En esta España tan bonita que se nos está quedando, estamos llegando a tal punto en el absurdo diario que ya nada nos sorprende. Aún así, los miembros del Ejecutivo, por cierto, nunca mejor descrito, se empeñan en subir el nivel día a día, llevándonos a cotas impensables de disparate diario.
Uno de los mejores exponentes de esta tendencia es, sin duda, el ministro Garzón, Don Alberto, para los amigos. Este muchacho, cuya formación académica desconozco, se ha encontrado con una cartera de ministro que, como quien dice, le ha tocado en una rifa, a costa de la cuota comunista impuesta a Pedro Sánchez.
Pues bien. Varias han sido las ocurrencias, en los últimos meses de nuestro insigne ministro de consumo, casi todas ellas relativas a la alimentación de los españoles. No hace tres meses siquiera, a don Alberto se le ocurrió sugerir que lo más apropiado era disminuir el consumo de carne, medida muy aplaudida por los ganaderos y encargados de la distribución y venta de la misma. Supongo que se le ocurrió esa mañana, mientras se afeitaba, con el fin de aportar alguna idea que justificase su puesto de trabajo, bien remunerado, por cierto, con nuestros impuestos.
Hace un par de semanas, sin embargo, fue la bollería el objeto de su nueva ocurrencia, llegando a prohibir la publicidad de alimentos insanos en horario infantil. Que digo yo que lo que habría que prohibir en horario infantil serían programas como Sálvame . Debe ser que un niño puede ser influenciado por la caterva de gentuza que frecuenta este programa, empezando por su presentador, y sin embargo no puede comerse un donut. Todo muy coherente, señor ministro.
A propósito de los donuts, recuerdo aquel anuncio en el que un niño se ponía la mano en la frente en el patio del colegio y decía “anda, los Donuts “. Convendría recordarle a Garzón que, finalmente, el niño olvidaba la cartera. Puede ser que pronto veamos a Garzón pronunciando aquella frase, “Anda, la cartera… ministerial “.
Pues bien, la última ocurrencia de nuestro ministrillo, porque llamarlo ministro ya se me hace muy cuesta arriba, pasa por elaborar un recetario que, en un alarde de imaginación sobrevenida, ha denominado “comida rápida, barata y saludable “. A mi modo de ver, le ha faltado “proletaria “ al título.
La verdad es que podría resultar hasta gracioso, si no fuera escalofriante. En primer lugar, este gobierno demuestra a las claras que ya pretende imponernos hasta lo que debemos comer. Es el modelo dictatorial de Venezuela, trasladado a lo que otrora fue un país europeo, que ahora está quedando como un apéndice necesario de la Unión Europea entre Francia y los países africanos.
Pero si lo miramos con la lente adecuada, es aún más preocupante, dado que para lo que en realidad parece estar preparándonos el señor Garzón es para que no haya carne en los lineales de nuestros mercados y nos vayamos mentalizando de que nos vamos a hartar de arroz, legumbres y, en el mejor de los casos, pollo.
Sorprendente paralelismo con el modelo venezolano. Y yo me pregunto ¿terminará 2021 sin que el ministro Garzón empiece a hablar de las cartillas de racionamiento? Mucho me temo que no. Cosas más raras y más impensables hemos vivido en estos últimos dos años.
A este gobierno comunista que atenaza nuestras libertades más esenciales le ha venido muy bien el COVID -19, bajo cuyo amparo nos han ido dirigiendo, de una forma solapada, a un modelo de intervencionismo total, que ya empieza a soslayar la libertad básica de los ciudadanos. No ya de los empresarios, o los grandes propietarios, o las fortunas, sino de la base más sensible de nuestra sociedad.
Si usted tiene un coche viejo, no podrá circular, porque contamina. Cómprese usted un eléctrico. A lo mejor no se les ha ocurrido plantearse que quien tiene un coche viejo lo tiene, en la mayoría de los casos, porque no puede pagarse uno nuevo. Así que, si no puede usted cambiar de coche, camine, que es muy sano. Y como tampoco va a poder comer bollos, se le va a quedar un tipo que va a parecer usted Antonio el bailarín.
No compre carne, coma arroz con pollo, que es muy de posguerra. Así no se olvida usted de los muertos en las cunetas. Pero tranquilo, que hemos sacado a Franco del Valle de los Caídos, resolviendo así una afrenta histórica que afectaba, en gran medida a la vida de los españoles.
Y ahora, tiraremos la cruz, para que el valle se convierta en un monumento laico y así puedan ir a rezar allí los musulmanes que están repoblando España para pagarnos las pensiones a usted y a mí. Pero usted no podrá acudir a tal acontecimiento, porque su coche contamina y hay que achatarrarlo, como el sistema de libertades y garantías.
El comunismo no ha traído nunca más que hambre y miseria. De este modo, España pronto será un país hambriento y miserable.
Nosotros nos lo hemos buscado, porque este gobierno aún salió de las urnas. El próximo, ya veremos.
Así que, ¡proletarios de todos los países, uníos! Pero eso sí, venid en autobús.
Honor y patria.
@julioml1970