Una distinta implementación de políticas públicas

Por Maria Margarita Galindo

Las políticas públicas representan el diseño de las acciones que el gobierno, en representación del Estado, pretende ejecutar para el logro de los objetivos planteados. Las políticas públicas están representadas en acciones necesarias garantes de la organización del Estado. En tal sentido, las políticas públicas pueden entenderse como aquellas líneas de acción que dirigen el accionar del Estado. La construcción de las políticas públicas está sujeta a un proceso de participación de la sociedad organizada para darle precisamente ese carácter de públicas. En este sentido, Maggiolo y Perozo (2007) señalan:

«El término políticas públicas (PP), se asocia de inmediato con asuntos del gobierno y sistemas políticos o como actividades de las instituciones públicas, que van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos, para considerarse como pública tiene que haber sido generada, o al menos procesada, en el marco de los procedimientos, instituciones y organizaciones gubernamentales». (p. 374)

Ante ello, las políticas públicas en esencia representan acciones ejecutadas por instituciones y organizaciones del Estado. Dichas acciones están dirigidas a dar respuesta a las exigencias de los ciudadanos de una nación, y sobre este orden de ideas, Villanueva (1992) afirma que “se trata sólo de una disciplina que pretende contribuir a la elaboración de decisiones públicas más eficaces que, sin cuentos y con sustancia, sean capaces de ir abordando oportuna y sistemáticamente desoladores problemas y defectos públicos” (p. 9). Asimismo, Rodríguez (2005) señala sobre una política pública:

Implica el establecimiento de una o más estrategias orientadas a la resolución de problemas públicos, así como a la obtención de mayores niveles de bienestar social resultantes de procesos decisionales tomados a través de la coparticipación de gobierno y sociedad civil, en donde se establecen medios, agentes y fines de las acciones a seguir para la obtención de los objetivos seña­lados. (p.110)

En tal contexto, si bien se puede desprender de los conceptos expuestos, las políticas públicas son consideradas las líneas de acción que marcan las decisiones de los organismos e instituciones adscritas al Estado que ejercen el poder decisorio para atender las demandas y necesidades de la población. Las políticas públicas forman parte de la institucionalización del sistema-político de una nación, y en América Latina necesitamos una orientación diferente para tales ejecuciones con la finalidad que éstas promuevan estados de bienestar económico y social.

Diseño de Políticas Públicas

El concepto de nuevas políticas públicas, en quintaesencia debe matizar, en especial para América Latina diseño de las políticas públicas se requiere cumplir una serie de pasos o etapas necesarias para llegar a la formulación concreta de la política pública que se planifica, razón por la cual no solamente es el diseño, la estructura, sino que también debemos generar un espacio constante de ideas, máxime cuando estamos en una época donde la llamada inteligencia artificial está marcando orientaciones globales, en unión con las llamadas redes y cuyo centro de atención se hace no sólo masivo, sino de mucha vinculación con todos los entornos geopolíticos.

Tenemos que ir hacia una dimensionalidad y transdisciplinariedad de políticas públicas que diferencie, analice, relacione, y sobre todo promueva una articulación de aspectos ambientales, sociales, culturales, económicos, tecnológicos y antropológicos que ubiquen las ciudades, pueblos y comunidades ante sus necesidades inmediatas y mediatas con marco de gradualidad poblacional. Tenemos severos problemas en América Latina: emigración, pobreza, neoanalfabetismo, corrupción, así como otras variables que denigran la condición humana en la trata y prostitución forzada, y todo ello, con un voraz extractivismo que ni siquiera respeta las mínimas condiciones de vida ancestrales, y tampoco de fauna y naturaleza.

Diseñar nuevas políticas públicas, no puede obviar ningún vértice de nuestras realidades del continente. No estamos frente a un esquema tradicional y estructural de lo que pudo haber sido un manual de políticas públicas. Cada realidad y tiempo histórico nos demuestra que éstas deben ir ajustándose conforme avanza la sociedad, y verificar que los obstáculos son cada vez más complejos, siendo el cambio climático, la principal referencia que altera y seguirá alterando las diversidades biogeográficas. En síntesis, necesitamos diseñar políticas públicas que integren en la praxis – no sólo en discurso – los escenarios ambientales, urbanos, tecnológicos y humanos. De allí la economía y el desarrollo social derivarán sus resultados.