OPINIÓN

Urgen nuevos líderes en Venezuela

por Rubén Barroso Rubén Barroso

La falta de democracia en Venezuela ha sido un factor importante en la emergencia de nuevas figuras políticas dentro del escenario venezolano. Actualmente, la llegada de un outsider al poder es casi imposible. El cierre de RCTV y otros medios de comunicación ha llevado a la autocensura por miedo a las consecuencias. A pesar de esto, generaciones anteriores como la del 2007 lograron levantarse en protesta contra el cierre de este canal de televisión, con el apoyo de diversos medios. Líderes como Freddy Guevara, Juan Guaidó, Juan Requesens y Daniel Ceballos surgieron en ese momento. Sin embargo, las generaciones posteriores nos enfrentamos a mayores obstáculos para difundir nuestros mensajes a través de medios convencionales. Un ejemplo es la protesta del 12 de febrero de 2014, que en mi caso se organizó desde la Universidad de Oriente en Ciudad Bolívar, llevando a cabo de manera directa cara a cara la convocatoria, y que al final de ese día compartimos número y creamos grupos de Facebook, así vencimos nuestras limitaciones en ese momento.

Es esencial comprender que nuestra lucha no consistía únicamente en desafiar al gobierno, sino también en romper el cerco de la censura que nos impedía acceder a información veraz y oportuna. Nos tocó ser los portavoces de un nuevo liderazgo, una voz disidente que se negaba a ser silenciada, que le tocó recorrer parte del país caminando para llevar el mensaje de libertad.

Es también importante entender que el gobierno venezolano ha sido astuto al sofocar las voces disidentes y silenciar la verdad sobre la situación en el país. Asesinatos, represión, amenazas eran el pan de cada día para quienes nos atrevíamos a levantar la voz. Muchos nos vimos forzados a abandonar el país en busca de refugio y seguridad en el exilio, dejando atrás sus hogares y seres queridos. Todo esto lo hacía el gobierno de Nicolás Maduro para afianzarse en el poder y enviar un mensaje, para evitar que surgieran nuevos líderes. Por lo tanto, debemos de condenar al régimen de Nicolás Maduro ante todas las instancias por reprimir la libertad de expresión y ser violador de derechos humanos. Por lo tanto, confiamos en que el mundo pueda comprender la urgencia de la causa venezolana.

Es deber de quienes creemos en la libertad multiplicar la verdad y mantener la esperanza viva, alentando a la comunidad en general a no rendirse ante quienes representan a la opresión.