OPINIÓN

Un puerto de muchos artistas

por José Alfredo Sabatino Pizzolante José Alfredo Sabatino Pizzolante

La Cámara de Comercio de Puerto Cabello tiene una larga asociación con la pintura, con las artes en general. El I Salón de Pintura se remonta al año 1985, durante la presidencia de Richard Th. Römer, y desde entonces son muchas las ediciones celebradas resaltando lo mejor de nuestros artistas locales y de otros estados del país. En aquella oportunidad se harían acreedores a la premiación artistas de grato recuerdo, unos ya ausentes, Raúl Marcano, Cecilia Ortega, Gregorio Mijares, Carlos Augusto Palencia, Rafael Eduardo González y Fernando Henríquez. De aquel año 1985 al presente, muchos son quienes han expuesto sus obras, siendo también premiados por la centenaria institución.

Luego de un largo paréntesis en el que el salón no se celebró, a partir del año 2005 -nos contenta tenerlo en nuestro haber- se reanuda cuando ocupábamos la presidencia de la institución, pero esta vez con un nuevo formato en el que además de asignarle un tema específico, se exaltaría en vida la figura de un artista local, acompañándola además de una semana cultural de variada programación. Recaería en aquella oportunidad sobre el recordado artista plástico Gregorio Mijares, el Niño Bonito de Patanemo, el homenaje. Desde entonces, le han seguido como artistas homenajeados José Faneite, Raúl Marcano, Elizabeth Conde, Javier La Rosa, Walter Rocha, Saturnino Uribe, Darín Ceras, Giovanni Zambrano, Carmen Salazar, Felipe Yassona, Jesús Robles y Pablo Lampe, en el empeño de la centenaria cámara por reconocer su talento.

El último salón de artes plásticas celebrado del 9 al 12 de noviembre de 2022, sin embargo, fue dedicado a cinco artistas lamentablemente fallecidos durante la pandemia (José Rafael Mijares, Evelio Guzmán, Orlando Rivas, Alejandro Díaz Constante e Ismael Leañez), como debido homenaje a su dilatada trayectoria, mereciendo que hagamos una semblanza de ellos, aunque breve, lo que hacemos no sin cierta tristeza por las circunstancias de su partida, pero convencidos de la perdurabilidad del arte, siempre admirados de los poderes creadores del pueblo -de aquellos que nos habló el inolvidable Aquiles Nazoa- y absolutamente tranquilos al pensar que cada pincelada de color plasmada en sus lienzos, iluminará siempre el oscuro camino del olvido.

De José Rafael Mijares diremos que parte de  su infancia la desarrolló en el barrio San Millán siendo, tal vez, esta comunidad de afrodescendientes su primera influencia cultural. Es en 1986, a la edad de 29 años, cuando Mijares participa por vez primera en una exposición artística, precisamente en un salón de la Cámara de Comercio, dando comienzo a su carrera artística como pintor con una mención especial otorgada por el jurado. Recorrió varios estados del país expresando su arte mágico-religioso, con la que se identificaba para plasmar sus emociones en la pintura. Participó en exposiciones de Caracas, al igual que en los estados Trujillo, Miranda, y Aragua, trayendo consigo al puerto el orgullo de destacadas participaciones. Evelio Guzmán, por otra parte, fue un artista autodidacta con diversas facetas artísticas. Podríamos calificarlo de artista ingenuo, ya que no tenía estudios de pintura certificados, pero a pesar de eso obtuvo importantes logros a lo largo de su vida, reconocimientos dentro y fuera del estado, también tuvo participaciones fuera del país. En una segunda etapa de su vida se gradúa de licenciado en Educación, mención Desarrollo Cultural, dedicándose a la enseñanza para lo cual utiliza sus herramientas para descubrir nuevos talentos. Se dedicó a la pintura, pero también al arte teatral, preparándose como actor para ejercer la profesión con destacada aptitud realizando diversos estudios de entrenamiento actoral, técnicas de teatro y diseño escenográficos, entre otros estudios.

Orlando Rivas nació el año 1950, siendo hoy un referente en la ciudad por su activa participación en las actividades culturales. Se preparó académicamente  en la escuela de arte Arturo Michelena de Valencia y en Bellas Artes de Caracas, enseñando a otros las artes plásticas como maestro, apostolado del que resultaron muchos artistas locales. De especial mención, resulta su trabajo al frente del Taller Experimental que la Universidad de Carabobo tenía en la ciudad. Este pintor con tendencia al impresionismo francés de finales del siglo XIX, usaba la  espátula y el óleo como sus herramientas de trabajo, la escultura también formaba parte de sus destrezas. Fue un artista multifacético, cantante, actor, ventrílocuo, titiritero, además de pintor. En su juventud Alejandro Díaz Constante vivió un tiempo en Caracas, sus inicios en el arte se debe a la influencia de ese gran artista que fue el maestro Francisco Vargas, del cual adoptó un estilo similar, retratando calles y marinas en colores pasteles. Con el transcurrir de los años adquirió un dominio excepcional de la espátula, agregando múltiples matices a su paleta de color. Finalmente, nació Ismael Leañez en Puerto Cabello, estudio en la Escuela de Arte Cristóbal Rojas de Caracas, fue académico de la pintura, siguiendo las reglas básicas de la composición y el color, adaptándolas a su estilo. Las calles de Venezuela fueron motivos especiales de inspiración para sus pinturas, a las cuales les agregaba la calidez de nuestro Caribe. Sus últimos años los dedicó a la docencia, preparando a las nuevas generaciones en el arte para que explotaran sus inquietudes artísticas.

La partida de un artista representa una baja más para el inagotable y maravilloso ingenio creador del hombre, la imposibilidad para quienes nos impresionamos con la genialidad, sus colores, sus trazos, de seguir disfrutando de sus trabajos. Pero el arte es también imperdurable, atrapado por fortuna en museos, colecciones y otros recintos, incluso en los sentidos de muchos como nosotros, de allí que sus creadores sean eternos, sin importar sus virtudes y defectos, sus errores, sus vicios. Estos pintores estarán siempre entre nosotros, maravillándonos con sus colores, invitando a recordarlos como lo hacemos cada vez que nos topamos con sus cuadros, impresionándonos con su ingenio creador que hacen de nuestro puerto uno de muchos y buenos artistas.

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@PepeSabatino