En todo proceso de interacción de los seres vivos en el que uno devora a otro queda un desperdicio. Plantas y animales viven consumiendo, pero no todo lo que consumen les resulta útil, van quedando excretas, basuras, desperdicios que pasan al ambiente. La minería en general separa y selecciona. La agricultura también lo hace. Mascar y digerir es también una selección. Argumentar así, en una línea radical, nos llevaría a la cesación de la vida.
El humano es particularmente productor de desperdicios, de basura: unos porque no los digiere y otros porque no los acepta, no le son útiles o no les gusta.
No obstante, hay evidentes y crecientes daños y preocupaciones que surgen y toman el nombre de basura y contaminación ambiental y esta con la calidad de la vida humana. Durante los próximos 50 años se construirá la cultura de la descontaminación se aclarará el concepto cultural de basura y el de que buena parte de ésta viene de las ciudades.
En las ciudades con recursos, la basura evidente, a la vista, se trata de ocultar o apartar: envases, papeles y plásticos de envoltorios, hojas y flores secas, deshechos de la vida hogareña, muebles y objetos caducados… el concepto de “basura” es dinámico: las cosas cotidianas se vuelven basura, en cursos muchas veces arbitrarios, modas y apariencias.
En las ciudades pobres la basura es más indistinta y se confunde con el paisaje. La gente toma el aspecto de basura y llega a ser tratada como tal.
En la aldea siempre habrá deshechos, pero se construirá la cultura de convivir con lo que viene de la inmediatez y la naturaleza y, especialmente, la vida saludable de la gente, que será asunto de todos.
La contaminación del ambiente y el cambio climático consiguiente son basuras de la industria y de las formas de vida, son tragedias en crecimiento.
El reciclaje de los deshechos y las aguas servidas para fertilizantes y otros subproductos. El uso de energías no contaminantes, la reducción de su consumo en transportes y commuting serán problemas del común de los aldeanos y no, exclusivamente, de los servicios. La contaminación será un pecado.