«El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra» (REFRANERO POPULAR)
Hace apenas un año sucedió algo increíble en un lugar lejano de un país de verdad. Al leer el titular uno pensaba que era broma, vamos, que la fatalidad no escogía a nadie de una forma tan singular. Seguramente si digo que se trata de la mala suerte que tuvo Shivdayal Sharma, un jubilado indio de 82 años, no sabrá de qué estoy hablando. En fin, el caso es uno de esos casos que solo pasan en las películas o en los cómics. En la ciudad india de Alwar un tren arrolla al animal sagrado por excelencia, la vaca. La fuerza del impacto proyecta al bovino hacia arriba (imagino que dibujando una pequeña parábola en el aire) llegando a caer a los pocos metros encima de un hombre que, casualmente pasaba por allí y se detuvo un instante a miccionar en la vía. La res aterriza sobre el señor causándole la muerte instantánea.
Como decía antes, el titular parece propio de un diario satírico al estilo de El Mundo Today, y sin embargo, procede de un periódico formal: «Un jubilado fallece arrollado por una ‘vaca voladora’ mientras orinaba».-El Periódico Mediterráneo, C. Jiménez, 26 de abril de 2023. La verdad es que el mismo titular ya cuenta todo. Estas diez palabras podrían ser un microrrelato similar a aquel de las siete palabras del dinosaurio [Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso].
La vida es así. Quién le iba a decir al extrabajador de la compañía ferroviaria Indian Railways lo que se le venía encima. Si nos ponemos a pensar un poco, el hombre tendría que haber buscado un lugar adecuado adecuado para aliviarse ¿Cuántas veces le habrían dicho a este señor que esa costumbre suya de vaciar la vejiga en la vía no estaba bien? ¿Cuántas veces se habrá prometido a sí mismo no volverlo a hacer? El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. También es verdad que las vacas, siendo como son animales sagrados, tienen carta blanca para deambular por donde les apetezca, y aquel día en aquel momento eligió el espacio equivocado de libre albedrío y tropezó con la cabeza veloz del convoy.
Todo esto ocurría un año después de la noticia (recuerde que los hechos tuvieron lugar en abril del pasado año). Uno piensa en la gran inseguridad que nos rodea. No estamos seguros en ningún sitio. Cuando reflexionamos sobre cosas como esta nos encontramos vulnerables, débiles, y perdidos. Podemos tratar de no caer en la misma trampa otra vez. Aunque sabemos que las vacas no vuelan y los pájaros pacíficos nos hablan desde los árboles. La vida es caprichosa y nadie escapa a su destino
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