OPINIÓN

Venezuela: dos regímenes, dos destinos

por Pedro Adolfo Morales Vera Pedro Adolfo Morales Vera

La historia contemporánea de Venezuela se encuentra marcada por dos regímenes autoritarios que, aunque separados por décadas, ofrecen un contraste notable en términos de desarrollo y bienestar social: el gobierno de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958) y el régimen de Nicolás Maduro, iniciado en 2013. Ambos liderazgos han dejado huellas profundas en la nación, pero con resultados diametralmente opuestos.

Bajo el mandato de Marcos Pérez Jiménez, Venezuela experimentó un período de modernización sin precedentes. Su gobierno se centró en la construcción de una infraestructura clave, que incluyó autopistas, hospitales, escuelas, y la culminación de la Ciudad Universitaria de Caracas, ahora reconocida como patrimonio de la humanidad. Estas obras no solo impulsaron el crecimiento económico, sino que también colocaron a Venezuela como una nación emergente y moderna en América Latina.

Además, las políticas migratorias implementadas durante su gobierno atrajeron a miles de europeos que contribuyeron significativamente al desarrollo económico y a la creación de una clase media sólida. Este progreso se reflejó en la baja inflación y en la estabilidad del bolívar, con una tasa inferior al 1% anual, un escenario que contrastaba con las décadas siguientes, donde la corrupción y la crisis económica se convirtieron en temas recurrentes.

En términos de salud y bienestar social, la mortalidad infantil disminuyó en 68,8%, mientras que la esperanza de vida aumentó en 20,5 años. Estos indicadores reflejan el éxito de las políticas públicas en sectores clave como la salud y la educación, esta última no politizada, permitiendo así un enfoque académico sólido y apolítico.

Internacionalmente, Pérez Jiménez mantuvo relaciones estables con Estados Unidos, el principal comprador de petróleo venezolano, sin comprometer la soberanía nacional. Esta relación favoreció la explotación de recursos naturales como el hierro y el petróleo, consolidando a Venezuela como un actor relevante en el mercado global.

En contraste, el régimen de Nicolás Maduro ha sido testigo de una crisis económica y social profunda. Las políticas de control de precios y centralización económica han provocado el colapso de la producción interna, una hiperinflación devastadora y una crisis humanitaria que ha forzado a millones de venezolanos a emigrar.

La infraestructura, que en el pasado simbolizaba el progreso bajo Pérez Jiménez, ha sufrido un deterioro alarmante. Servicios esenciales como electricidad, agua potable y transporte se han visto gravemente afectados, reflejando un Estado incapaz de mantener los niveles de modernización alcanzados en el pasado.

En cuanto a la gobernabilidad, Maduro ha sido criticado por su autoritarismo, corrupción y represión de derechos humanos. La gestión actual contrasta fuertemente con la eficiencia del gobierno de Pérez Jiménez, que, aunque autoritario, logró construir una Venezuela próspera y moderna.

La comparación entre ambos regímenes revela que, aunque Pérez Jiménez fue un líder autoritario, su visión y enfoque en la modernización y desarrollo económico resultaron en un legado que, en muchos aspectos, superó lo logrado en las décadas posteriores. Si bien su gobierno no estuvo exento de críticas, especialmente en términos de derechos humanos, los logros en infraestructura, salud y estabilidad económica son innegables.

Por otro lado, el régimen de Maduro ha llevado a Venezuela a un estado de crisis y descomposición, en el que la corrupción, el autoritarismo y la ineficiencia han erosionado los avances logrados en el pasado. La historia de Venezuela muestra que un liderazgo fuerte con una visión clara es esencial, pero debe ir acompañado del respeto a los derechos fundamentales y la búsqueda del bienestar para todos los ciudadanos.

Finalmente, mientras Pérez Jiménez dejó un legado de modernización que sigue siendo evidente hoy en día, el régimen de Maduro ha conducido a un retroceso que ha sumido a Venezuela en una profunda crisis económica y social. La historia de estos dos regímenes ofrece lecciones cruciales sobre la importancia de la eficiencia en la administración y el impacto devastador de la mala gestión en el destino de una nación.


Pedro Adolfo Morales Vera es economista, jurista y politólogo.