Tradicionalmente nuestro país fue un firme  defensor del desarme hasta hace más de una década. Así lo  demostró suscribiendo todos los tratados globales sobre el tema como el de No Proliferación de Armas Nucleares, Prohibición de Armas Químicas, Armas Biológicas, Minas Antipersonales y Prohibición Total de los Ensayos Nucleares, entre otros, además de haber participado activamente en  las negociaciones y deliberaciones en la Primera Comisión de las Naciones Unidas sobre la paz y seguridad internacionales y pertenecer a la elite privilegiada de  la Conferencia de Desarme en Ginebra-Suiza. A nivel regional somos signatarios del Tratado de Tlatelolco sobre la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe. En relación al Tratado sobre el Comercio  Armas Convencionales del 2014 Venezuela no ha mostrado disposición de ser pertenecer al mismo, a pesar de que dicho instrumento cuenta con 130 signatarios y 83 ratificaciones, siendo la gran mayoría de los países de América Latina partes. Este último es muy difícil que sea firmado por el actual régimen por las medidas de control que obliga..

Con la llegada de Chávez al poder, siendo José Vicente Rangel su canciller, devinieron dos cambios importantes sobre el tema del desarme: En cuanto a política exterior el alineamiento con Rusia y China en su posiciones en la Primera Comisión de la Asamblea General de la ONU y en la Conferencia de Desarme, especialmente sobre el tema de la prevención de la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre. En relación a los nuevos proveedores de armas –que coincidencia– Rusia y China desplazaron en casi su totalidad a los proveedores habituales, incrementándose de manera inusitada las compras de armamento convencional desde 2002 hasta el 2009, descendiendo en hasta un 83% hasta el 2018 como lo demuestran las cifras del anuario de la Universidad de Oxford titulado “Armamento, Desarme y Seguridad Internacional”, publicado por el Instituto de Investigación de Estocolmo sobre Paz Internacional –Sipri por sus siglas en inglés–.

Toda vez que la memoria y cuenta del Ministerio de la Defensa no aporta mayor información útil sobre el particular, a pesar de Venezuela haber firmado y copatrocinado el Registro de las Naciones Unidas sobre Armamento Convencional, el cual solicita a los Estados información sobre sus adquisiciones en ciertas categorías de armas de ese tipo considerando que dicha data no afecta la figura del “secreto militar”, presente en casi todas las legislaciones, ya que lo reservado es la estrategia operacional, además de considerarse que es una medida de fomento de la confianza, las fuentes más confiables para obtener información al respecto siguen siendo las publicaciones especializadas como el Sipri.

Los gastos militares de Venezuela disminuyeron hasta 2017 a menos de 1% del presupuesto según cifras del Banco Mundial, que contabiliza solo los pagos presupuestarios. Sin embargo, en el  transcurso del año, se han producido anuncios de nuevas compras, especialmente  a Rusia, alentadas por la tensa relación con Estados Unidos y Colombia. De todas maneras, ya hay un gasto importante realizado que no se justifica, porque seguirá siendo una carga debido al mantenimiento y obsolescencia, los cuales harán inútiles el armamento en pocos años. Más importantes aún son las consecuencias de dichas compras en los siguientes aspectos:

Estabilidad regional. La compra exagerada de armamentos contribuye a la desestabilización y a la carrera armamentista en regiones con posibilidad de conflictos bélicos. El desbalance que produce, por ejemplo, la compra de aviones rusos y chinos, creando un severo desbalance con Colombia, el enemigo de Venezuela según el régimen. Consecuencias: gastos cada vez mayores en detrimento del desarrollo de nuestros pueblos.

Derechos humanos. El armamentismo tradicionalmente se ha relacionado más con el derecho humanitario que con los derechos humanos. En nuestro caso los recursos destinados a la compra de armas y su componente de corrupción no se compadecen con la grave crisis que atravesamos afectando los derechos fundamentales de los nacionales. Consecuencias: una ya gestada generación de venezolanos con problemas debido a la desnutrición, a la falta de medicinas y de educación, en muchos casos irreversibles.

Derechos ecológicos. Todos hemos vistos imágenes aéreas y satelitales del llamado arco minero del Orinoco, uno de los ecocidios más grandes de la región. La destrucción de la naturaleza ha sido despiadada. Ahora bien, que tiene que ver esto con la compra de armamento?. El Sipri destaca en materia de transparencia militar el inusual gasto extra presupuestario de  Venezuela en la región. En este caso que significa?: El pago de armamento con recursos como el oro, diamantes, materiales fisibles como el uranio y otros minerales como torio, coltán etc. Las consecuencias , en algunos casos irreversibles, las verán las generaciones  futuras de venezolanos, en especial las etnias que habitan en la Amazonía.

Probablemente es prematuro e incluso cuestionable el nombramiento de un ministro de Defensa por parte del gobierno interino. Pero la necesidad de un equipo que trabaje sobre los aspectos integrales de seguridad del Estado es imprescindible. Son muchos los entuertos que hay que desfacer, como decía el Quijote.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!