OPINIÓN

Una crisis de todos los perros

por Hans Rothgiesser Hans Rothgiesser

En Australia hay un grupo de nativos que evalúan a las noches de mucho frío según el número de perros con los que tuvieron que dormir abrazados para poder superarla. Si la noche fue un poco fría, duermen abrazados de un perro. Si es más fría, de dos. Y si es realmente fría, de tres. Es su unidad de medida. Así no se quedan pensando en que el frío es un concepto absoluto, sino que incluso sin un termómetro pueden hacer comparaciones. De esta costumbre viene el nombre de la banda de rock norteamericana de los sesenta Three Dog Night.

Nosotros, mientras tanto, seguimos midiendo a la corrupción en absolutos. Seguimos diciendo que todos los políticos son corruptos, que en el Perú siempre ha habido corrupción, que los peruanos siempre sobrevivimos a la corrupción, etc, etc.. Y dejamos que nos alejen de la posibilidad de medirla, de tal manera que podamos hacer comparaciones y llegar a la obvia conclusión de que el actual gobierno es de lejos el más corrupto que hemos tenido en toda la historia republicana. Sí, por supuesto que otros gobiernos terminaron siendo inmensamente corruptos, pero ninguno de esos que tienes en la mente robaron tanto en su primer año. O tuvieron un presidente que en su primer año de gobierno ya estaba involucrado en cinco investigaciones por corrupción. Cinco. A PPK lo vacaron por una. Esto nos pasa por dejar el estudio de la corrupción en manos de sesgados que solo saben echarle la culpa de todo a un presidente que ya está en la cárcel.

La crisis económica y política de inicio de los noventa fue una crisis de dos perros. Bastó que el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas se abrazaran para poder ejecutar las medidas urgentes y radicales que no solamente nos sacaron de ella, sino que además nos colocaron en una senda de crecimiento que duró varios años. Luego llegaría Ollanta Humala y lo echaría todo a perder. Su discurso de que ya estuvo bueno de crecimiento económico, que ahora había que concentrarse en proteger el medio ambiente y en reducir la desigualdad (dos preocupaciones que ya estaban presentes, pero con otro enfoque), introdujo más regulaciones y obstáculos a la inversión. Ni qué decir de las bombas atómicas económicas que nos dejó, como las deudas relacionadas a la refinería de Talara. Es con Ollanta Humala que se inicia la debacle. No con PPK, como convenientemente nos quieren hacer creer. Con Ollanta Humala es que el sentimiento de progreso se comienza a desplomar, lo que luego le da base a una serie de propuestas disparatadas y de líderes políticos improvisados.

¿Cuántos perros vamos a necesitar para poder salir de la crisis actual? Muchos insisten en impulsar soluciones que no son soluciones, como la del supuesto adelanto de elecciones generales, que incluye de contrabando un año más de gobierno de Pedro Castillo. No entiendo bien a qué están jugando. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta que si éste ha sido el primer año de gobierno de este señor, el segundo va a ser aún peor. Proponer que se quede un año más en el gobierno es una falta de amor por el país. Dicen que en ese año se hará una reforma electoral para que los resultados de esa elección general sea más favorable. Bien poco creíble con Castillo y su mafia al mando. Sobre todo si ya estamos viendo al JNE siendo poco arbitrario en las elecciones regionales, dando plazos extraordinarios al partido de gobierno, pero excluyendo a otros que no le son tan amigables.

Por lo pronto, los perros que necesitamos que salir de ésta son todos los perros posibles. Los congresistas de oposición (los de verdad, no los que dicen ser de oposición, pero votan en contra de la vacancia) deben avivarse e inhabilitar a Dina cuanto antes. La fiscalía debe continuar con sus investigaciones y exponerlo todo. Las fuerzas armadas deben continuar resistiéndose a la influencia chotana. La ciudadanía debe recordar que esto es como se ve un gobierno de izquierda. Y la prensa… Nah. De la prensa no esperemos nada. Sigan entrevistando a Vizcarra y a su nefasto ministro de salud. Cuando quieran ponerse la camiseta y tener dignidad, nos avisan.

Artículo publicado en el medio peruano El Reporte