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George Orwell en sus libros Rebelión en la granja y 1984 denunciaba el guion de la toma del poder y la consolidación de un Estado totalitario absurdo.
Recomiendo leer ambas novelas publicadas en 1949 para sacar sus propias conclusiones sobre la actualidad y el tenebroso futuro inmediato de Venezuela.
Hugo Chávez Frías, siguiendo el guión de Rebelión en la granja asumió a motu proprio el papel protagonista representando al cerdo llamado Napoleón para cumplir el objetivo de lograr la “toma del poder”. Hugo Chávez cumplió su objetivo.
La segunda parte del guion denunciado por Orwell en su novela 1984 trata de la “consolidación de la dictadura del absurdo”.
El papel protagonista para la consolidación de la dictadura del absurdo, por decisión de Hugo Chávez Frías, le correspondió a Nicolás Maduro representando a “El Gran Hermano”.
Maduro, siguiendo el guion de 1984 y aprovechando la cortina de humo que le ha brindado la pandemia del covid-19, pretende a partir de su ilegal convocatoria a las elecciones del 6 de diciembre de 2020, elegir a los nuevos diputados a la Asamblea Nacional correspondiente al período 2021-2026, que le aprobarán una nueva e ilegal Constitución, la cual legalizará una “dictadura de partido único”, como en las Constituciones de los Paraísos Comunistas de Cuba, China y Corea del Norte.
Maduro y su Ley Antibloqueo
Y como “Preámbulo”, el 29 de septiembre de 2020 presentó a “su cancerbero” Diosdado Cabello, presidente de la Ilegal asamblea nacional constituyente, un panfleto antijurídico denominado “Ley Constitucional Antibloqueo” para que la ANC se lo aprobase antes de “su elección legislativa programada para el 6 de diciembre de 2020”.
El día 9 de octubre de 2020 la ilegal asamblea nacional constituyente le aprobó la Ley Constitucional antibloqueo, que puede resumirse en: “Señor presidente, haga usted lo que quiera y como quiera, inclusive puede etiquetarlo como secreto y confidencial, que uno de los artículos de este adefesio de Ley dice que: Solo la Contraloría General podría tener acceso a éstas informaciones confidenciales, siempre bajo previa solicitud al Ejecutivo, que velará por mantener ocultas estas operaciones”.
Además, según el artículo 19, puede usted “inaplicar” las Leyes que no le gusten, o sea “pasárselas por el forro”, como muestra de la Democracia Bolivariana.
Hay que aclarar que en el Ordenamiento Jurídico Venezolano no existe el concepto de “Ley Constitucional”.
Además, de que el concepto de “Asamblea Nacional Constituyente” define su mandato de manera exclusiva para “redactar una nueva Constitución”, y por tanto no puede sustituir en sus funciones a ningún otro poder Constituido legalmente como lo fue la vigente Asamblea Nacional electa democráticamente en diciembre del 2015.
La policía del pensamiento
Está siendo ejecutada por los llamados “colectivos chavistas”, nueva versión de los históricos Tonton Macoutes de la tristemente recordada dictadura de Duvalier en el Haití del siglo XX.
Estos “colectivos” actúan bajo el paraguas protector del Sebin (Policía política), de la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar), la GNB (Guardia Nacional Bolivariana), y desde 2016 de la FAES (Fuerzas Armadas Especiales) cuyo logotipo es una calavera como el de las S.S. de Hitler, y que deberían llamarse Fuerzas Armadas de Exterminio Sistematico, y que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU el 18 de sepiembre del 2020 pidió su disolución por ser “reos del Tribunal Penal Internacional” incursos en crímenes de lesa humanidad.
Todos estos cuerpos represivos están asesorados y controlados por el Ejército cubano de ocupación acantonado en el Fuerte Tiuna de Caracas.
Tony Blair, resumió el triste y aparentemente incomprensible caso de la Venezuela actual diciendo: “Los venezolanos invocaron a los demonios, le corresponde a los (militares) venezolanos librarse de su pesadilla”.
Los venezolanos debemos aceptar que Tony Blair en esa parte de su exposición tenía toda la razón.
Pero los venezolanos tenemos que demostrar que se equivocaba cuando decía que nosotros, los venezolanos, no teníamos el valor o coraje suficientes para librarnos de nuestra pesadilla.
Los venezolanos, por nuestros hijos y nuestros nietos, tenemos que evitar que esta dictadura se consolide y por tanto que no se haga realidad en Venezuela “la pesadilla de Orwell”.
Nuestros hijos y nuestros nietos no son culpables de la metida de pata de nosotros, los votantes “populistas marxistas leninistas” de la generación de los ñángaras de diciembre de 1998.
¿Qué hacer?
1.- No caer en la Trampa Electoral de la Dictadura Narcoterrorista de Maduro y no acudir a votar el 6 de diciembre de 2020, ni a ninguna otra consulta sin el cumplimiento de los estándares democráticos y sin observadores internacionales como la OEA, la UE y la ONU.
2.- Mantener la unidad de todos los partidos democráticos de la oposición en torno a Juan Guaidó, nuestro presidente´, para así mantener el apoyo internacional contra la dictadura narcoterrorista de Maduro.
3.- Prepararnos desde ahora para continuar la “resistencia” a la dictadura narcoterrorista de Maduro, hasta lograr el fin de la usurpación.
No olvidemos que el 24-4-1828 Simón Bolívar dijo: “…De la Capitulación no se saca otra cosa que entregar hasta los dispersos y perder hasta el derecho de defenderse. Triunfo absoluto o nada es mi divisa”.
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*Prólogo de mi libro Venezuela Siglo XXI.