La revelación del Wall Street Journal ha dejado clara las cartas de Maduro. El dictador no quiere la amnistía que le ofrece Estados Unidos y apuesta, doble contra sencillo, que el plan de los cubanos es mejor. Es decir, reprimir, asesinar y quedarse en el Palacio de Miraflores indefinidamente.
Morir en el poder. Maduro ya decidió. Esta listo para fallecer en brazos del poder como Fidel Castro. Esta muy convencido que el Estados Unidos de hoy jamás le aplicará el Plan Causa Justa de Noriega. No necesita amnistía porque ya es impune. Ojo que podría equivocarse.
Alianza Caracas – La Habana. Los asesores cubanos llevan dos décadas con el régimen. Sus métodos de represión, espionaje y control social han sido crueles pero exitosos. Maduro ha comenzado un baño de sangre y desapariciones forzadas. Un costo político para quedarse en el poder el cual está dispuesto a pagar.
Tiempos de vacas flacas para la democracia. La resolución fallida de la OEA contra el fraude en Venezuela empoderó a Maduro. Le dio un cheque en blanco. Esta resolución simbólica hubiera enviado un mensaje certero. Desafortunadamente fue todo lo contrario.
El tiempo factor clave. Una elección y dos guerras son los temas que ocupan y preocupan a la opinión pública en Estados Unidos. El fraude en Venezuela tuvo algunos espacios y la semana que viene quizás ninguno. La protesta internacional de 8 millones de exiliados se vuelve fundamental para que el mundo no olvide.
México, Brasil y Colombia. Las credenciales de los tres mediadores son bochornosas. México ya reconoció a Maduro, mientras Colombia y Brasil siguen pidiendo al tirano unas actas que jamás van a aparecer. Ninguno de los tres mediadores exige poner fin a los arrestos, las operaciones Tun Tun o los asesinatos del régimen.
El pueblo de Venezuela ha dado una batalla extraordinaria que la comunidad internacional debe respaldar con vigor y consistencia. Lo primero es garantizar la integridad física de Edmundo González y María Corina Machado. La dictadura los declaró prófugos y terroristas.
Aumentar la recompensa contra Maduro y el Cartel de los Soles. Algunos han pedido pasar de 15 a 100 millones de dólares. Interpol y otras agencias contra el crimen deben activar y reforzar una alerta internacional contra el tirano y su cartel.
Pasar de la retórica a las acciones. Se debe reinstaurar e incorporar nuevas sanciones contra Maduro y sus socios. Este debe ser un esfuerzo multilateral, que incluya no solo a Estados Unidos y Europa, sino también a Latinoamérica.
Medidas cautelares. Todos los países democráticos deben presionar para que la Corte Penal Internacional refuerce sus acciones contra Maduro por crímenes de lesa humanidad, incluso considerar órdenes de arresto.
Maduro ha violado todas las reglas democráticas y profanado el poder sacrosanto del voto. Las elecciones sirvieron para ponerlo en evidencia y demostrar que Venezuela todavía tiene hambre y sed de un cambio. Honrar la valentía de este pueblo y reconocer al verdadero ganador es solo el comienzo de una larga lucha por la libertad. El villano no puede salirse con la suya.
El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega.
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