuela no es una utopía, sino una posibilidad real. Y, como en todo buen juego político, cada movimiento cuenta. Venezuela será libre y este reconocimiento es un paso más hacia esa meta.