Apóyanos

Venezolanos mueren en la selva del Darién huyendo de Maduro y de la izquierda que gobierna en Latinoamérica

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Creen ustedes que es por solo anhelar un futuro mejor para sus hijos, un mejor salario, un mejor empleo, creen ustedes que es solo un asunto económico el motivo por el que huyen de Nicolás Maduro, no señor, los venezolanos quieren libertad, esa es la principal razón y siempre la ha sido, y es el motivo de la más grande migración en el continente, más de 5 millones de venezolanos se han desplazado por la región que los ha llevado a destinos como Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Chile, ahora el detalle es que los migrantes están cambiando su tradicional ruta, por otra que los está llevando al pasaje más peligroso jamás visto, ellos lo están arriesgando todo, incluso sus vidas y la de los suyos, por querer llegar al norte. ¿Porque el cambio? el sur está cayendo en gobiernos de izquierdas socialistas y comunistas, los venezolanos saben lo que significa, no tienen otra opción, esta nueva migración se está viendo forzada a subir, la caída de Colombia en manos de la izquierda radical está acelerando el pánico, los venezolanos ya no irán al sur, están eligiendo vivir en libertad, lamentablemente tendrán que sortear dificultades inimaginables; la frontera natural más peligrosa de América, la selva del Darién.

Madres con sus hijos en los brazos, muchas de ellas embarazadas, abuelos y nietos, no quiero ni pensar el infierno que vive esta gente, se trata de los que huyen de Maduro, para ellos no hay caminos, tampoco carreteras, menos aun refugios, casas, iglesias, son caminantes en caravanas humanas que se trasladan a través de la selva profunda, lo que conocemos nos llega desde mensajes de audio, videos de YouTube, nada puede superar esta tragedia, la situación de los miles de venezolanos que están huyendo de Maduro es realmente terrible, están tratando de llegar a Estados Unidos cruzando la frontera natural más inexpugnable del continente, la selva del Darién.

En 2021 transitaron más de 134.000 personas, la mayoría venezolanos y haitianos, pero en 2022 la situación parece empeorar y caotizar, organismos de derechos humanos y autoridades locales alertaron sobre los peligros de atravesar la selva, son incalculables las muertes de muchos migrantes, testigos afirman que han visto a sus compañeros de viaje caer en caudalosos ríos, o perderse en caminos inhóspitos, montañosos y remotos. Las caravanas simplemente los dejan abandonados, posiblemente no hay peor horror que ver a sus seres queridos caer y morir y no poder hacer nada.

Una de las noticias que mayor impacto tuvo fue la muerte de la migrante venezolana Mariné Carolina Castellano Suárez, de 26 años de edad, oriunda de Cabimas, estado Zulia, quien viajaba con su esposo y su hijo de seis años de edad.

Mariné Carolina Castellano Suárez

Su esposo, Andrés Eduardo Lucena, confirmó la información a @utahzolanos. “Fue muy triste. Mi esposa, nuestro hijo de seis añitos y yo, estábamos cruzando el río en la selva junto a otros emigrantes más que tenían como meta llegar a Estados Unidos, cuando el nivel del agua subió y la arrastró. No pudimos hacer nada. Mi hijo vio todo”, dijo.

Andreína Acosta

Andreína Chiquinquirá Acosta es otra venezolana que cayó en la selva. La joven murió el pasado 7 de marzo cuando intentaba cruzar el Tapón del Darién, era oriunda del estado Zulia y emprendió la peligrosa travesía con su hijo Miguel Ángel Portillo, de 3 años de edad. Reseña la nota de prensa que “el grupo de migrantes que le acompañaba brindó primeros auxilios a la joven, pero no pudieron hacer nada: un paro cardíaco acabó con su vida”.

Es realmente alarmante la situación, son muchas las víctimas caídas en la selva, nadie parece hacer algo al respecto. En este sentido voy a compartir con ustedes, queridos lectores, un extracto de un reportaje del diario Los Ángeles Times que muestra la cruda realidad de los testigos, titulado “Mejor me hubiera dejado morir”. Al otro lado del Darién cientos sobreviven la pesadilla de la muerte.

“Le pedí que dijera su nombre y edad, en cambio, extendió su mano, apretó fuerte mi brazo y respondió con una pregunta: ‘¿Tú me puedes ayudar a que recuperen el cuerpo de mi niño? Llevo dos meses esperando y nadie me dice nada, ¡ayúdame!”.

Rosmary González

El trabajo reporteril continúa: “Rosmary González, de 45 años, perdió a su hijo de 4 años y a su esposo de 50, mientras toda la familia intentaba cruzar el Tapón del Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo y el único camino que conecta a Suramérica con Norteamérica”.

¿Quién es Rosmary González? Una zuliana que decidió emprender el viaje junto con su esposo y sus tres hijos rumbo al estado de Florida, esperanzados de encontrar un futuro mejor. De acuerdo con la información, lo vendieron todo con el fin de cubrir los gastos del viaje. Reunieron 30.000 dólares.

