Desde Unidad Visión Venezuela, coherentes con nuestra política y visión de futuro, estamos convencidos de que el verdadero cambio en nuestro país no se logrará con el actual gobierno, responsable de la destrucción de Pdvsa, ni con aquellos que pretenden rematarla a sus «amigos» bajo el pretexto de la privatización.

El cambio no llegará con quienes mantienen a los maestros en la precariedad y a los estudiantes con horario mosaico, tampoco llegará con aquellos que buscan desmantelar el Estado docente en favor de la mercantilización de la educación. Necesitamos actualizar el sistema educativo, reparar la infraestructura, revitalizar el programa de alimentación escolar y enfrentar estos desafíos con seriedad y compromiso.

De igual manera, debe ser prioridad para el próximo gobierno asumir salarios dignos para nuestros maestros y profesores. El personal que se dedica a la educación debe hacerlo a tiempo completo para poder actualizarse y continuar formándose en el desempeño de la delicada tarea que le asignamos como sociedad: la educación de nuestros niños y jóvenes.

Ambos extremos de nuestro espectro político buscan aprovecharse de la polarización y del legítimo deseo de cambio de la mayoría de los venezolanos para imponer sus propias agendas: el remate de Pdvsa y la privatización de la educación pública. Rechazamos esa lógica oportunista y simplista.

Urge voluntad política, inversión y contratar a los especialistas que sean necesarios para poder recuperar nuestra industria petrolera; de lo contrario, sirve de poco -o mejor dicho de nada- decir que nuestra Venezuela es el país con mayor cantidad de reservas de crudo probadas. Es menester recordar que las reservas en el subsuelo y sin capacidad de explotación carecen de valor alguno.

Nosotros no seguimos nombres ni figuras. Hemos dejado claro que ni retrocedemos ni optamos por más de lo mismo. El cambio que Venezuela necesita no vendrá de los actores que han dominado la política nacional durante los últimos 25 años. Nuestras ideas, proyectos y programas son públicos porque, ante todo, ponemos a Venezuela primero. No nos dejaremos chantajear con el argumento burdo de que “esto es lo que hay”.

Seguiremos trabajando sin descanso, pensando en grande y soñando con esa Venezuela de primer mundo que sabemos que podemos construir. No nos prestaremos a acompañar a ninguno de los extremos que han contribuido al desmantelamiento de nuestro país en las últimas tres décadas.

Es cierto que la tarea es ardua y el tiempo apremia, pero creemos firmemente que, unidos, podemos superar estos desafíos y unificar a esa mayoría que sueña con un país decente y próspero. Tenemos claro que mientras Venezuela no supere la polarización provocada por dos extremos que se alimentan y viven del conflicto, no habrá posibilidades reales de superar la crisis.

Basta ya de chantajes baratos. Lo hemos dicho innumerables veces: ladrón es ladrón, ya sea que robe un alfiler o un sukhoi. No aceptamos la premisa de “con mi corrupto no te metas”. No hay corruptos buenos y corruptos malos. Así que no más ladrones, sean rojos o azules.

Venezuela merece mucho más que esto. Merece un liderazgo que priorice el bienestar del pueblo sobre los intereses personales y partidistas. Merece un proyecto de país que sea inclusivo, transparente y comprometido con el progreso y la justicia social.

Es hora de dejar atrás las divisiones que nos han frenado y de trabajar juntos para construir la Venezuela que todos soñamos. Una Venezuela donde la educación, la justicia y el desarrollo no sean privilegios, sino derechos garantizados para todos. Porque Venezuela merece más que un chantaje.

 


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