Debido al desgaste político que padece el país producto de la hecatombe económica que hemos creado, no me ha quedado más que recoger mis pasos críticos y centrarme en orientar mi pensamiento y mirada en una dirección más productiva y satisfactoria a nivel personal y algo más útil al bienestar colectivo, tanto para quienes leen mis artículos, como para quienes los critican.
Los zorros de oficio saben percatarse de la realidad que mejor les conviene, y por ello se dirigen más al pueblo que a la sociedad civil; más a los medios de comunicación, que a las organizaciones y emplean su mayor potencial para buscar patrocinio, en lugar de invertirlo en la elaboración de planes y proyectos.
Algo positivo surge de la crisis, y no es más que el cambio de creencias, valores y formas de ver el mundo, quizás no de la mayoría, pero sí de una cifra lo suficientemente significativa como para vislumbrar alguna dirección y trascender hacia una posible mejoría.
Compensar la ausencia del Estado en la aplicación de políticas públicas, en tiempos de conmoción social, es sin lugar a dudas el deber del ciudadano promedio, sobre todo en circunstancias tan inverosímiles como las que actualmente se viven en Venezuela. Llegó el momento de simplificar la realidad y encontrar el camino más adecuado y que a su vez ofrezca más alternativas para cambiar la dirección actual, plagada de fragmentaciones. Entendamos que nuestra situación es atípica y no se resolverá a través de plan único y cerrado.
Apuesto por soluciones orientadas hacia la democracia participativa, donde se continúen confrontando desde la sociedad civil el monopolio del poder, la injusticia y el uso indebido de la fuerza en manos de un Estado intervencionista. Tres generaciones llevan grabada en su estómago vacío la historia política venezolana de las dos primeras décadas del siglo XXI, pero quizás lo que más resalte a futuro, sea el salto cuántico de la sociedad civil apolítica, técnica y filantrópica que tomó las riendas para fundar la VI República; ejemplos sobran: comunidades religiosas, ONG´s, deportistas, músicos, médicos, actores…participan activamente en la lucha contra la pobreza, la injusticia, la exclusión y la inseguridad.
Afortunadamente, en medio de esta asfixiante crisis, nace una nueva conciencia ciudadana que reclama masiva e incansablemente el respeto a los derechos humanos, la mejora de servicios públicos, y la ampliación de beneficios sociales en materia de salud, educación y seguridad para toda la nación. Es importante entender que parte de la crisis se debe a la dilación que los políticos asumen como estrategia para mantenerse en el poder, en vista de que el reclamo es masivo y la demanda es mucho mayor de lo que el sistema puede soportar.
En pocas palabras, muchos somos los afectados por las malas praxis políticas de gobierno y oposición, y pocos seremos los resarcidos. Una sociedad llamada a recuperarse de una tragedia como la nuestra, debe aprender a exigir algo de minimalismo y austeridad a sus gobernantes, ya que, en su conjunto, la sociedad vivirá por décadas de tal manera para poder honrar los compromisos financieros internacionales, cuya ayuda nunca es gratis.
Me desquito de todos los ineptos señalando que para exigir cuentas claras y transparencia en la gestión gubernamental (sea revolucionaria u opositora) no tenemos que esperar a que el tirano salga de Miraflores. La mejor manera de limpiar y desinfectar el piso político nacional, es exigir y promover las auditorias que la Contraloría General ha olvidado gestionar.
Soy estoica por formación y no me desgasto exigiendo nada a quienes destrozan el país, porque no están preparados para reparar los daños. De hecho, el país está como está porque son unos incapaces: un presidente dilata la crisis energética y el otro la crisis humanitaria, no exijamos que la mejoren (porque no pueden), exijamos #cuentasclaras y #trasparencia, y casi por arte de magia dejarán el poder. Es bastante mediático protestar porque no hay gasolina, es nuestro derecho; pero protestar para exigir el estado financiero y de inversión de PDVSA es nuestro deber.
Si los gobernantes roban, saquean y dilapidan recursos colectivos, es porque aparte de estar carcomidos por la maldad y la corrupción, es porque nosotros como ciudadanos, hemos sido indulgentes con el manejo de los bienes de la nación. Desde Unidad Visión Venezuela estamos convencidos que ningún político, sector o partido en la actualidad puede asumir por si solo la recuperación del país; si los venezolanos nos organizamos con seriedad, tolerancia y sin menospreciar o enaltecer el rol de ningún actor, saldremos adelante; si elegimos y exigimos eficacia a los más capaces, saldremos adelante; si trabajamos y planeamos un futuro más digno, saldremos adelante; si educamos a la clase política para que sea minimalista y austera, saldremos adelante.
Twitter: @lidismendezm
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional