El tiempo pasa volando. Se fue la primera mitad de 2022 y seguimos más o menos igual que a comienzos del año. 80% de rechazo que tiene el chavismo-madurismo, es decir, el llamado “socialismo del siglo XXI”, no encuentra todavía un camino serio de unidad integral para aglutinar pensamiento y acción. La inmensa mayoría de la población hace enormes esfuerzos para sobre vivir con dignidad, pero tiene que asumir con un grado importante de tristeza, que el liderazgo tenido como opositor, en un grado importante, se encuentra sumergido en desviaciones electoralistas alimentadas por personalismos y grupos animados por una especie de candidaturitis aguda. No es esta la mejor manera de luchar para liberar al país de una dictadura totalitaria que destruyó la nación que tuvimos, sin ofrecer alternativas para superar el desastre.
Hay varios caminos que pudieran ser exitosos para lograr la liberación. Esta no es la vía, no es el mejor camino para entrar en detalles. Pero el estamento tenido como opositor lo sabe, como también sabe que para transitarlos hay que jugársela completa. No hay medias tintas que funcionen. Se necesita de una alta combinación de cabeza, corazón y coraje. Lo primero existe. Lo segundo y lo tercero debemos estimularlo sin pérdida de tiempo.
Los cerca de siete millones de compatriotas en el exterior que por razones diversas han abandonado el territorio buscando nuevas y mejores oportunidades son un reto para nosotros, para quienes estamos aquí sin olvidar nunca que Venezuela está en el alma de cada venezolano independientemente del sitio en el cual se encuentre. También debemos ocuparnos de ellos. Están fuera del país, pero su Patria no puede olvidarlos.
A los amigos y compañeros con posiciones importantes en la oposición democrática les recuerdo que todo tiene que ser hecho con absoluta transparencia. De no ser así, pocas cosas funcionarán. Debemos defender principios y valores mediante el ejercicio pleno de nuestros derechos, a pesar del clima de miedo y represión que mantiene el régimen y las acciones concretas para estimular la división entre nosotros. Pero la acción alimentada por una fe tranquila, pero decidida, es la mejor defensa que podemos tener y un arma definitiva frente al adversario.
El último viaje del señor Maduro Moros, así como su apoyo a Putin en lo relativo a la invasión de Ucrania, los países visitados y su identificación con esos gobernantes, lo alejan cada vez más del escenario natural de Venezuela y de sus aliados históricos y fundamentales. Me refiero, entre otros muy importantes, a Colombia y a Estados Unidos. Esto se suma a lo que todos sabemos, pero es un incentivo adicional para profundizar nuestra lucha, que también es la lucha de buena parte del continente y del mundo.
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