En la Cuarta Revolución Industrial convergen tecnologías digitales, biológicas y físicas que están transformando el mundo en el cual vivimos. América Latina, una región con vastos recursos naturales y humanos, enfrenta desafíos y oportunidades significativas en este contexto.
Nuestra región ha experimentado diversas etapas de desarrollo industrial y económico, desde la época colonial hasta la globalización actual, con una tendencia histórica basada en la exportación de materias primas. Tenemos un legado de economías vulnerables sujetas a los cambios en los precios internacionales; sin embargo, en las últimas décadas algunos países han comenzado a diversificar sus economías, invirtiendo en sectores como la tecnología y la innovación.
La Cuarta Revolución Industrial presenta una oportunidad para que América Latina supere sus limitaciones históricas y se integre más plenamente en la economía global. Sin embargo, esto requerirá importantes inversiones en infraestructura digital, educación y políticas de apoyo a la innovación en los países de la región como Brasil, México, Chile, Uruguay, Argentina y Colombia.
En este contexto, cuando se coloca la mirada en Venezuela, que ha estado atravesando una crisis económica, política y social significativa en las últimas décadas, no es difícil notar la dificultad que representa una adecuada inserción y aprovechamiento para la sociedad en su conjunto de las nuevas tecnologías. Sin embargo, nuestro país cuenta con una serie de recursos y características que podrían servir como base para una participación significativa en el ámbito de la única y verdadera revolución del siglo XXI: la tecnológica.
En medio de la tempestad generada cuando se habla de transición, reducción del Estado y privatización, las élites políticas no pueden ignorar que la riqueza en petróleo y minerales proporcionan y garantizan los fondos necesarios para inversiones en infraestructura tecnológica y educación. El aprovechamiento eficiente de estos recursos es fundamental para el porvenir de toda la sociedad.
A pesar de la migración masiva, Venezuela sigue teniendo una población relativamente educada y una diáspora que ha adquirido habilidades y conocimientos valiosos en el extranjero. La reconexión con esta diáspora y la inversión en educación y capacitación son fundamentales para el crecimiento económico del país.
La diáspora venezolana con profesionales calificados en diversas áreas tecnológicas, puede ser un activo importante si se establecen políticas para su retorno o para que contribuyan desde el extranjero.
A pesar de los problemas actuales, Venezuela cuenta con una infraestructura básica que puede ser modernizada y ampliada para soportar el desarrollo tecnológico. Es crucial hacer ver a la población, que la crisis económica y la inestabilidad política son los mayores obstáculos para la prosperidad de nuestro país. La inflación, la corrupción y la falta de confianza en las diferentes instancias del gobierno nacional, regional y municipal limitan la capacidad de atraer inversiones y desarrollar políticas eficientes y productivas en el área de la tecnología.
Ciertamente, la migración de profesionales calificados ha debilitado la base de capital humano del país, lo que dificulta la implementación de nuevas tecnologías e innovación, pero no las impide. Igualmente, la infraestructura tecnológica y de telecomunicaciones necesita una modernización significativa. La falta de acceso a Internet de alta velocidad y servicios básicos eficientes es una barrera importante que debe abordarse con seriedad.
En el futuro cercano, Venezuela debe priorizar la modernización de su infraestructura tecnológica. Esto incluye el desarrollo de redes de telecomunicaciones de alta velocidad, la mejora del acceso a internet y recuperar el sistema eléctrico. Las asociaciones público-privadas (mixtas) pueden ser una vía para financiar y ejecutar estos proyectos a fin de que los sectores más vulnerables de la población también sean incluidos en la marea tecnológica. Invertir en educación y capacitación es crucial para desarrollar una fuerza laboral capacitada. Nuevos programas de formación en tecnología y ciencia, así como la promoción de la educación continua, pueden preparar a los trabajadores para los empleos del futuro.
X: @lidismendez369 @visionvenezuela
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