En la entrega anterior estuvimos comentando lo ocurrido posterior al nombramiento del Dr. Barreto Méndez como presidente del estado Carabobo y quien había designado como secretario de Gobierno al Dr. Linares, el cual tenía mucho rechazo en la población y ello estaba comenzando a generar nuevamente un caldo de cultivo para producirse más disturbios.

Por tal razón, el coronel Hernández se opuso a ello y esto trajo algunos impasses tanto con el coronel Medina Angarita, ministro de Guerra y Marina y el general Eleazar López Contreras, presidente de la República.

Dichos inconvenientes fueron subsanados y el episodio concluyó con la designación del Dr. Carlos Sanda (médico muy querido en la ciudad), cuya celebración fue realizada en el conocido bar de Vilariño.

En este artículo de hoy vamos a comentar dos hechos importantes que ocurrieron en esos días:

El primero de ellos se trata de la defensa que hizo el coronel Hernández en defensa de los estudiantes valencianos que habían salido a manifestar su alegría por el deceso del dictador, lo cual era algo enteramente normal y comprensible, pero ocurrió en el momento en que la policía del estado conocida como “la Sagrada” se encontraba en franca rebeldía por no someterse a la autoridad militar y un pelotón se topó con un grupo de estudiantes a los que pretendieron ajusticiar. Cuando estaba a punto de ocurrir tan nefasto hecho , el coronel Hernández se interpuso entre el grupo de estudiantes y los hombres de “la Sagrada” evitando una tragedia.

El otro hecho importante que hay que comentar es el famoso episodio del “Agua envenenada”, cuando un grupo de personas se habían acercado al comando militar para comunicar la noticia de que supuestamente el agua de la ciudad estaba envenenada e inmediatamente el coronel Hernández llama a don Guillermo Degwitz y relata el hecho de la siguiente forma:

De inmediato hablé por teléfono con mi buen amigo don Guillermo Degwitz, diciéndole lo que me habían comunicado, rogándole que por su estación de radio avisara al público; Don Guillermo Degwitz de seguida ordenó el anuncio, el cual por cortos intervalos era transmitido a la nación por ‘La Voz de Carabobo’. El Dr. Gustavo Tejera, en su laboratorio y en presencia de los señores que me habían dado el aviso, hizo el examen del agua y para comprobar que no contenía veneno se tomó un vaso de agua de la traída de los estanques que surten a la ciudad. Todo lo practicado fue comunicado al público por ‘La Voz de Carabobo’, por bondad de Don Guillermo”.

Por cierto, de este episodio hay un cuento muy jocoso del Dr. Guillermo Mujica Sevilla (QEPD), quien fue cronista de Valencia. En uno de sus libros habla del suceso y narra la anécdota que en una de las tantas ocasiones que el locutor de guardia de “La Voz de Carabobo” radió la noticia de que el agua no estaba envenenada dijo (palabras más , palabras menos) lo siguiente: “Se informa a la colectividad que el agua de Valencia ya no está envenenada por órdenes del coronel Hernández”.

Bibliografía: Apuntes inéditos del general Félix Celestino Hernández pertenecientes a mi familia.

 


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