El proyecto universitario del régimen, destructor, sin empacho alguno de mostrar sus políticas educativas, al parecer tiene su asiento mayor en la Universidad Simón Bolívar. Al inicio de este nuevo período académico, han dado muestras las autoridades interinas, prolongadas en varios años en su «mandato», sin visos de elecciones en lo inmediato, de su interés por provocar una mayor huida del personal académico. Pero, obviamente no es lo único que se han planteado.
El trimestre pasado le arrebataron la Casa del Profesor a la Asociación de Profesores, incumpliendo todo procedimiento, todo reglamento, todo estatuto. Asociación que no cuenta con los recursos que aportan los profesores hace más de cuatro años, alguna institución se los apropia. O sea, ha sido despiadado el interés por aniquilar la libertad de asociación. Igual pasa con la Caja de Ahorros y el Instituto de Previsión del Profesorado.
Pero el ensañamiento contra el personal académico no tiene parangón este trimestre. Especial, pero no únicamente en la Sede del Litoral. Exigen cambio de dedicación a colegas experimentados en años, se habla de un «acompañamiento» a los profesores, lo que quebrantaría aún más la libertad de cátedra, y la guinda de esta megatorta ha sido la implementación con listas y fotos de una fiera persecución por lo que se les ha dado en llamar una «presencialidad absoluta». Lo que significa que la doble modalidad virtual-presencial, para quienes «interinamente» dirigen la universidad, está negada.
No sé cómo solventarán con los profesores semejante dificultad. Si el sueldo, contrariando no una dedicación de reglamento, sino la Constitución y las leyes, más los derechos humanos, no alcanza para una vida digna, ni una vida. Los profesores deben realizar dos o tres trabajos alternos para subsistir a la calamidad impuesta en las universidades desde el mísero poder, que ha hecho de la depauperación política universitaria, académica, educativa, laboral y de toda la administración pública, con una desproporcionada explotación laboral, con un ejercicio sin par en Latinoamérica y buena parte del mundo, si excluimos a la Cuba de la inanición, de esclavitud moderna. Por no mentar el tema de los servicios abandonados.
Mientras un ministro pide incorporarse a los jubilados, acá en la USB la política es echar a todo el mundo sin clemencia. Hasta solicitan jubilaciones al personal, cuando la jubilación debe solicitarla el empleado cuando lo considere. Más así, en esta situación de ausencia generalizada, de inexistencia casi del personal académico calificado. ¿Es ésta la política del régimen para las universidades? ¿O es creación del Consejo Directivo y de los impuestos en el rectorado? Ilusos si pretenden así hacer universidad. La desolación de la USB, de continuar este ya prolongado asedio, se incrementará hasta la lúgubre y más profunda deshabitación, hasta lo indecible.
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