OPINIÓN

Unidad y también voto 

por William Anseume William Anseume
Plataforma Unitaria

Foto: @unidadvenezuela

Al momento de escribir estas líneas, se debe estar definiendo finalmente la candidatura opositora. Las reuniones han sido intensas, contrariamente a lo especulado por partes interesadas en el quiebre de la posición unitaria. El combate en redes y medios ha sido feroz, como es lógico, por lo que se dirime: nada menos que el futuro inmediato y a largo plazo del país.

Especial mención se le debe otorgar, en esta puja normal pero doliente, a la Plataforma Unitaria Democrática, ente disímil por su integración, que ha sabido cumplir su papel, pese a los innumerables obstáculos, incluidas las amenazas tanto como presiones de todo tipo, incluso la cárcel para algunos. Indudable el destacado rol de Delsa Solórzano, la presidenta de Encuentro Ciudadano, en la operación política unitarista. Un reconocimiento que debe hacerle el país democrático entero.

La expectativa indudable ha crecido, favoreciendo grandemente a la oposición. Si, como creemos, al día de hoy existe por fin un candidato unitario, el país opositor entero se va a volcar en esta campaña mínima a apoyarlo. A gestar finalmente el resultado de esa unidad: la derrota del régimen en la votación del venidero julio. Se habrá consolidado así no sólo un candidato representativo de los valores democráticos y libertarios de la oposición, sino el triunfo con la recopilación de los votos indispensables para garantizar el triunfo.

La paciencia y el encomio en procura de esos dos factores: la unidad y el voto, han sido las claves para haber llegado aquí, muy por encima de las limitaciones impuestas desde el poder, desde quienes pretenden conservar el poder usando la fuerza con algún toque muy ligero de simulación. La unificación traerá la homologación de los criterios diversos y nos pondrá de inmediato en la ruta certera de conseguir los votos indispensables e inocultables para lograr el cometido. De esto no me cabe la menor duda.

No hay que descuidar los peligros a los que se expone todo aquel que participe en la calle, en los mítines, en las redes, en los medios en búsqueda de consolidar unidad y votos. Las amenazas no son juegos. El régimen así lo ha demostrado con su accionar antiguo y reciente. Pero si para ellos es cuestión de vida o muerte, para el resto de los venezolanos también, como lo demuestran cada día los refugiados, o los trabajadores sometidos al hambre y la precariedad, o los enfermos en hospitales enfermos también. La lucha no ceja; por eso la consigna de unidad y voto es la garantía del triunfo que encamine la transición hacia la prosperidad, la libertad y la democracia.