OPINIÓN

Venezuela en el filo de la transición

por Antonio de la Cruz Antonio de la Cruz
Seis periodistas agredidos durante protestas opositoras en Venezuela

Foto: EFE

La crisis política en Venezuela ha alcanzado un punto de inflexión que podría marcar el inicio de un cambio trascendental en el país. Los recientes acontecimientos, desde el secuestro y liberación forzada de María Corina Machado hasta la movilización masiva de ciudadanos en las principales ciudades, han evidenciado tanto la debilidad del régimen de Nicolás Maduro como el creciente poder de una oposición que se organiza y obtiene reconocimiento internacional.

Secuestro y liberación: una señal de tensión interna

El secuestro de María Corina Machado y su posterior liberación tras una contraorden inesperada plantea preguntas sobre el control interno dentro del régimen. La violencia del acto fue un intento evidente de intimidación que, sin embargo, culminó en un desenlace sorprendente. La instrucción de liberarla, que se supone provino de alguien con mucho poder pero que no ha sido identificado, sugiere fisuras en la cadena de mando y una descoordinación que refleja la debilidad del aparato gubernamental.

La fuerza de la movilización ciudadana

En paralelo, Caracas y otras capitales del país fueron escenario de una demostración masiva de descontento ciudadano. A pesar de la fuerte presencia militar, las personas salieron a las calles en una muestra clara de coraje y organización. La contención ejercida por los barrios populares, que evitaron enfrentamientos directos con las fuerzas de seguridad, fue clave para el éxito de la jornada.

La actitud relativamente pasiva de la Guardia Nacional en esta ocasión es un indicador más de la debilidad del régimen. La incapacidad para reprimir con la fuerza de antes indica que el gobierno de Maduro está perdiendo el control no solo sobre la población, sino también sobre sus propias fuerzas de seguridad.

Aislamiento internacional y reconocimiento de la oposición

El reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente electo por parte de Donald Trump representa un hito en la estrategia de la oposición. Este respaldo no solo lo legitima en el escenario internacional, sino que también debilita la posición de Maduro al resaltar su aislamiento diplomático.

El apoyo de Trump, conocido por su reticencia a emitir declaraciones vacías, refuerza la percepción de que la comunidad internacional está comenzando a alinearse de manera más decisiva con la oposición. Además, fortalece el papel de María Corina Machado, quien ha sido fundamental en la obtención de este respaldo.

Coordinación internacional de sanciones

La reciente acción coordinada de sanciones entre Estados Unidos, Europa, Canadá y Reino Unido marca un cambio en la estrategia internacional hacia Venezuela. Esta medida conjunta es un indicador de que la comunidad internacional está dispuesta a actuar de manera unificada para presionar al régimen y apoyar una transición democrática.

La posibilidad de intensificar estas acciones en el futuro podría debilitar aún más al gobierno de Maduro y acelerar el proceso de cambio. Sin embargo, también plantea el riesgo de un endurecimiento de la posición del régimen y una mayor represión interna.

Conflictos internos: el talón de Aquiles del régimen

El secuestro y la posterior liberación de María Corina Machado, junto con la actitud pasiva de la Guardia Nacional durante las movilizaciones, sugiere que el régimen de Maduro enfrenta serios conflictos internos. La negación del incidente por parte del gobierno y su intento de minimizar su impacto evidencian un miedo a mostrar las fracturas que lo debilitan.

Estos conflictos internos podrían ser el talón de Aquiles del régimen. Si la oposición logra capitalizar estas fisuras, podría acelerar el colapso de quienes se niegan a entregar el poder y facilitar una transición hacia un nuevo liderazgo.

Conclusión: una oportunidad histórica

Venezuela se encuentra en un momento crítico de su historia. Los eventos recientes han demostrado que, a pesar de la represión y el aislamiento, la oposición cuenta con el apoyo de una parte significativa de la población y de la comunidad internacional.

El camino hacia una transición democrática no será fácil, pero los avances logrados hasta ahora son señales esperanzadoras de que el cambio es posible. La clave estará en mantener la presión interna y externa, capitalizar las fisuras del régimen y seguir buscando el respaldo de la comunidad internacional.

Este es el momento de Venezuela y la historia juzgará a quienes, con valentía y determinación, se mantengan firmes en la lucha por la libertad y la democracia.