El domingo 22 de octubre, superando el más brutal y persistente sabotaje, la sociedad democrática venezolana habló. Se movilizó por encima de las adversidades y demostró de forma clara y contundente su decidida voluntad de cambio. La jornada cívica, democrática y ciudadana de ayer quedará grabada en la historia de Venezuela como un hito de rebeldía cívica y como una muestra de la fuerza que representa una nación que se hastió de la corrupción, la incapacidad, el fariseísmo y la doble moral.
La dictadura desplegó todo su poder para matar el proceso desde el primer momento. Trabajó con insistencia para enredarnos en debates estériles respecto de la forma y momento de efectuar la consulta ciudadana. Cambió, apelando a la presión de su poder, la directiva del Consejo Nacional Electoral, no solo para impedir el evento, sino para instalar una directiva más visiblemente comprometida con la cúpula.
Lanzó desde diversos escenarios dardos envenenados contra su celebración, a saber, demandas, denuncias y actos de diversa naturaleza.
Cuando se tomó el camino de una primaria autogestionada y comenzó a correr el cronograma, hubo la primera arremetida para vaciar el proceso. Varios de nosotros, los candidatos, fuimos contactados a través de personas conocidas para persuadirnos de lo improcedente de este proceso. Lograron frenar la participación de actores públicos que habiendo expresado su disposición, se inventaron su narrativa para justificar su no a la participación en este grandioso evento cívico.
Luego se nos sometió a un permanente hostigamiento por parte de la policía política del régimen. Se nos tendió un cerco económico y mediático. En las horas finales del proceso fuimos nuevamente contactados, de forma directa o indirecta, por supuestos dirigentes o empresarios interesados en “colaborar” con nuestro proyecto político. Solo que todos pedían renunciar a la participación en las primarias, denunciar el proceso por irregularidades y vicios.
Percibía en mis interlocutores un desespero por lograr nuestro retiro, hasta el punto de llegar a ofrecimientos de importantes sumas de dinero. Cada vez que oía estas propuestas me reafirmaba más en mi convicción de que la dictadura está desesperada y dispuesta a todo para perpetuarse en el poder.
Esa presión sobre los candidatos se lanzó también contra todos los actores del proceso: Comisión Nacional de Primaria, comisiones regionales, colaboradores y prestadores de servicios. De igual manera se ejerció presión contra los ciudadanos que reciben beneficios o tienen alguna relación con el Estado.
De modo que haber logrado la celebración de este proceso, no exento de problemas, constituye un gran logro de nuestra sociedad, hoy más dispuesta a avanzar hacia la recuperación de la democracia.
Ha triunfado en la consulta la Ing. María Corina Machado. Ha recibido un amplio mandato ciudadano para conducir a la sociedad democrática a la recuperación de plena del Estado de Derecho y a la reconstrucción del país. Anoche mismo le expresé mi efusiva felicitación, mi total disposición a respaldar su candidatura y mi compromiso de cooperar en todas las tareas que habrán de conducirnos al proceso electoral presidencial del próximo año 2024.
Corresponde a la señora María Corina la tarea de liderar este proceso político y electoral. Nuestro compromiso con la ruta electoral y pacífica que hemos acordado, nos debe conducir a la construcción de una gran unidad nacional para enfrentar los desafíos de derrotar, en las urnas electorales, a una de las dictaduras más perversas de nuestra historia.
Nuestra prioridad fundamental es el rescate de la democracia, la reunificación y reconciliación de la familia venezolana y la recuperación de la economía, como único camino, para garantizar la vida digna de nuestros compatriotas.
Quiero agradecer altamente la confianza de quienes me otorgaron su voto. Agradecer el afecto y respeto recibido de miles de ciudadanos que, aunque no me votaron en esta consulta, valoraron positivamente la lucha librada para impulsar y llevar a feliz término esta memorable jornada.
Agradecer, igualmente, a todos los equipos políticos que nos acompañaron en el proceso, a mi comando nacional de campaña, a los comandos regionales y municipales, a los que nos representaron en las mesas de votación y a todos los que animaron el desarrollo de esta campaña.
Agradecer a los amigos que, con desprendimiento y compromiso venezolanista, nos alentaron con su palabra y estímulo, y a los que nos ofrecieron su colaboración material y económica para llevar adelante la austera campaña realizada.
Siento al cerrar esta campaña la íntima satisfacción de haber ofrecido un servicio a la sociedad democrática, en la tarea de animar el cuerpo político de la nación; de haber presentado un cuerpo de ideas y propuestas inspirados en lo valores del humanismo cristiano, con el fin de orientar la ruta a seguir y dotar de contenido nuestro debate político, que la mayoría de las veces se convierte en un torneo de insultos y en una alocución de lugares comunes.
Comienza una nueva etapa en la lucha por la democracia. Vamos ahora a acompañar a María Corina Machado en la tarea que se le ha encomendado de liderar el rescate de la democracia.
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