Rosmary es uno de los miles de casos de supervivientes que han dejado a sus seres queridos atrás en las profundidades de la selva panameña. Esta nueva ruta migratoria de los venezolanos es una máquina de asesinar.

Esta parte de la geografía panameña se la ha denominado el Tapón del Darién, se debe a que es un área selvática y pantanosa, en la actualidad no existen vías terrestres de transporte que atraviesen la zona. Según Wikipedia, “la carretera Panamericana termina a 43,5 kilómetros al occidente de Chigorodó, en el sitio de Lomas Aisladas (Casa 40) localizada en  7°38′N 76°57′O”.

Imagino que una vez alcanzado este punto, los migrantes solo verán una muralla selvática, tendrán que cruzarla por trochas, ¿cuál será el nivel de peligro? Puedo tener una relativa idea de esto, en mi juventud acompañé a mi grupo ecológico en la escuela de Estudios Políticos a subir el tepuy Roraima. Había peligro, sin duda; recuerdo que teníamos un guía de la comunidad, probablemente de la etnia pemón. No pretendo comparar estos escenarios, al contrario, trato de entender la gravedad de los peligros del viaje de estos migrantes. Tan solo pensar en esto se me eriza la piel, la semana pasada alguien me compartió audio por Whatsapp de una de las caminantes que relataba su experiencia del viaje. Su voz solo expresaba horror, ella aconseja a los migrantes venezolanos no tomar la ruta de la selva del Darién, lo que transmiten sus palabras es francamente aterrador, el audio no está confirmado; sin embargo, es el tipo de información que circula en la redes sociales, hay que darle algún nivel de crédito, máxime si además hay videos que revelan la situación de venezolanos que son abandonados en la trochas por las caravanas: las imágenes los muestran enfermos, tirados en medio del camino, muriendo, son grabados por gente que intenta salir de la selva, por sobrevivientes.

La migración que cruza el Darién es una señal de lo peligroso que está el continente latinoamericano para los venezolanos. Desde México hasta Chile hay gobiernos de izquierda que han reconocido al régimen de Maduro. Son gobiernos que han restablecido relaciones diplomáticas con la dictadura de Maduro, lo que tenemos son acuerdos políticos que están siendo establecidos por las cancillerías de estos países y Maduro y que reflejarán políticas, nadie estará a salvo de deportaciones, especialmente los disidentes políticos.

Cómo culpar a un ex preso político, a un testigo, a un evadido de la policía política de Maduro que vive en Chile, Argentina, México o Colombia, que ahora busca moverse de país en busca de seguridad, cuando observa que los presidentes de los países que una vez les albergaron ahora abogan por Maduro, no solo es frustrante y desalentador, sino una jugada del destino. Maduro está siendo acusado de crímenes de lesa humanidad, y tiene una montaña de evidencias y pruebas que son de acceso público, pero estos países ahora ignoran este hecho.

Para ellos puede más la solidaridad política que la justicia, se trata de apoyar a un camarada socialista, no importa que sea un asesino confeso, con tal de lograr desplazar a la élite política; pero el asunto es que no solo se están cargando los partidos tradicionales a lo largo de todo el continente americano; también están condenando a los migrantes a revivir una experiencia de gobierno de izquierda. Lamentablemente para sus pueblos, lo que les espera es pobreza, persecución, destrucción y muerte, tal cual ocurre en la Venezuela socialista de Maduro.

Hay quienes dicen que el terremoto político de la llegada al poder de la izquierda radical en el continente es producto del dinero y petróleo de Maduro. Es probable que lo encontremos financiando esas campañas de Petro, Lula, AMLO, Boric, y paren de contar políticos de la izquierda radical, porque cómo se explica el apoyo de estos presidentes al sucesor de Chávez. Ahora, con el pretexto del bloqueo al petróleo ruso, le han rebajado las sanciones, todos quieren el petróleo venezolano. De eso se trata la migración venezolana, de una consecuencia de la gestión de un gobierno de izquierda radical que se ha devenido en dictadura, la migración venezolana está en búsqueda de libertad y lo está arriesgando todo en el Darién.

Queremos hacer un llamado a las Naciones Unidas, a los organismos internacionales encargados de los migrantes, a las naciones democráticas del mundo para que ayuden a los migrantes venezolanos encontrando vías alternas que los protejan, que los gobiernos de izquierda radical en el continente reconozcan el derecho de los migrantes venezolanos a la protección internacional, que les den refugio y que respeten el derecho internacional humanitario y protejan los perseguidos políticos, familiares, periodistas, columnistas, editores y todo aquel que se sienta amenazado por Maduro. La migración venezolana es consecuencia de la dictadura instalada en Venezuela, y es importante buscar una forma razonable que coadyuve en el rescate de la libertad y la reinstauración de la democracia en Venezuela; sin duda, la comunidad internacional tiene una gran responsabilidad en atender a la migración venezolana, confiemos que así será.

Hemos llegado al final de nuestro artículo de la semana, me despido deseándole libertad y democracia a nuestra amada Venezuela. Nos leemos en una próxima entrega en El Nacional.

@estebanoria

 

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional