Un gobierno nuevo supone el inicio de una Venezuela nueva. Hoy quiero abordar el tema de la vialidad. La nueva Venezuela debe contar con un plan de vialidad que se corresponda con un país moderno. Lo primero que tenemos que hacer en esta materia es construir una autopista de primer mundo, con cuatro canales de ida y cuatro de retorno y con bombillos adecuados de lado y lado que nos permitan viajar desde Caracas hasta Barcelona. Esa autopista debe continuar después de Barcelona a El Tigre, de allí a Ciudad Bolívar y a Ciudad Guayana.
De Barcelona hacia Cumaná debe salir una moderna carretera turística tipo A que aproveche la belleza de esa región y su potencial turístico. Y debe continuar de Cumaná hacia Carúpano pasando por Cariaco, San Antonio del Golfo, Río Caribe y siguiendo después hacia Paría y el oriente del estado Sucre terminando en Güiria.
Sería esta una carretera sin huecos con excelente señalización, con hombrillos en ambos lados, con estaciones de servicio para atender a los automóviles con posadas y hoteles de distintas categorías para hospedar a los viajeros. La construcción de esa vialidad promoverá una enorme cantidad de empleo y el formidable turismo que se desarrollará será igualmente una gran oportunidad para generar empleo en una región muy bella pero muy deprimida económicamente como es el oriente del país.
Propongo que adoptemos el sistema de concesiones. El costo para el fisco sería mínimo. Podríamos contratar firmas internacionales especializadas en vialidad en Estados Unidos, en Europa o en China, que vendrían encantadas. El régimen de concesiones funciona sobre la base de peajes exigentes. Estas compañías se comprometerían a construir vías alternas de alta calidad sin costo alguno para las personas que no tengan cómo cancelar los peajes.
Seguiremos conversando.