La bandera criolla es inspirada en la adoptada por el Congreso de la República de Venezuela en 1811. El pabellón –símbolo de la independencia nacional- fue traída e izada por primera vez por don Francisco de Miranda, un 3 de agosto de 1806.
Un amarillo que simbolizaba las riquezas de nuestro país. El azul los mares, lagos y cielos. Y el rojo, la sangre derramada por nuestros libertadores. Fue la retórica con la cual nos las presentaron. Para conformar el tricolor nacional, las estrellas que representarían las provincias, fueron posteriores a la independencia. ¡Que vaina! La bandera de Miranda fue izada en 1806. Traída desde el Viejo Continente y previa a nuestra independencia. Cuando no sabíamos ni de riquezas ni de libertad.
Es decir, el conflicto bélico librado desde 1810 hasta 1823 por las fuerzas republicanas de Venezuela contra el dominio español para obtener la independencia del país y que sellaría la separación de Venezuela de España fue simbolizado por nuestro ciudadano universal, políglota, filósofo y precursor de nuestra independencia, Francisco de Miranda. ¡Antes que todos los venezolanos supiéramos de nuestras riquezas y hubiésemos derramado nuestra sangre por la libertad !
Sombras e incertidumbres siempre han reflejado nuestra gran deficiencia y personalidad criolla, independientemente de la cultura, preparación académica o patriotismo, para hacer libre nuestra nación. ¡Ese parece ser nuestro sino, desde tiempos ancestrales!
Cuenta la historia que Francisco de Miranda conoció en la península de Crimea, una vez recibido por Gregorio Potemkin, miembro de la corte de Catalina de Grande. Y a la mismísima emperatriz rusa en Kiev. Panchito de Miranda no solo deslumbró a la monarca, sino que, al parecer, la interacción fue tan histórica, que nuestra bandera refleja los colores que la dama describió en su encuentro.
Nuestro precursor -como buen venezolano- dejó esculpido a cambio cada fibra de su ADN en esa Ucrania que hoy sufre como nosotros. Herederos de sangre, de bandera y víctimas del comunismo ruso.
Busco criollo sin defectos. ¡Abstenerse políticos pulcros!
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