OPINIÓN

Valorando a los demás

por Arminda García Arminda García

Sin duda, en algún momento nos hemos planteado analizar cuánto valen las personas y cómo entender parámetros tan subjetivos sobre este aspecto. Es un asunto que debemos razonar para llegar a nuestras propias conclusiones. Para algunos el valor personal es un sentimiento que está relacionado con la autoestima, con el amor propio, con la confianza en sí mismos y el lugar que se dan en sus vidas.

También es relevante reflexionar sobre si atendemos primeramente las necesidades que tenemos, deseos y aspiraciones; si existe equilibrio entre la energía que nos dedicamos y la que le demostramos a los demás. Puede suceder que las personas pospongan sus prioridades, las desatiendan o las abandonen por completo, por lo que es vital hacer un reajuste, pues no nos estamos valorando con la intensidad o el grado que deberíamos.

No podemos olvidar que el valor personal que tenemos es ilimitado, inconmensurable, por lo que es oportuno aprender a aceptarnos tal como somos, con nuestras fallas o cualidades. La única manera de avanzar y alcanzar los propósitos planteados es confiando en nosotros mismos, pues eso nos da la energía y la motivación necesaria para lograrlo. Además, valorarnos de manera incondicional nos hace sentirnos bien.

Por otro lado, la vida es una dinámica que no se detiene, porque cambian las circunstancias y el entorno que nos rodea. Sin embargo, la verdad es que el valor de cada uno debe permanecer inalterable a pesar de todo y eso depende de lo que las personas hacen para que así sea. Si tienes esto presente no solo te verás beneficiado tú y tu crecimiento como individuo, sino que también lo reflejarás hacia tu entorno, hacia los demás, por lo que influenciará en las relaciones que estableces con los que te rodean.

Muchas veces podemos sentir que este aspecto depende de factores como la apariencia física, el estatus social, el éxito que tenemos, nuestras capacidades, el nivel de educación, los bienes personales, los cuales son factores valorados o juzgados de manera externa por los otros. En este sentido, debemos tratar de aprender a apreciarnos a nosotros mismos, pues, dependiendo de lo que reflejamos, de esa misma forma nos valoran los demás.

Es oportuno, entonces, considerar nuestras fortalezas, dones y virtudes, todo lo maravilloso que somos, para darnos el lugar y el valor que merecemos. Esta será la única manera de regalarnos autoestima, motivación y poder como individuo.