En la entrega anterior habíamos tratado el aspecto en el cual la situación de la policía estadal y la llamada “Sagrada” había sido controlada por el coronel Félix Celestino Hernández con la entrega del mando por parte del jefe de la policía y con el envío de la “Sagrada”. a Puerto Cabello.

También es bueno explicar en la presente entrega (ya que algunas personas me han escrito para preguntarme) por qué yo no digo que es el general Félix Celestino Hernández y uso el grado de coronel.

La respuesta es muy sencilla, porque para ese momento su grado militar era coronel y fue durante la presidencia del general Eleazar López Contreras cuando es ascendido a general.

Siguiendo con nuestro artículo, luego de controlada la situación el Ejecutivo Nacional decide nombrar como presidente del estado Carabobo al Dr. Guillermo Barreto Méndez, cuya noticia fue bien recibida por la población. Sin embargo, cuando este decide nombrar como secretario general del Gobierno al Dr. Linares las protestas comenzaron de nuevo a surgir en la calle, por lo cual el coronel Hernández establece comunicación con el Dr. Barreto y el Dr. Linares y les expresa que el Dr. Linares no podrá ejercer el cargo de secretario general de Gobierno en vista de la situación y que ellos no se pueden permitir el lujo de perder el control del orden en la ciudad y el estado.

Tal decisión no fue del agrado de ellos e inmediatamente se comunicaron con Caracas para malponer el nombre del coronel y hacerlo ver como un rebelde ante el presidente de la República, general Eleazar López Contreras, y el ministro de Guerra y Marina, coronel Isaías Medina Angarita.

Ante tal situación, el ministro Medina Angarita llama por teléfono al coronel Hernández y le dice: “Don Celeste, ¿Qué le pasa a usted que se opone al mandato del presidente?”.

A lo mejor el público lector se preguntará el porqué de ese trato tan familiar de Medina Angarita con Hernández y ello se explica porque simplemente eran compadres (y en doble tanda) ya que Isaías Medina Angarita era padrino de Bautismo de dos de los seis hijos de Félix Celestino Hernández y María Teresa Ponce Viera, quienes eran morochos y se llamaban (Rómulo y Rebeca Hernández Ponce).

Siguiendo con el relato, luego de que el coronel Hernández le explica la situación a Medina Angarita y acepta que el secretario general de Gobierno fuese el Dr. Carlos Sanda, quien era una persona muy apreciada en la ciudad.

El coronel Hernández cuenta que le comunica la noticia al Dr. Sanda y relata lo siguiente: “El Dr. Carlos Sanda fue nombrado secretario general de Gobierno y con él un grupo de amigos que lo habían candidateado pasaron al Bar “La Tropical” del Sr. Manuel Vilariño, que estaba situado frente al Comando Militar, para celebrar lo efectuado”.

Sin embargo, el Dr. Barreto Méndez volvió a mover sus piezas en Caracas y revierte el acuerdo volviéndose a nombrar al Dr. Linares, pero el coronel Hernández nuevamente impide este hecho y se comunica con el general Vicente Rosales, gobernador del entonces Distrito Capital (quien estaba de visita en Valencia) para explicarle la situación y Rosales de inmediato se dirige a la *Casa Presidencial donde se encuentra el Dr. Barreto Méndez con el general López Contreras y ocurre el siguiente diálogo entre Barreto Méndez y Rosales: “General, usted comprenderá mi situación política y esto y aquello” y el general Rosales le responde: “No sea necio, no hable tontería, ¿qué situación política se está jugando usted?, la situación política se la está jugando aquel hombre que está en el Comando, al cual yo apoyo en todo, entrégueme el nombramiento del Dr. Sanda o dispóngase a salir de Valencia ahora mismo”.

El general Rosales regresó al Comando y entregó el nombramiento al Dr. Sanda, quien de nuevo con sus amigos “vuelven” al Bar “La Tropical” para continuar con el brindis.

Con este episodio las personas pudiesen pensar que la actitud del coronel Hernández le traería graves consecuencias desde el punto de vista del orden militar, mas no fue así por dos razones fundamentales: la primera era que el coronel Hernández y el coronel Medina Angarita eran amigos y compadres; y en segundo lugar, con López Contreras también tuvo buenas relaciones y vivieron juntos el episodio de la recordada “Semana del Estudiante” en 1928 y como prueba hay que decir que durante el gobierno de López Contreras fueron ascendidos cinco coroneles al grado de general y dos de ellos eran Isaías Medina Angarita y Félix Celestino Hernández, y a ese grupo la prensa les catalogó como “Los cinco generales de la democracia”.

*Se refiere a la casa del presidente del estado Carabobo.

Bibliografía: Apuntes inéditos del general Félix Celestino Hernández pertenecientes a mi familia.


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