Con satisfacción expreso la inmensa receptividad que ha tenido, en todo el país, la propuesta de creación de una casa de estudios superiores cuyo diseño curricular se estructure, exclusivamente, en objetivos que apunten a acopiar documentación, debatir geopolíticas, discernir constructos jurídicos pertinentes, revisar cartografías, analizar histórica y etnográficamente y proponer soluciones a temas controversiales atinentes a las áreas colindantes entre Estados, integrantes de la comunidad internacional. Sin excepciones.
He recibido invitación de varios medios de comunicación, interesados en ampliar las respectivas informaciones derivadas del mencionado proyecto de factibilidad, el cual muy pronto será consignado por ante el Consejo Nacional de Universidades, con la finalidad de que sea sometido a las examinaciones reglamentarias por parte de las comisiones que para tales efectos serán designadas.
Exactamente así, bajo el precitado procedimiento, se han decretado algunas universidades en Venezuela; lo sabemos por experiencia propia; por cuanto, me correspondió, hace algunos años, formular el estudio – y discutirlo en las instancias oficiales – para la creación del Instituto Universitario de Tecnología del Delta del Orinoco; hoy transformada en Universidad Territorial Deltaica “Francisco Tamayo”.
Igualmente, deseo hacer del conocimiento, que para el desarrollo de la señalada gestión emprendedora contamos, en su debida oportunidad, con la orientación ductora del brillante Dr. Félix Adam, hijo de esta hermosa tierra; quien nos hizo bastante énfasis que -definitivamente- las universidades deben asumir la Andragogìa como filosofía existencial en sus distintas estrategias metodológicas; porque de lo que se trata es de sumar y sintetizar experiencias, en un proceso de enseñanza-aprendizaje horizontalizado.
Todos aportando conocimientos a todos, en una sostenida dialógica para ensanchar saberes.
“La educación debe ser sobre todo un proceso autogestivo en el cual la persona se asume
como proyecto. El hombre es un ser siendo, nunca deja de aprender y de ser. Es un proyecto que se construye día a día y se transforma conforme al componente energético de su esencia. El proceso educativo formal debe insertarse en ese otro más amplio que es la existencia humana misma, que debe tener por ende lugar a lo largo de toda la vida. Debe ser lo que llamamos educación permanente, que se identifica con el desenvolvimiento humano total, iluminado por una intencionalidad emocional y racional. La gran tarea de la educación permanente es someter todo el proceso de desempeño humano; incluso, lo que permanezca oculto en la citada intencionalidad.”
(Andragogìa y Docencia Universitaria. INSTIA. Universidad de la Tercera Edad (UTE).1987)
Exactamente, con sus específicas características, proponemos la creación de este tipo de Universidad con referencia nacional e internacional; cuyos principios andragógicos atiendan, en su esencia: a) El autoconcepto; valga decir, autonomía y autodirección. Los participantes tendrán la libre determinación para aprender; lo que significa que son autónomos e independientes; b) El aprendizaje a partir de la experiencia. Los participantes asimilarán e incorporarán cognitivamente nuevos conocimientos, conforme a sus experiencias previas, que las colocarán – con excelencia- para la socialización interpares; c) La disposición para aprender. Los participantes tenderán a gravitar hacia el aprendizaje de los ejes temáticos (programáticos) que les interesarán. Su voluntad a aprender cosas estará altamente direccionada con la pragmática y sus usos relativos; d) La aplicación inmediata del conocimiento. Los participantes orientarán su aprendizaje hacia aplicaciones inmediatas más que hacia usos futuros (teoréticas vacías). El participante marcará su tendencia a inclinarse hacia las tareas cotidianas, la vida y la resolución de problemas; e) La motivación interna por factores personales subjetivos más que por presiones (una calificación) o estímulos externos; y procurará la necesidad de comprender las razones de lo que está aprendiendo. Digamos, exactamente, los participantes despertarán la necesidad de conocer el valor de lo que estarán aprendiendo y saber porqué requieren aprenderlo.
Bajo la identidad de esta filosofía andragògica, la naciente Universidad Nacional de Asuntos Fronterizos asume la bicentralidad del aprendizaje, reenviados entre el participante y el proceso que se desarrollarán a través de ejes temáticos- programáticos que se irán problematizando, con eventos previos (presecialidad una vez al mes) y eventos posteriores ( tres semanas después), cuando los participantes habilitarán distintas actividades para socializar – cualitativamente- los resultados de sus indagaciones y aportes. Lo que se conoce en pedagogía como evaluación cuantitativa.
Los señalados eventos posteriores –sometidos a problematización en colectivo- podrán circunscribirse a ensayos, seminarios, proyectos, conferencias, foros, estudios etnográficos, exposición de posibles alternativas de solución a casos conflictivos detectados en las zonas objeto de estudios, entre muchas otras posibilidades e instrumentos metodológicos.
Obsérvese que ha habido una efectiva resignificación conceptual estructural en el proceso andragógico. Ya no hablamos de un facilitador, sino de un problematizador cuya función consistirá en sensibilizar, motivar, incitar y reflexionar en conjunto con los participantes (que no se denominarán alumnos ni estudiantes).
A lo largo de cuatro años, aproximadamente, se problematizarán (40) ejes temáticos, que por lo pronto citaremos, a manera de ejemplo, los siguientes: Los conflictos vigentes por cuestiones fronterizas entre Estados integrantes de la Comunidad internacional. Soluciones pacíficas y violentas de controversias interestatales. Medios alternativos de solución de conflictos: negociación, mediación, conciliación, arbitraje y arreglo judicial. (autocomposición y heterocomposición). La Corte Internacional de Justicia: su Estatuto y Reglamento. Estudios geo-históricos, jurídicos y cartográficos de Estados concernidos en controversias. Fachadas fronterizas de Venezuela. Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969. Procesos productivos agroindustriales de las áreas colindantes. Derechos del Mar de 1958 y 1982. Seguridad y Defensa en las fronteras. Multiplicidad de los conglomerados humanos en los espacios fronterizos. Etnografía y demografía en general.
Nos han preguntado, con insistencia, sobre el probable perfil ocupacional del egresado, con título de licenciado, de la proyectada Universidad Nacional de Asuntos Fronterizos. Respondemos que, así entonces con certeza, se abre un amplio abanico de opciones laborales en: La Cancillería, las embajadas, los consulados, en las agregadurías diplomáticas, en algunos ministerios, en la Asamblea Nacional, las gobernaciones, las alcaldías, los concejos municipales, las universidades, en instituciones culturales y en las empresas privadas, entre bastantes otras entidades.
Ya estamos afanados (y afinando) en las tareas preliminares que corresponden al levantamiento del estudio de factibilidad académica-administrativa y de visualizar las alternativas de infraestructuras y del más calificado equipo de problematizadores (docentes, en el concepto tradicional).
Requerimos que “todos empujemos la carreta en la misma dirección” a nivel regional y nacional, por encima de cualquier diferenciación; porque, echar a andar y consolidar una Universidad con las especificaciones ya descritas comporta, sin lugar a dudas, un Asunto de Estado.