OPINIÓN

Una generación diseñada para el fuego

por Alejandra Jiménez Pomárico Alejandra Jiménez Pomárico

Existen personas insatisfechas con su entorno, capaces de interpretar los malos tiempos como consecuencia de las malas decisiones, mentalidades y acciones del colectivo, que a pesar de no expresarlo constantemente, meditan en las alternativas del cambio y cuáles pueden ser sus aportaciones frente a realidades cada vez más complejas.  No tienen mucho a la mano y sus ideales les consumen por dentro, pero estarían dispuestos a pasar por fuego para dar un aporte y dejar un legado. Todos ellos inexpertos en los asuntos de la vida y decididos a no conformarse,no obstante al paso de los años aprenden la prudencia que la paz demanda.

Intentar describir personas en combustión es difícil, porque a priori, se perciben como llenos de volatilidad y poca contención, pero la historia nos ha mostrado, con gran elegancia, que justamente las personas así son las que propician los cambios y gestan aguerridas batallas, que dan a luz las transformaciones que luego se disfrutan sin mayor coste, y en muchas oportunidades, sin siquiera saber el precio que alguien tuvo que pagar por ellas. Todos quieren ser punta de lanza, pero no siempre comprenden que esa será la parte más dañada de la saeta porque va al frente, abriéndose espacio y haciendo caminos donde no los hay.

Gente con esas características parecen diseñados para habitar el fuego, no se trata de juventud necesariamente, al menos no en lo que se refiere al número de navidades acumuladas,  se trata del ímpetu que te consume por dentro, ese que te proyecta sin saber si habrá un mañana, que no te permite rendirte y te enamora con cada puesta del sol. Una esencia así solamente se mantiene en el fuego, un fuego no solo pasional, individualista que te consume hasta estar satisfecho, al contrario, llamas que no se extinguen en el anhelo de un mundo mejor donde tus propios placeres y beneficios se comprometen en una misión mayor a tu propia temporalidad.

Concepciones de vida de tal magnitud superan la vida, te consume el dolor en casa de alguien que respetas y está viviendo una pérdida, porque de cerca ya experimentaste sus propias pérdidas y sabes lo que importan.  Descompletas tus finanzas para apoyar la causa de alguien que se encuentra en premura, y te inclinas al creador o alzas un clamor a Él, por causas que no son las tuyas.  Es como cruzar líneas entre dimensiones cuando nadie está viendo,  mirar en lo infinito de lo eterno,seguro de que en éste plano o el siguiente, hay vida y aquello de lo que nadie se ocupa requiere especial atención.

Actualmente, todo se conjuga para permanecer distraído más que ocupado,  e insatisfecho en la extensión de lo que se desgasta y corroe, pero totalmente desnutrido en la demanda de lo eterno que constituye cada corazón; se sufre miedo de mirar el futuro con responsabilidad y sinceridad. Se llora en silencio sobre almohadas que ya no son de plumas, pero siempre hay esperanza, los días brillan con todo esplendor. Si tu diseño es de fuego, arde con todo el oxígeno que dispongas, arde hasta en final de tus días, para que la energía no mengue y la gracia no se entierre contigo, sino que sea esparcida en la consistencia de un legado que otros puedan heredar. Después de todo aunque sea una persona te está mirando.

@alelinssey20